Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

11 Jul, 2013

¿Proteccionismo aunque nos cueste?

Aunque hay un compromiso importante para asegurar que el sistema de compras gubernamentales de México incorpore a empresas nacionales, en ocasiones ese apoyo se cuestiona cuando el sobrecosto de adquirir un insumo en México o importarlo, puede ser de entre 20 y 25 por ciento. Eso está sucediendo con Los Ramones, el megaducto que construye Pemex de Emilio Lozoya y que en un primer tramo fue adjudicado a una filial de Pemex en asociación con Enova que lleva Carlos Ruiz Sacristán.

Resulta que la Canacero de Alonso Ancira, dice que desde el año pasado amarró un acuerdo para beneficiar a los productores nacionales de tubos de acero a fin de que provean la tubería del gasoducto Los Ramones de mil 21 kilómetros, lo que no sería nada malo si sus costos fueran menores o al menos iguales a los de la competencia.

Si el tubo es más caro, el gas que transportará el ducto será más caro también y, por ende se impacta en el precio final al consumidor de gas y, aunque antes de fin de año se decidirá el origen de la tubería para Los Ramones, lo que no nos explicamos es por qué las acereras en Coahuila o en Nuevo León, que serán incluso usuarias del gasoducto al tenerlo, literalmente, a la vuelta de la esquina, no pueden ser igual o más competitivas en precio y calidad del producto que las productoras de tubos en Alabama, en Luisiana, en Oregón, o incluso en otros lados del planeta que acarrearían, por definición, altos costos de transporte casi inexistentes para los productores locales?

El gasoducto Los Ramones debe ser una carretera energética de la más alta eficiencia a todo lo largo. Por ello, ni la Secretaría de Economía ni la Comisión Reguladora de Energía han mencionado el término “contenido nacional” para este proyecto, pero por cierto, ¿por qué los productores nacionales de tubo importan la placa de acero que procesan?

Entiendo que hay que apoyar a la industria nacional, ésta —en lo que concierne a los productores nacionales de tubos de acero—, pero también tiene que hacer su chamba y ser competitiva si no quiere quedarse mirando la construcción de Los Ramones, porque hay una enorme diferencia entre “protección y proteccionismo”, y este gobierno no cae en trampas.

De Fondos a Fondo

Se acuerda del caso de Activia de Danone, que dirige Marina Menu. Pues la Cofepris de Mikel Arriola, a través del área de Evidencia y Manejo de Riesgos que es la que evalúa las leyendas que quieren ir en los miles de productos que comemos y bebemos, para asegurar que no generen daños a la salud, dice que en octubre de 2009 y luego de haber rechazado el uso de dos frases promocionales (“Únete al Desafío Activia, uno al Día por dos semanas y, Activia, el único antiregularis que ayuda contra el estreñimiento”), porque estaban induciendo una pauta de consumo en el primer caso y, en el segundo porque hacía referencia a un padecimiento fisiológico.

Sin embargo, asegura que Danone le presentó evidencia, de que utilizan en su proceso de ferementación del yogurt un microorganismo que lleva el número DN173010 (lo identifican como Bifidus Escensus), que efectivamente “ayuda al tránsito intestinal”, y que por eso, le permitieron utilizarlo en la leyenda con la que se presenta el Activia al consumidor mexicano.

Lo curioso es que la European Food Safety Authority (EFSA), en 2010 estableció como insuficientes las pruebas que presentó Danone y su Bifidus en el caso de disfunciones intestinales, y de hecho, obligó al retiro de la publicidad en varios países europeos en la que proponía como lo hace en México, que se consuma uno al día “para mejorar el tránsito intestinal” y, por otra parte, la Federal Trade Commission (FTC) del gobierno de Estados Unidos, que es la dependencia que también protege al consumidor contra empresas que utilizan prácticas comerciales fraudulentas y engañosas, en su expediente No. 082-3158, demandó a Danone (firma conocida en aquel país como Dannon), por  engañar al consumidor con publicidad engañosa afirmando que exageró los beneficios de sus productos DanActive y Activia, éste último es el que se comercializa en México.

Dijo que la empresa no tenía pruebas científicas, como en su momento EFSA lo hizo, y que exageraba los beneficios del “actirregularis” para ayudar a las personas a evacuar.

“En Danone no estamos al tanto de ningún procedimiento o investigación sobre la publicidad de nuestros productos y en particular de Activia.”

Lo que es claro es que la publicidad de Activia, ha pasado por la revisión de la Cofepris, la Profeco y el Conar, antes de salir al aire.

La Cofepris confirma que no hay demanda de algún competidor, consumidor o gobierno sobre la publicidad, pero ciertamente no están reconocidos por la autoridad europea ni tampoco por la FDA según se muestra en el expediente de la FCC.

Danone ha presentado 15 estudios clínicos de soporte, y por lo que he revisado, antes de ser multada llega a un acuerdo y modifica la publicidad en los casos donde las autoridades del país no aceptan la publicidad. En México, prácticamente todos los productores de yogurt tienen alguna clase de sugerencia de funcionalidad en términos de salud, como el biobalance de Lala o su Lalacult, el Chamyto con Protectus de Nestlé, y el Vivendi Regenera de Alpura.

Conclusión: ¡la ingesta balanceada de alimento ayuda al tránsito intestinal, no un yogurt disfrazado de lactante, sea de la marca que sea! Le voy más a la EFSA que a mi Cofepris.

Gracias por las vacaciones concedidas del jueves 11 al miércoles 17 de julio de 2013. Nos leemos el próximo jueves 18.