Ridículos debates vs. IFT

Los que siguen haciéndose pasar como representantes de la sociedad civil en materia de telecomunicaciones han inventado un nuevo escándalo, que tiene como última finalidad lesionar la credibilidad que ha ido ganando con sus acciones y no con sus dichos el Instituto Federal de Telecomunicaciones.

Las plañideras del sector exigen que puedan asistir físicamente a las reuniones del pleno del instituto, que encabeza Gabriel Contreras, porque, según ellos la ley establece que sus sesiones deben tener un carácter público, lo que implementan que pueda entrar cualquier persona.

Entre las razones pueden estar que extrañan ser protagonistas del sector o quieren ver qué se sentiría estar en el pleno de este instituto al que no llegaron simple y sencillamente porque no tenían la capacidad técnica para hacerlo. Quizá se trata de un arranque de nostalgia, por lo que no pudieron ser en un proceso transparente organizado por Banco de México.

Otra posibilidad es que ellos son más papistas que el Papa y creen que los siete comisionados, por el simple hecho de que no son ellas, se entregaron a los poderes fácticos, que abdicaron a la autonomía del IFT por cobardes o porque los capturó el gobierno federal. No faltan quienes dicen que se llaman a traición.

Desde el punto de vista práctico sería un absurdo que las sesiones del pleno tuvieran público y sólo faltaría que también quieran que se les dé derecho de opinar o estar buleando por Twitter al comisionado que no opine lo que ellos creen o los que los mandan.

Las juntas de gobierno del Banco de México son un ejemplo de transparencia y carácter público. En la cabeza de nadie ha pasado la idea de que los funcionarios del instituto central tengan público en sus deliberaciones y que lo hagan porque todos sucede en lo oscurito.

El banco central autónomo, que gobierna Agustín Carstens, es un modelo en cuanto a la transparencia pública. El día que se realizan las reuniones del pleno se emite un comunicado de prensa en el cual se conoce cuál fue la determinación mayoritaria o unánime de los miembros de la junta.

Algunos días después se publica la minuta en la cual se conoce el sentido de los votos sin poner el nombre de los miembros de la junta que opinan sobre determinado tema. Poner el nombre sería un ridículo, puesto que iría en contra de un factor fundamental como es la unidad de cuerpo y la institucionalidad.

En el sector de las telecomunicaciones, por las taras del pasado, existe una propensión histriónica; sin embargo, antes de escuchar y engancharse con debates ridículos, los comisionados del IFT deberían no únicamente en la línea en la que se encuentran y que fue dañada por el error de Adriana Labardini, sino parecerse mucho más a la forma ejemplar en la que opera Banco de México.

Sin rollos

Si usted quiere estar bien informado de la realidad de lo que sucede en el sector de las telecomunicaciones, esté menos pegado a las mentiras de las redes sociales y póngase pendiente del seminario que organiza la Escuela Libre de Derecho sobre el marco jurídico del sector.

Este evento, que se realizará el próximo viernes 3 de octubre, tendrá la presencia de verdaderas figuras del sector de las telecomunicaciones como Miguel Flores Bernés, Gerardo Soria, Federico González Luna, Ricardo Ríos Ferrer, Gerardo Sánchez Henkel, Clara Luz Álvarez, Jorge Arreola Cavazos, Alexis Milo Carranza, Luis Mancera Arrigunaga, Alejandro Cantú, Luis Alejandro Bustos Olivares, Manuel MacFarland e Ismael Reyes Retana.

El evento es coordinado por Gonzalo Martínez Pous y el presidente del Instituto Federal de Telecomunicaciones, Gerardo Soria, dará una conferencia magistral.

Como puede verse se trata de una mezcla entre representantes de las empresas, el gobierno y expertos en el sector de las telecomunicaciones. Sin duda, valdrá la pena seguir este seminario con mucho detenimiento. 

Barrido

Una práctica indebida en el sector de la radiodifusión es el barrido de señales como el que, nuevamente, está realizando Radio Ibero. Resulta que esta estación aparentemente pasando la potencia autorizada se come otras señales como la del 103.3 de FM, que corresponde a Radio Fórmula. Esta práctica la habían detenido, pero desgraciadamente ya volvió.

Deslinde

De acuerdo con diversas fuentes que citan a un funcionario de Alcatel-Lucent no saben nada de ningún consorcio con Ericsson para participar en la operación de la banda de 700 Mhz.

Lo que sepa o no el funcionario resulta un tanto irrelevante, puesto que como señalamos desde el primer momento, el tema de la licitación de esta banda se contamina no sólo porque lo que se aprobó en la reforma constitucional genera grandes dudas a funcionarios de las secretarías de Hacienda y Comunicaciones y Transportes.

Los de la dependencia de Luis Videgaray no acaban de asimilar el candado constitucional que les pone en la situación de malbaratar un bien del Estado y los segundos porque se trata de un verdadero galimatías de operación cumplir con los acuerdos que avanzaron más por la presión política que por la razón. Lo demás es anecdótico.

Seamos muy claros. Se debe cumplir con la obligación constitucional aun cuando se esté generando daño al erario y se generen condiciones para una asignación directa verdaderamente dudosa en contra de los contribuyentes.

Es necesario que funcionarios del gobierno federal entren en un periodo de precisiones, puesto que van tarde en el proceso que deberá comenzar antes de que termine este 2014.

Descarado

Mientras que la mayoría de las autoridades, sociedad, bancos, aseguradoras y empresas se han unido para ayudar a los habitantes de Baja California tras el paso del huracán Odile con acciones que van desde la atención a los afectados hasta facilitar la recuperación, hay individuos verdaderamente miserables que lo ven como una oportunidad.

No sólo me refiero a quienes saquearon los establecimientos llevándose incluso terminales punto de venta o infraestructura que sólo les sirve a los proveedores de servicios, sino a individuos como el senador del PRI, Ricardo Barroso Agramont, quien se puso a repartir despensas que incluían su fotografía en un acto inaceptable de protagonismo político que, sin duda, le saldrá contraproducente.