Las inversiones de Mancera

La principal divisa de un gobernante es su capital político, dependiendo de su habilidad lo puede acrecentar o dilapidar sin obtener ningún rendimiento. Los estadistas a veces lo invierten en un proyecto de país, independientemente del resultado.

El jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, optó por invertir su capital político en un tema que le permita obtener un rendimiento que lo coloque como un líder de alcance nacional con suficiente capital como para contender seriamente por la Presidencia de la República que es la máxima aspiración de cualquier político relevante.

Inversión en economía o seguridad

El jefe de Gobierno tenía dos áreas en las que podía hacer su primera gran inversión de capital: seguridad y economía. Viéndolo desde la perspectiva de los rendimientos en los temas vinculados a la seguridad, el dividendo puede ser muy volátil hasta convertir una ganancia en una pérdida. Los disturbios del 1 de diciembre de 2012 o los linchamiento de Tláhuac son un ejemplo.

En cambio, en los temas económicos los rendimientos son más sencillos para un jefe de Gobierno ya que en caso de que la economía nacional tenga un mal desempeño, la responsabilidad siempre puede ser atribuida a los rivales, en caso de que las cosas vayan bien siempre se puede subir a la cresta de la ola.

Ya sabiendo que la inversión política es más segura en un asunto económico hay que escoger un tema que permita obtener buenos rendimientos. En economía escoger una causa no es sencillo dado que los asuntos suelen ser muy complejos y poco populares. Sin embargo, Miguel Ángel Mancera y su equipo mostraron un gran olfato para detectar que el tema del salario mínimo tiene un dividendo garantizado.

Salario mínimo,
buen rendimiento

En un país como el nuestro en donde existe una gran desigualdad en la distribución de la riqueza un tema, que garantiza un buen resultado es el de los salarios mínimos, debido a que es difícil sostener ante las mayorías una oposición a una causa tan justa y que responde a un diagnóstico correcto que es la erosión del poder adquisitivo en México.

El prospecto de colocación del jefe de Gobierno resultó muy pulcro. En la semana que termina Miguel Ángel Mancera presentó un documento bien confeccionado de 98 páginas en donde se hace un buen planteamiento del tema, se señala que en la discusión México es acompañado de Alemania y Estados Unidos y además se hace un comparativo con países de la región en el que nos enteramos que en materia de mini salarios somos excéntricos por tacaños. En el documento también se desmontan algunas objeciones como el hecho de que los salarios no han crecido al mismo ritmo que la productividad. Además también se establece que las crisis inflacionarias que vivió México en 76, 82/83 y 87 no tuvo como epicentro un aumento de los salarios.

Competencia en rendimientos

El tema fue tan atinadamente descubierto por el jefe de Gobierno que no tardaron en surgir competidores como Gustavo Madero, presidente del Partido Acción Nacional, que decidió incluir el tópico en su consulta para la elección intermedia de 2015 o el legislador Héctor Larios del mismo partido que presentó una iniciativa para que el mínimo deje de ser una medida de referencia para créditos y multas.

El jefe de Gobierno puede tener éxito en generar presión al gobierno federal y al sector privado para que acepten un aumento de los salarios. Sin embargo, en caso de que se dé un aumento de algún tipo, los rendimientos políticos también serán reclamados por el PAN y por supuesto por el propio gobierno federal que inevitablemente lo capitalizará en caso de que lo acepte.

Hubiera preferido una inversión del jefe de Gobierno del DF en un tema más inmediato de la capital o en un tema más estructural como la informalidad pero no puedo negar que desde el punto de vista del rendimiento político es una inversión aceptable.