“Máximo histórico”

Aunque hace algunos días escribí acerca de la posibilidad de una baja en los mercados (el 29 de agosto pasado), cuando esto se empieza a materializar uno siempre siente frío. El comportamiento que ayer tuvo el IPC en México y el que desde hace un par de días tiene el S&P 500 en el mercado de Estados Unidos, le dan significado a eso que llamamos el “máximo histórico”.

El término para muchos puede sonar vacío o grandilocuente. No importa. Para los que trabajamos en estos rumbos —el de los mercados— y particularmente para quienes estamos involucrados con los temas de la operación y el Análisis Técnico, estos niveles sí que tienen importancia. Y si están cercanos a las zonas en donde aparecen cifras de algunos “ceros”, más aún.

El IPC, en estos tiempos ronda la cifra de los 46 mil puntos, el máximo histórico alcanzado en enero de 2013 y el S&P 500, la de los dos mil puntos, que nunca antes había aparecido en la historia de este indicador. Que ahora estos índices hayan iniciado una baja correctiva, no es casual. Tampoco lo es que algo similar esté ocurriendo en otros mercados alrededor del mundo.

El FTSE, el índice del mercado de Londres lucha contra sus 6,900 puntos, nivel que ha detenido varias veces alguna trayectoria alcista; recientemente lo hizo en mayo de 2013 y luego en enero, febrero, mayo, junio, julio y el ahora, en septiembre de 2014. El Nikkei, de Tokio, encontró en estos días nuevamente la zona de sus 15,800 puntos, misma que enfrentó en mayo y noviembre de 2013, logró rebasarle —pero por poco— durante algunos días entre el 19 de diciembre de ese año y el 22 de enero del presente, pero regresó por debajo de este nivel, que intentó superarlo infructuosamente a finales de julio pasado y ahora lo intenta otra vez.

Podría seguir enumerando otros índices, de otros mercados en diferentes países, pero me parece ocioso, acaso efectista y definitivamente una pérdida de tiempo para usted, amigo lector. Lo que quiero dejar claro es que, como muchas veces he escrito en este y otros espacios y me lo digo a diario, el mercado es gente, que inevitablemente actuamos de manera más o menos predecible, por más globalizados que estemos, lo que en realidad favorece y soporta a esta idea. También insisto en que, más allá de si estoy en lo correcto o no, cuando hablo o escribo de una posible baja o de un alza, lo hago porque es lo que interpreto de lo que veo en los indicadores y porque pienso que es una señal —que no una instrucción— para actuar. Si se hace o no, es cosa de cada quien.

Claro que puede haber muchas explicaciones para el comportamiento de los mercados, algunas más “científicas” que otras, pero yo prefiero atenerme a lo que conozco y que he visto funcionar por años, que por supuesto abarcan un periodo mayor al de los años que he estado en este terreno, que no son pocos. Por eso es que de rato en rato me animo a hacer estimaciones de los niveles futuros de los mercados. Y a escribirlo o decirlo en medios públicos. 

Así que las condiciones técnicas favorecen una baja que en lo personal supongo temporal, toda vez que se presenta dentro de una tendencia alcista de largo plazo, al menos en el IPC y el S&P 500 —que son los índices que más sigo— y como de costumbre, en estas condiciones me presentan una nueva oportunidad para participar, ya sea con posiciones nuevas de alguna acción o incrementando lo que ya tengo.

Pero como las cosas están más bien revueltas alrededor del mundo, la Fed está por hablar —dentro de una semana— y no tengo información “dura”, pues prefiero tomarme con calma la baja y esperar a mejores niveles para decidir participar y en dónde y cómo. No hay prisa, los mercados no cierran y la baja puede avanzar, pero más aún, el alza interesante requiere de algún incentivo que no se ve próximo.

Así que lo tomo con calma. Lo cierto es que quisiera tener más liquidez disponible, pero actúo por lo que veo y claro, por lo que tengo. Estoy muy loco, pero no como jabón, ni cometo imprudencias de las que luego me pueda arrepentir, lo que por supuesto he hecho y hago, pero cada vez menos y de menor tamaño. Suerte.