Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

22 Jul, 2013

iPhone 3D

El View-Master es un añorado juguete retro que consiste en unos binoculares de plástico rojo en los que se inserta un disco de cartón con pequeñas diapositivas y una palanca del lado derecho para girarlo. Las imágenes dan un efecto de profundidad, muy elemental comparado con la calidad gráfica de dispositivos más sofisticados, pero que hace décadas parecía mágico.

Aquel entrañable artefacto es hoy la inspiración de un novedoso accesorio para el iPhone, llamado Poppy, que permite capturar y observar fotos y videos en tercera dimensión. Funciona por medio de unos binoculares (mucho más gruesos, por supuesto) en los cuales se inserta el celular en forma similar a la del disco de cartón. Gracias a un mecanismo de espejos se generará una sensación de volumen en las imágenes que aparecen a través del visor.

El diseño de este nuevo gadget también está en deuda con el View-Master, comercializado actualmente en Estados Unidos por Fisher-Price y que en los años ochenta se vendió en México bajo la marca Ensueño-Tyco.

La invención del antiguo visor data de 1939 y se debe a Wilhelm Gruber, un inmigrante alemán radicado en Oregon (donde lo conocían como William), fabricante de órganos musicales y aficionado a la fotografía, quien utilizó transparencias en color Kodachrome de 16 milímetros, recién salidas al mercado, para crear un efecto de tipo estereoscópico. Presagiando su potencial, se asoció con el presidente de Sawyer’s, una compañía fabricante de tarjetas postales y presentó el View-Master ese año en la feria de Nueva York.

Aunque ahora se le considera un divertimento infantil, resulta que uno de sus primeros clientes fue el Ejército de Estados Unidos, que de 1942 a 1945 adquirió 100 mil de estos visores y cerca de seis millones de discos de diapositivas con fines de entrenamiento militar, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Así lo cuenta el matrimonio formado por Mary Ann y Wolfgang Sell, reconocidos expertos en estereoscopía, con una colección exhaustiva de view-masters, libros publicados sobre el tema y un sitio en internet (http://www.cinti.net/~vmmasell/) para auténticos fans.

Se le llama estereoscopía a la ilusión óptica que da apariencia de volumen a imágenes impresas o en superficies bidimensionales. El mecanismo para producirla surgió paralelamente a la invención de la fotografía a colores, a mediados del siglo XIX. Está basada en el principio de que, al estar los dos ojos separados, éstos captan imágenes ligeramente distintas que el cerebro se encarga de fusionar. De acuerdo con el estudioso alemán Achim Bahr, un paisano suyo, Wilhelm Rollmann, fue quien descubrió en 1853 cómo producir ese efecto mientras experimentaba estirando sus propios ojos con los dedos de su manos.

El francés Louis Arthur Ducos du Hauron logró en 1891 el efecto tridimensional en papel con fotografías en rojo y azul, que impresas dan la apariencia de ser imágenes fuera de foco, borrosas y barridas, pero que al momento de ser vistas a través de filtros de los mismos colores hacen que los objetos en primer plano parezcan como si estuvieran flotando. A este mecanismo se le llamó anaglifo, palabra que, lejanamente inspirada en sus raíces griegas, sería traducida como “grabados en relieve”. Este es el origen de las famosas gafas anaglíficas con filtro rojo para el ojo izquierdo y azul para el derecho, que durante muchos años se usaron en los cines que proyectaban películas en tercera dimensión.

Y tal como se explica en su video promocional, los creadores de Poppy, Ethan Lowry y Joe Heitzeberg, se basaron en estos principios de la óptica para diseñar un producto creativo y barato (49 dólares por lanzamiento con miras a costar 69 por pieza) que no requiere baterías, aunque sí resulta demasiado voluminoso para cargar en el bolsillo.

Para financiarlo recurrieron al sitio Kickstarter, en el que se propusieron recaudar 40 mil dólares y ya llevan más de 150 mil, gracias al apoyo de unos dos mil 500 mecenas. Su próximo paso, anunciado el pasado viernes, es expandir el potencial de Poppy mucho más allá de una mera curiosidad. Con ese fin están convocando a desarrolladores interesados en crear juegos 3D en realidad aumentada, sin necesidad de una interfaz especial y con la posibilidad de emplear los botones del volumen del celular como potenciales mandos o controles. Más que darle relieve, se trata de llevar al iPhone a una nueva y desconocida dimensión.

                marco.gonsen@gimm.com.mx