Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

28 Feb, 2014

¿Y si Brasil no pasa el antidoping?

En alguna de las primeras columnas de 2014 escribí que, sin duda, lo mejor de este año sería el Mundial de Futbol en Brasil. También me permití especular si esto sería bueno para Brasil, en un amplio sentido de la especulación.

No hay duda, el equipo nacional de Brasil siempre es un fuerte candidato para ganar estos torneos. Sus números lo avalan: de 1950 a 2010, en 16 mundiales ha sido cinco veces campeón y dos veces segundo lugar (le sigue Alemania, con tres campeonatos y cuatro segundos lugares, en ese mismo lapso; no lo pierda de vista).

Pero este Mundial encuentra a Brasil en un momento difícil. Después de haber sido “el niño del póster” desde que Lula llega al poder en 2003, en los últimos años su modelo de crecimiento basado en el consumo interno se ha enfrentado a problemas de sustentabilidad, sobre todo cuando el componente externo de su economía no le ha ayudado.

Lo anterior, como es normal, ha generado presiones sociales que quedaron expuestas justamente en un evento futbolero, la Copa Confederaciones en junio del año pasado. Aunque el futbol es la gran cosa y Brasil es un astro con luz propia en esta galaxia, la realidad terrena es otra cosa.

Desde luego que se puede usar una de las fortalezas emblemáticas de un país como estandarte para abrirse paso en el mundo global y competitivo de hoy, pero es claro que no es suficiente para mantener el lugar y el ritmo. Así, la economía de Brasil hoy parece un atleta cansado, sospechoso de haber usado esteroides para alcanzar la forma física que se esfuerza por lucir.

La economía brasileña creció 2.3% en 2013, pero el cuarto trimestre de ese año lo hizo en 0.7% y, en el tercero, cayó en 0.5%. La inflación los acosa y se encuentra en 5.6% en enero, arriba de la meta, de 4.5%, pero su banco central se ha visto obligado reducir el ritmo del alza de la tasa de interés, que había sido de 0.50 puntos en cada uno de los pasados seis meses, a 0.25% el miércoles pasado, para dejarla en 10.75%.

En cualquier caso, el premio real que se ofrece (el diferencial entre la inflación y la tasa de interés) habla por sí mismo de lo complicado que es mantener a los inversionistas interesados en ahorrar en su moneda local, a la vez que se trata de controlar a la inflación, pero no dañar demasiado al crecimiento. Difícil tarea.

Y ya viene el Mundial. Y peor aún, para el gobierno de la señora Rousseff, las elecciones son en octubre próximo y, por lo que se ve, las ofertas de bienestar que se le hicieron a la población no están siendo fáciles de cumplir, pues existe una fuerte presión para reducir el gasto público, como parte de una estrategia antiinflacionaria. Como sea, la permanencia en el poder del Partido de los Trabajadores está en riesgo. Y después del Mundial, en 2016 serán los Juegos Olímpicos. La pregunta es si puede Brasil pasar todas las pruebas antidoping que parece tener que enfrentar en el futuro próximo.

Creo que Brasil es una gran nación y también una gran lección para países que, teniendo, al menos en el papel, todas las apuestas a su favor, no dan los pasos correctos para convertir a los momios en resultados ganadores. Y el mercado se da cuenta rápido de ello. De hecho lo anticipa. Basta ver la gráfica del Bovespa (el índice de la Bolsa de Sao Paulo); en su tendencia básica, no ha dejado de bajar desde 2010.

Y sí, Brasil es una gran lección: pasar de los dichos a los hechos es más complicado de lo que parece, sobre todo porque en este planeta global de hoy hay un montón de variables que no son controlables domésticamente. Muchas cosas van más allá, pero mucho más allá de lo que cada quién diga de sí mismo.

En fin, menuda carga tienen sobre sus hombros —y sus pies— los Neymar, Oscar, Marcelo, Felipe Luiz, Hulk y demás estrellas. Imagine que Brasil no arrasa con sus tres oponentes —incluido el Tri— en la primera ronda y tiene que enfrentar así a España o a Holanda en la segunda etapa. Y sí, la camiseta no basta, aunque tenga muchas estrellitas. Antes de ganar hay que jugar los partidos. Todos. Suerte.

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