Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

30 Sep, 2013

Chocolates

Asustado, un niño llega a su casa con una barra de chocolate en la mano y exclama:

–¡Mamá, mamá, tengo miedo!

–¿Qué pasa, mi amor?– responde con cariño su madre, abrazándolo.

–¡Hay un fantasma verde en la envoltura de mi chocolate!

–No temas, es sólo un Android de Google. Es inofensivo, no puede hacerte daño…

–Entonces, ¿no debería preocuparme que una omnipresente compañía tecnológica que sabe todo lo que hacemos, tanto en internet como en nuestros teléfonos, sume fuerzas con una corporación trasnacional de alimentos que explota laboralmente a los niños, destruye bosques e impone precios en el mercado, y cuyo director ejecutivo dijo que es una “idea extrema” que el agua sea un derecho humano básico?

De inmediato, madre e hijo van con el jefe de la familia y exclaman al unísono:

–¡Papá, papá, tenemos miedo!

Con esta jocosa viñeta, publicada el 5 de septiembre, el sitio humorístico joyoftech.com saludó el anuncio de que la próxima versión del sistema operativo para celulares Android tendrá como apellido KitKat, la marca de chocolates de Nestlé que ha estado involucrada en no pocas controversias.

La más célebre a la que alude el chiste es la campaña emprendida en 2010 por Greenpeace para denunciar que la famosa golosina se elabora con un aceite de palma cuya extracción contribuye a destruir los bosques de Indonesia, que son a su vez hábitat del orangután, poniendo a esta especie en peligro de extinción. Por aquellos días la compañía suiza debió responder a reportajes e informes de que toleraba la esclavización de niños africanos en las plantaciones de cacao en Costa de Marfil.

Una tercera polémica surgió recientemente cuando circuló un video con declaraciones formuladas en 2005 por el entonces CEO de Nestlé, Peter Brabeck-Letmathe, en las que efectivamente calificaba de una idea extrema ver al agua como un derecho público, y proponía considerarla un producto alimenticio, susceptible de tener valor comercial. Frente a las acusaciones de que proponía privatizar el líquido, Brabeck-Letmathe publicó el pasado 18 de abril en su blog un texto en el que aclaró que sus dichos fueron sacados de contexto y sostuvo que el agua sí es un derecho humano para la supervivencia, pero debe pagarse si se utiliza para regar jardines y lavar autos.

Aunque, si de lavar la imagen se trata, la tiene más difícil Google, firma que la semana pasada tuvo un doble aniversario: el lunes 23 de septiembre celebró el primer lustro del lanzamiento de Android, que en cada upgrade adopta el nombre de un postre (desde Cupcake hasta JellyBean), de forma análoga a la moda establecida por Apple de nombrar como felinos a las sucesivas versiones de OS X, su sistema operativo para computadoras. Cuatro días después conmemoró los 15 años de su fundación con un doodle, una de sus ocurrencias más populares que le han dado fama de empresa cool.

(Un intento más elaborado de abonar en esta imagen de frescura lo constituye la película  The Internship, exhibida en México como Aprendices fuera de línea, en la que los comediantes Vince Vaughn y Owen Wilson interpretan a un par de cuarentones desempleados que reciben la oportunidad de competir por un trabajo en Google, compañía que presume no tener prejuicio contra la edad como parte de la diversidad de “su ADN”. Con un costo de producción de casi 60 millones de dólares, este enorme anuncio comercial de dos horas apenas recaudó 44 millones en Estados Unidos).

Sin embargo, justo en el día de su cumpleaños, Google recibió la advertencia de la Comisión Nacional de Informática y Libertades de Francia de que podría imponerle una multa por la forma como almacena y rastrea la información de los cibernautas en aquel país, sobre todo a partir de que consolidó en una sola sus políticas de privacidad sin dar opción a que sus usuarios pudieran rechazarla.

Y en la víspera, una corte de California se opuso a desechar una demanda colectiva en contra de Google por parte de ciudadanos que acusan que el sistema de escaneo de correos de Gmail —una herramienta para dirigir publicidad personalizada— constituye una intromisión ilegal a la privacidad. La compañía de Mountain View argumenta que ese proceso técnico es automatizado, sin intervención humana, y sirve para defender a sus usuarios de virus y spam.

Más vale que el inminente estreno de Android KitKat dulcifique estas incómodas probaditas de chocolate amargo.

marco.gonsen@gimm.com.mx

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