Administración de expectativas

Es claro que con el Segundo Informe de Gobierno, el Presidente de la República dará por concluido el primer tercio de su administración, que estuvo caracterizado por una gran cantidad de reformas estructurales que buscan sembrar un muy fuerte crecimiento hacia el final de su administración y principios de la próxima.

Es un hecho que Peña Nieto no propondrá más reformas estructurales. Evidentemente, siempre podrían hacerse más, como la del campo o una laboral, que no sólo considere a los salarios mínimos, sino los reales, en los cuales la productividad tiene un factor fundamental.

El jefe del Ejecutivo ha retirado, en los hechos, su oferta de una reforma estructural al campo. Ha mandado mensajes una y otra vez sobre los apoyos a este sector desde las otras reformas.

En materia laboral, el gobierno ha tomado una posición pragmática. Alfonso Navarrete Prida ha sumado cualquier cantidad de apoyos. Primero, con los miembros de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos y la propia Unión Nacional de Trabajadores. Después con todos los secretarios del trabajo.

En los dos casos se ha llegado al acuerdo de promover una discusión ordenada, con base en el planteamiento que hizo el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.

Seamos muy claros, es difícil pensar en que se darán los aumentos planteados por el jefe de Gobierno, ya sea por la vía de una negociación inteligente o por un acto de voluntarismo político, como el impulsado por el líder nacional del PAN, quien engaña a la población con el tema del salario digno.

De hecho, podemos adelantar que durante este periodo de sesiones se deberá crear una nueva unidad de cuenta que sustituya al salario mínimo fijado por la Consanami en todas las funciones que no le corresponden. Este simple hecho permitiría que los salarios mínimos siguieran recuperándose.

Si se ve en una visión de 30 años, es cierto que el salario mínimo ha perdido 70% de su capacidad de compra; sin embargo, en los últimos tres sexenios, con la inflación controlada, se han dado recuperaciones bastante pequeñas.

El lamentable Gustavo Madero quiere revivir el Pacto por México o seguir con las reformas no porque esté convencido de su bondad, sino porque es la manera de seguir columpiándose en su nueva obsesión: ser candidato del PAN a la Presidencia de la República.

Sin embargo, seguir con un tren de reformas sin permitir que se asienten algunas tan importantes como la Energética, Fiscal, Financiera y de Telecomunicaciones sería un verdadero error. Es tiempo de consolidar y ejecutar.

Administrar

Una de las premisas de Peña Nieto es que no había llegado al gobierno para administrar, sino para transformar; no obstante, a partir de este Informe de Gobierno deberá dar muestras de capacidad para administrar y aterrizar las reformas estructurales, puesto que algunas de ellas tienen procesos de ejecución muy largos.

Desde el primer momento señalamos en esta columna que, por ejemplo, la gran cantidad de ordenamientos derivados de la reforma financiera serían verdaderamente difíciles de procesar, puesto que implican modificaciones monumentales en leyes, decretos y ordenamientos de este sector que, a su vez, deben ser asumidos por los participantes del sector financiero.

El Presidente deberá explicar algunos puntos que ha venido esbozando en los mensajes previos a su Segundo Informe de Gobierno.

Primero. El resultado de las reformas no vendrá de un día para otro y de ahí que debe desarrollar un esquema en el cual la población debe comprender que el cambio no es mágico y que se requieren temas de corto plazo, especialmente ante un año electoral en el cual partidos como Acción Nacional y Morena,tirados al populismo irresponsable, tratarán de engañar a la población con soluciones mágicas.

Segundo. Cómo pasar de un gobierno transformador a otro ejecutor. Es cierto que el sacar las reformas implicó el trabajo de excelencia de muchos de sus colaboradores, tanto en áreas técnicas como políticas, y ahora se tendrá que reajustar el equipo.

Para muchos fue una sorpresa que uno de sus hombres más cercanos, Raúl Cervantes, hubiera ido al Congreso, y otros más que renunciara a él en cuanto terminó su presidencia en el Senado de la República.

Sin embargo, una lectura precisa es que se trató de una suerte de pitcher cerrador, es decir, tenía como función hacer una serie limitada de cosas. Esta situación se extiende a otros miembros de su gabinete en áreas económicas que tienen sus principales talentos en áreas políticas.

No se descarta que se den algunos ajustes, comenzando por Ildefonso Guajardo, quien se muere por ser candidato del PRI al gobierno de Nuevo León porque “todos” los empresarios lo quieren.

Sin embargo, también se deberá ver un trabajo de las áreas técnicas. En este sentido, llamarán mucho la atención los anuncios que hará el Presidente junto con el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, en materia de infraestructura el próximo miércoles.

Gran parte de la especulación se ha concentrado en el anuncio, ya bastante anticipado, de la ampliación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México; sin embargo, la SCT es fundamental para enviar mensajes de una gran ejecución del gobierno.

Manejo

Tercero. Una de las señales que tendrá que dar el Presidente durante su informe es cómo manejará el país una vez que logró todo el paquete de reformas estructurales que había pedido y que, evidentemente, en este momento aún no han logrado romper el promedio de crecimiento de la economía en 2.5 por ciento.

Se acabó, de un modo u otro, el tercio de la transformación. Se acabó el tiempo del vamos a hacer y si lo logramos iremos hacia algún lugar mejor. Es momento de aterrizar y manejar las expectativas de la población y una oposición que, a pesar de haber sido parte de esta gran y positiva transformación nacional, buscará hablar de los magros resultados de la economía.

En este sentido, uno de los temas fundamentales seguirá siendo en qué gastará el gobierno los mayores ingresos logrados no sólo de la Reforma Hacendaria, que ha sido muy exitosa en cuanto a la recaudación de la Secretaría de Hacienda, encabezada por Luis Videgaray, sino de la Reforma Energética.