Rodrigo Pérez-Alonso

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Rodrigo Pérez-Alonso

20 Ago, 2014

Migración y tecnología

El próximo mes de noviembre será crucial para el presidente Obama. A dos años de terminar su mandato, su legado se ha erosionado por la grilla, la de los partidos divididos en ideologías extremas, la de la incapacidad de aterrizar las promesas casi imposibles de sus campañas a la Presidencia. Es en ese mes que las elecciones del Congreso de Estados Unidos serán renovadas en elecciones intermedias; los 435 escaños de la Cámara de Representantes y un tercio de la Cámara de Senadores.

En la práctica, Obama está en riesgo de terminar anticipadamente su periodo presidencial como un presidente de ornato (lame duck) mediante la mayoría de un Congreso Republicano o aprobando reformas requeridas con el apoyo de una mayoría demócrata. De esto dependerán muchos de los temas que han estado atorados en el Congreso y en el Poder Ejecutivo, y entre ellos un tema crucial para la relación bilateral de México-Estados Unidos: la inmigración.

La administración de Obama ha sido incapaz de empujar nuevas leyes de naturalización para inmigrantes mexicanos, principalmente por la oposición de los republicanos en el Congreso y la incapacidad de llegar a un consenso sobre la situación migratoria de 11 millones de seres humanos que viven en EU sin papeles. Es un tema tan caliente en la agenda política que incluso Obama acordó con el presidente Peña de que este último no visitaría EU hasta que no pasen las elecciones de noviembre.

Los principales periódicos liberales como el New York Times han hecho eco de la necesidad de reformas en esta materia y en la agenda mediática se ha manejado la necesidad de dar facilidades a los hijos de migrantes y a aquellos que llegaron a EU como menores de edad. Con una política implementada por el presidente Obama sin la aprobación del Congreso, el Deferred Action for Childhood Arrivals, busca diferir el riesgo de deportación para todos aquellos que enfrentan esta situación. A la fecha 550 mil personas han sido aprobadas para este programa y los demócratas pueden ganar simpatías de los votantes latinos si logran expandir este programa con mayor éxito.

Uno pensaría que la mayoría de los inmigrantes latinos trabajan en áreas que necesitan mano de obra barata como la manufactura, agricultura y servicios. Sin embargo, los mexicanos y otras nacionalidades latinas en EU son vitales también para sectores como la industria de alta tecnología y telecomunicaciones. En una reciente publicación de Bloomberg BusinessWeek (http://buswk.co/1hk0m06), los mexicanos son considerados la principal fuente de talento para Silicon Valley, muy por arriba de los chinos y otras nacionalidades. Hay muchas interpretaciones, pero lo significativo es que los mexicanos somos el principal talento importado en esta región de alta tecnología y telecomunicaciones. Esto en parte explica por qué las principales empresas de este sector han empujado con tanta vehemencia las reformas migratorias.

Por ello la opinión del votante en EU será crucial en noviembre para la agenda migratoria y el sector de tecnología, dos ámbitos que parecieran no tener mucho que ver, pero que en realidad están entrelazados.

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