Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

29 Oct, 2013

Más buenos deseos que apoyos sólidos

Con avances pequeños, el S&P 500 ha fijado un nuevo máximo histórico: 1,762 al cierre y 1,765 en la operación intradía. El movimiento anterior me parece que está muy “agarrado” a que la Fed esta semana mantenga su posición de no iniciar la reducción de los estímulos financieros y tratando de encontrar algún indicio de cuando estas acciones podrían empezar. Desde la óptica de los mercados, la idea es que mientras más se tarde la Fed en empezar, mejor.

Me gustaría que el “anclaje” del mercado estadunidense estuviera más del lado de los resultados corporativos y la economía que del de la Fed, pues como sabemos esto ofrece poco impulso pues creo que hay una buena probabilidad que este banco central efectivamente espere algún tiempo para instrumentar su decisión de reducir los estímulos y en consecuencia, esto es bastante predecible. Así que no sorprendería a nadie y por tanto, no podemos esperar cosas extraordinarias en los precios.

Quizá lo que más me preocupa de esta condición —la de apoyarse más en lo que haga o deje de hacer la Fed— es que evidentemente los resultados que sí tienen qué ver con el buen desempeño de la economía —en el nivel que cada quién los quiera ver— no están siendo del todo atractivos.

Y considerando que los reportes corporativos en esta ocasión miden lo que ocurrió en el trimestre que terminó en septiembre, cabe suponer que no están reflejando el impacto del “shutdown” gubernamental, cualquiera que este haya sido, lo que abre la puerta para pensar en lo que esto pueda afectar lo que ocurra en esta materia en el último trimestre del año.

Así, más vale que la especulación sobre las decisiones de la Fed sea “buena”, es decir que se ejecuten hasta dentro de algunos meses en los que el mejor de los escenarios sería que la economía muestre que realmente ha conseguido un ritmo de avance que pueda sostener y que apunte a un crecimiento en el 2014 que se acerque más a los rumbos de 3%, o algo más.

Porque lo que vaya a pasar en este 2013, de hecho ya pasó y no creo que vayamos a tener sorpresas. Lo que escribí en la Consejería que usted pudo leer ayer, en relación a que es difícil saber cuánto tiempo durarán las condiciones para que Banxico pueda mantener una política monetaria relajada (en parte por eso el señalamiento de tomar como la última baja de la tasa de referencia la del viernes pasado, en este ciclo de expansión monetaria), vale también para las decisiones que en los mercados vayamos a tomar los participantes. No sabemos cuánto durará la postura de la Fed o si eventualmente se presenta otro asunto fiscal en Estados Unidos pronto, o cualquier “accidente” de esos con que solemos toparnos sin previo aviso.

De ahí el aumento de la volatilidad. Todos sabemos —al menos a nivel del inconsciente— que hay elementos para pensar que no estamos transitando por un camino perfectamente trazado y con buen pavimento —me encantaría que fuese de concreto; pero no suele ser así, al menos en estos rumbos que habito— que nos permita conducir el vehículo de cada quien con buena velocidad y sin sobresaltos.

Por el momento la sensación que me dan los mercados es que se mueven por situaciones previsibles de poco impacto, confiando en que así será lo que ocurra. Técnicamente el S&P 500 se acerca a una zona de resistencia en donde confluyen varios elementos que le pueden restar velocidad de ascenso. Mi estimación es que puede llegar a los terrenos de los 1,780/1,790. No estaría mal y ya no falta tanto. A partir de ahí sería deseable una baja hacia los 1,730 para dar oportunidad y espacio para el fin de año. Suerte.

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