Sin reforma energética México no es viable

Con el liderazgo de Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel  López Obrador ha surgido un movimiento que se opone a la reforma energética con el argumento central de que cualquier cosa que se haga atentará contra la soberanía y la riqueza nacionales, afectará los bolsillos de los mexicanos y el país perderá su petróleo a manos de las empresas trasnacionales.

La verdad es que ninguno de tales argumentos es demostrable. Si acaso, si se observa lo que ha sucedido con los países que han abierto su sector petrolero al sector privado, incluidos Cuba, Rusia, China y Corea del Sur, tales desventuras no se observan.

Es posible que otra forma de ver la reforma energética es analizar lo que pasará si no se hace; lo que sucederá si el sector petrolero y el de generación de electricidad se quedan como están.

Los datos duros, las cifras, nos dicen que de no hacer nada, el panorama es muy preocupante y que la viabilidad misma del país estaría en riesgo.

Por principio de cuentas habrá que tomar en consideración que México está dejando de ser una potencia petrolera y que en menos de una década no sólo no exportaremos petróleo, sino que habrá que importarlo.

Si eso sucede no sólo no tenemos las divisas para comprar el petróleo, sino habrá que recortar algo así como 40% del presupuesto nacional, que hoy se financia con las exportaciones de crudo.

Apenas en 2004 México producía 3.3 millones de barriles diarios de petróleo; a finales del año pasado la producción había bajado a 2.5 millones.

Esto, debido a que se agotó el gran yacimiento de Cantarel y Petróleos Mexicanos (Pemex) no ha podido explorar y perforar con la rapidez que se requiere  para reponer cada barril de petróleo que se extrae.

Por ordenamiento constitucional, Pemex es el único autorizado a explorar y explotar los recursos petroleros. En este esquema, sólo se han podido perforar seis pozos en aguas profundas y ultraprodundas del Golfo de México; Estados Unidos ha perforado 137 pozos.

En los yacimientos de shale oil y gas del mismo Golfo de México, Estados Unidos ha perforado  nueve mil 100 pozos; México ha perforado tres.

En materia de gas natural, la demanda ha crecido y México ha tenido que importar porque no produce lo suficiente y en estos momentos 30% del gas natural que se consume en el país se importa; lo mismo pasa con la mitad de la gasolina que se consume en México y con 65%  de los petroquímicos.

Los datos sobre este fenómeno son escalofriantes: en 1996, por cada dólar que México importaba de productos petroleros, exportaba el equivalente a 6.86 dólares; en 2012, por cada dólar de importaciones apenas exportábamos 1.62 dólares.

¿Por qué sucede esto?

Por una razón sencilla: mientras en otros países las tareas de exploración, explotación, refinación y distribución las hacen cientos o miles de empresas, en México todo ese trabajo lo tiene que hacer Pemex.

Mientras en la mayoría de los países las inversiones en el sector las realizan cientos o miles de empresas, en México toda la inversión la tiene que hacer Pemex.

En realidad, en todos los países, excepto en México y en Corea del Norte, los
gobiernos son propietarios del  recurso y otorgan concesiones o contratos a empresas privadas para explorar, explotar, refinar y distribuir los energéticos.

En el caso de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), derivado en buena medida de las limitaciones en el sector petrolero, más las ineficacias que se producen en un monopolio estatal,  el costo de la energía eléctrica es muy elevado.

Hoy por hoy, incluyendo el subsidio, la tarifa promedio de la CFE es 25% superior a la tarifa promedio de Estados Unidos; sin el subsidio es 73 por ciento.

Una forma de reducir ese diferencial es que CFE utilice gas natural en lugar de gasóleo; pero no tenemos suficiente gas natural y no es posible hacerlo.

Es decir, sin reforma energética, así sea una tan tibia y modesta como la que propone EPN en unos cuantos años México no es viable; sin petróleo, sin dinero para comprarlo y sin recursos para mantener su nivel de gasto público.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.