Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

22 Jun, 2013

Foros de la reforma financiera

Los procesos legislativos suelen ser complejos, ya que sobre un mismo tema siempre hay varios diagnósticos e ideas de lo que se debe hacer. Lo anterior hace que los equilibrios legislativos sean relativamente inestables. Hoy voy a tratar de ilustrar lo anterior para el caso de la reforma financiera.

Como parte del proceso legislativo para la reforma se organizaron cuatro foros para discutir diferentes líneas temáticas: banca múltiple y facilitación del crédito; banca de esarrollo; fondos de inversión y mercado de valores, y transparencia y protección al consumidor.

Me invitaron a participar en el tercero de estos foros para dar mis puntos de vista. Lo interesante fue escuchar los puntos de vista de otros diez ponentes, más que por lo que expusieron por entender sus visiones de desarrollo.

Con tal variedad de participantes no es de sorprender que exista pluralidad de opiniones, pero es preocupante la existencia de una corriente regresiva y populista que se opone a la modernidad.

Voy a presentar algunos de los puntos de vista más representativos. Empecemos por las opiniones de las autoridades, que expusieron de manera clara y estructurada los beneficios de la reforma.

De los sectores regulados directamente por las leyes en cuestión compartieron su visión general que es favorable a los cambios. El argumento es que las modificaciones permitirán un desarrollo adecuado del sistema, es decir, que continúe con una evolución favorable.

Esas visiones contrastan con las que son muy críticas. Una de ellas describía cómo la regulación que se diseñó en tiempos de la Gran Depresión en EU fue muy buena y cómo los grandes intereses financieros fueron imponiéndose hasta que en la actualidad ningún Estado tiene el poder para regular a las instituciones.

En este contexto, cualquier iniciativa que flexibilice y modernice es muy mala porque seguro responde a intereses particulares y por lo tanto no debe pasar.

Otra visión comentaba que la iniciativa para fortalecer los derechos de los acreedores es contraria a los derechos humanos ya que deja en indefensión a los deudores. En el límite esta visión defiende la cultura de no pago y los vicios institucionales que genera.

Esta visión es contraria a tener un buen Estado de derecho y de fomentar el crecimiento del crédito en México. El paternalismo prevalece aunque el costo sea el estancamiento de la economía.

Lo que es sorprendente es que en México tengamos este tipo de visiones retrógradas típicas de los países latinoamericanos.

Uno de los ponentes fue el secretario de Finanzas del GDF, obviamente ligado al PRD, quien presentó argumentos sensatos. Una idea fue la importancia de promover el ahorro en el sistema formal en vez de tenerlo “debajo del colchón”. Habló de lo importante que es tener un mercado de valores bien desarrollado para que emisores de deuda tengan acceso a financiamiento de manera eficiente y razonable.

Lo anterior es una evidencia clara de que puede haber opiniones de izquierda sensatas, es decir, tener esa visión política no es sinónimo de ser retrógrada.

Los representantes del sector empresarial fueron muy radicales en su discurso, pero de una manera diferente. El argumento es que no hay financiamiento del sector financiero y la mayor fuente del crédito es el proveedor. Por lo tanto la petición es clara: más acceso a financiamiento. Pareciera que es una obligación del Estado y del sistema financiero.

La pregunta que hago es: ¿y qué van a hacer con ese dinero?

También en estos eventos uno aprende cuestiones esenciales, como lo mal que se ve la falta de sentido común. Un ponente dedicó su tiempo para hablar de temas muy puntuales como redacciones de artículos o inconsistencias.

Como pueden apreciar, esta gran variedad de conductas y opiniones realmente son un reflejo nuestra sociedad. Para mí fue una buena experiencia sociológica.

Si en un tema aparentemente sin conflicto hay choques ideológicos, no sé qué nos depara el destino con reformas de mayor complejidad como la fiscal y la energética.

Desgraciadamente veo que hay una corriente muy fuerte que no quiere llevarnos a la modernidad ni ponernos en una ruta de mayor crecimiento económico.

*Director General del FUNDEF