Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

25 Abr, 2014

¡Bienvenido! sólo si usted quiere

No crea que para mí, amigo lector, escribir sobre los mercados y tomar una posición de cara a usted es algo común y corriente. Ya de sí, el participar de manera activa y constante desde hace muchos años supone, al menos para mí una responsabilidad a la que por añadidura decidí incorporar la práctica de compartir lo que pienso y hago en medios de comunicación masiva.

Y quizá para muchos esta actividad pueda parecer inocua, pero créame por favor que no lo es. Aunque no lo compartiera en medios masivos, tomar decisiones sobre lo que no puedo controlar de manera cotidiana y de manera consciente, supone una suerte de entrenamiento peculiar. Sé que todo mundo decide algo a cada paso que da, así es la vida, pero como se hace de manera automática parece que es lo normal. Y de hecho lo es.

La diferencia con mi tarea cotidiana es que el mercado se encarga de recordarme de manera inmediata a mi decisión que soy un ser falible, pues por lo general las cosas no salen como espero, al menos no de manera precisa. Incluso cuando suceden en la dirección que espero, las variables de tiempo y distancia incorporan cierto grado de frustración.

Es decir, no basta con que los precios de los activos que se operan —y particularmente de los que uno opera— se muevan en la dirección que uno espera para que uno se sienta satisfecho y adecuadamente compensado, sino que como lo hacen cuando ocurre y en la magnitud que sucede, y sin que uno pueda intervenir directamente, uno experimenta un grado de ansiedad que si bien se aprende a tolerar, entiendo que hay trabajos —porque este es mi trabajo— que no implican esta situación.

Pero como cada quien rema su propia canoa y elige el río en que lo hace, pues no me quejo para nada. Al contrario, agradezco a la vida —y a Merkatum; usted sabe quién es— que me haya puesto en esta situación. Al fin y al cabo, si no me gustara, me cambiaría de vehículo y de corriente. O mejor dicho, de vehículos y de corrientes; sí, así, en plural.

Así que ver que el IPC  detiene su caída en la zona que supuse y al otro día reacciona aunque sea ligeramente al alza, como ocurrió el miércoles y ayer, me proporciona un cierto grado de confort, que es pasajero, pero que es bueno mientras dura. Aunque hay quien diga que es un índice y que sólo representa el movimiento de los precio de 35 acciones.

Y sí, efectivamente es un índice y por lo tanto nadie opera directamente sobre ello, aunque por fortuna hoy existen los ETF o trackers (el del IPC es el “Naftrac”); artefactos que permiten operar siguiendo a los índices y a un montón de entidades que hasta hace poco, los mortales sólo podíamos ver en su accionar, pero que sí dan una clara idea de lo que está ocurriendo. En cualquier caso, así son, los índices de lo que sea. Por eso se llaman índices; porque “indican”; nada más. Los humanos desde hace mucho los fabricamos con ese sentido: poder seguir de manera más o menos simple, un fenómeno complejo.

Es el caso del IPC, del S&P 500, del Dow Jones Industrial Average, del Nasdaq o de cualquiera de los muchos índices que existen en los mercados alrededor del mundo. Hoy, por medio de los ETF se puede participar en ellos. ¡Y ganar y perder!, si eso es lo que le preocupa a los que dicen que los índices sólo son datos. Compre su ETF favorito, para que no se quede con las ganas y sienta en propio bolsillo y ánimo lo que se siente participar en los mercados.

¡Entre a ese territorio que no existe y en donde las pistas son realmente difíciles de seguir! ¡No se pierda de la descarga de adrenalina que produce! ¡Use sus cincos sentidos y todos los demás que tiene, aunque no los pueda nombrar! ¡Aquí se ponen en juego la inteligencia, la habilidad, el conocimiento, la técnica, el instinto, el sentido común, la sensibilidad y la condición física! ¡Permita que le ataquen la Vanidad, la Codicia y la Esperanza!

¡Bienvenido a la diversión! ¡La entrada es gratis; la estancia y la salida, es lo que cuestan! ¡Usted decide cuánto quiere pagar, ganar y perder! ¡Aquí se encontrará con usted mismo y con todo lo que trae cargando! ¡¡¡Uayyyy!!!; dirían en mi tierra! Le veo a la salida, si decide entrar. Suerte.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube