Choque de trenes

Cada vez son más y más fuertes las versiones según las cuales las diferencias entre Guillermo Ortiz Martínez y Alejandro Valenzuela han pasado el terreno de lo estrictamente profesional para convertirse en una disputa que podría implicar cambios en el primer nivel de uno de los cinco principales bancos del país.

Evidentemente cuando se pregunta oficialmente se habla de coordinación, solidez y todo lo que se espera de grupos de profesionales que, durante sus carreras, han demostrado gran institucionalidad.

Sin embargo, en privado el tema se ve bajo otra óptica. Se dice que la lejanía entre el presidente y director general tiene una larga historia, a pesar de que muchos se quedaron con la historia, falsa, de que el primero se había traído a quien fuera uno de sus destacados colaboradores. La decisión correspondió mucho más a Roberto González Barrera (QEPD) y no a la posición de Ortiz.

El enfriamiento de las relaciones tomó una mayor fuerza luego de la muerte del forjador de este imperio y los ajustes que se están dando entre los principales grupos de accionistas, comenzando por los herederos cercanos.

Hasta el momento ha privado más el preservar el valor de la compañía y enfrentar de una manera adecuada la feroz competencia que se da en este sector; no obstante, hay hechos muy significativos.

Parecería, de enterada, que Valenzuela y sus acciones son mejor valoradas entre los grupos que al final del día toman las decisiones importantes, puesto que lo ven como un ejecutivo eficiente e institucional que no tiene una agenda más amplia que el propio bienestar de Banorte.

También se ha visto que este hombre tiene una mayor capacidad para tender puentes con los directivos de otros bancos. No tiene una posición que algunos otros califican como de macho alfa o de exregulador, lo que resulta particularmente importante si se considera que muchos de los problemas que enfrentan como instituciones en particular, también corresponden al gremio.

No sería difícil que la guerra de baja intensidad pueda llevar a un ajuste generacional. Ya hay quienes hacen sus apuestas.

Condicionada

Existe un gran y fundado miedo de algunos expertos del sector de las telecomunicaciones porque el grupo económico en torno a Telmex pueda obtener con facilidad el título de concesión único con el que podría dar televisión. No han faltado los que han dicho que le fue “regalado” por parte del Instituto Federal de Telecomunicaciones. Nada más falso.

Básicamente la discusión se ha centrado en debatir si 24 o 18 meses eran suficientes sin ir verdaderamente al fondo de la discusión.

Primero lo accesorio. La diferencia de seis meses no es un factor fundamental, puesto que en un mercado de más de 30 mil millones de dólares y en expansión realmente medio año no es nada.

Lo que sí es de fondo es la condición de cumplimiento de los requisitos establecidos en la reforma constitucional, que eso es bastante dudoso.

Primero las definiciones. En la reforma constitucional aprobada por todos los partidos políticos se establecen cuatro posibles opciones para avanzar hacia la concesión única, es decir, no se trata de ningún traje a la medida.

Que en este momento la decisión mayoritaria del pleno tiene que ver con una sola empresa es otra historia, puesto que el IFT tenía la obligación de establecer estos lineamientos de una manera clara y objetiva.

Sin embargo, donde el asunto no es tan seguro es en el cumplimiento durante 24, 18 o un mes de las reglas de preponderancia establecidas por el instituto que encabeza Gabriel Conteras al preponderante en las telecomunicaciones.

La empresa ha dicho una y otra vez que no están dispuestos a cumplir con estas normas, especialmente las que tienen que ver con compartir la infraestructura o establecer la tarifa cero de interconexión porque las consideran confiscatorias. De hecho, han recurrido sin éxito a los tribunales para tratar de frenar estas acciones.

La resolución del IFT establece que la concesión única se dará cuando después de año y medio se confirme que el solicitante cumple con las reglas de preponderancia, no se dice en ningún lado que será 18 meses después del anuncio de la medida.

Crecimiento

Uno de los principales problemas que ha tenido el desarrollo de Puerto Escondido es la baja conectividad aérea y de ahí que sea excelente el anuncio hecho por Aeromar, encabezada por Fernando Flores, en el sentido que aumentará sus frecuencias diarias y establecerá mayor conectividad tanto en temporadas vacacionales como en puentes.

En lugar de estar pensando en entregar los cielos a las empresas internacionales como irresponsablemente proponen algunos gobernadores y funcionarios de la Secretaría de Turismo, se deberían establecer facilidades para que las líneas aéreas que tienen interés en crecer lo hagan de mejor manera.

No puede esperarse que Aeroméxico, presidida por Eduardo Tricio, esté interesado en aumentar su penetración en el país puesto que se hayan en una gran zona de confort; sin embargo, hay dos efectos que deberían tener en cuenta: primero, el crecimiento de sus competidores a favor de los consumidores y, segundo, la posibilidad de que el negocio les sea arrancado por empresas internacionales que tienen flotas inmensamente superiores.

Esfuerzo

Mario Di Costanzo es, sin duda, el primer presidente de Condusef que entiende el valor de la educación financiera y actúa en consecuencia. Él no dispendia el dinero de la organización en proyectos personales porque no es un becado del Presidente en turno.

Así, el titular de la Condusef está tomando una gran cantidad de acciones para promover entre la población consejos financieros. Desde este semana ha comenzado a distribuir calendarios de juego del Mundial de Futbol, que se realizará en Brasil, y tienen en la parte posterior consejos financieros de gran utilidad.

No sería difícil que además comience a distribuir balones en los cuales también se incluyan consejos financieros que tienen un gran valor: son breves y contribuyen efectivamente a mejorar la calidad de vida de las personas. Bien por el presidente de Condusef.