Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

2 Sep, 2013

One hit wonders

Es una paradoja que MTV siga premiando los mejores videos musicales cuando éstos ya no constituyen su principal oferta de contenido y los más jóvenes prefieren verlos en canales de internet como Vevo. Vigente aún por su proclividad al escándalo, no extraña que Miley Cyrus superara a Justin Timberlake como la principal estrella de la ceremonia, aun cuando éste ganó las principales estatuillas en forma de astronauta.

La hija del cantante country Billy Ray Cyrus —creador de aquella famosa tonadita de “no rompas más mi pobre corazón”— cosechó a lo largo de la semana una infinidad de memes e invectivas gracias al twerking, una coreografía de connotaciones eróticas que utilizó mientas acompañaba a Robin Thicke en la interpretación de Blurred Lines la noche del domingo 25 de agosto. Pese a las críticas, la página web de la revista Forbes publicó una nota en la que documenta las ganancias económicas que el numerito le dejó a Miley Cyrus, entre ellas la venta inmediata de 90 mil descargas de su más reciente canción, Wrecking Ball.

Pero no todo el éxito se consigue a partir de performances polémicos. Sin la atención mediática que acaparó la estrella juvenil, un viudo de 96 años sin carrera musical también se coló esta semana a la lista de las diez canciones más vendidas en iTunes, dándole pelea incluso a la más reciente producción de Lady Gaga.

Se trata de Fred Stobaugh, originario de Illinois, quien participó en un concurso de composición convocado por la pequeña disquera Green Shoe Studio. Aunque la convocatoria especificaba que debía inscribir su propuesta en YouTube, decidió enviar por correo la letra —escrita de su puño y letra—de Oh Sweet Lorraine, dedicado a su esposa, con quien compartió 75 años de vida y que falleció en abril de este año. En la carta explicó que no era músico y que prefería no cantarla él mismo para no espantar a la gente con su voz.

Aunque propiamente dicho no ganó el concurso, el estudio decidió grabar profesionalmente la letra de Oh Sweet Lorraine y editó un minidocumental en el que se reconstruye la historia de amor de la pareja y el propio Stobaugh se pone los audífonos para escuchar la melodía, que se convirtió primero en fenómeno viral y después de ventas.

La hazaña de Stobaugh es semejante a la que lograra apenas en mayo Zach Sobiech, un joven músico que murió a los 18 años, víctima de cáncer óseo y que, con la certeza médica de que fallecería pronto, compuso una conmovedora canción de despedida titulada Clouds, que primero se extendió en las redes y luego encabezó un par de días la lista de iTunes. Aunque ambos han sido éxitos fugaces, sus casos abrieron una vía inexplorada para artistas que quieran probar suerte al margen de las grandes disqueras.

La actriz hollywoodense Anna Kendrick protagoniza un último y muy raro caso de resonancia viral tardía. Participó en la película Pitch Perfect, estrenada en EU en septiembre del año pasado, en el rol de una chica que participa en un grupo universitario de canto a capela. En una escena interpreta When I’m Gone, una canción folk que data de la década de los años 30, remedando la versión que la banda inglesa Lulu and the Lampshades colgó en YouTube en 2009, en el que construyen la tonada golpeando con sus manos dos vasitos de plástico al estilo de un conocido juego infantil anglosajón llamado cup game, y que en su momento logró más de cuatro millones de visitas y decenas de parodias.

Aunque no fue propiamente editado como un sencillo, el cover de Kendrick se transmitió en estaciones de radio y entró en diciembre de 2012 a las listas de Billboard, comenzando un paulatino pero constante ascenso que fue impulsado primero por el lanzamiento de un videoclip en marzo pasado en Vevo y luego por su designación como canción oficial de la pasada Copa de Oro de futbol.

Once meses después del estreno de la película que le dio origen, Cups (Pitch Perfect’s When I’m Gone) alcanzó el sexto lugar de los temas más populares en EU; el video continúa como uno de los más descargados en la iTunes Store y tiene 50 millones de vistas. La propia Kendrick reaccionó con buen humor a este hecho publicando en Instagram su propio meme en el que finge cara de sorpresa.

Nada mal para una actriz que pese a su extraño éxito no ha mostrado interés en seguir la carrera de cantante y que para vender tampoco necesitó recurrir a contoneos procaces.

marco.gonsen@gimm.com.mx

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