David Páramo

Análisis superior

David Páramo

8 Oct, 2014

Ya está definido

El próximo 22 de octubre, cuando se realice la asamblea de accionistas del Grupo Financiero Banorte se formalizará no sólo la salida del consejo de administración de Guillermo Ortiz Martínez y la consolidación del grupo integrado por Juan González y Carlos Hank González, quien incluso podría ocupar la presidencia del consejo de administración. Lo menos, aseguran, será director general del grupo si su tío asume la presidencia del consejo de administración.

El 17 de septiembre publicamos en esta columna bajo el título “El destino de GOM” cómo se integrarían los cambios tanto en el tercer grupo financiero del país sino también dentro de Interacciones. Un recuento.

Señalamos que el destino del todavía presidente de GF Banorte se decidió por la forma, más allá de sus atribuciones y totalmente fuera de respeto a los accionistas mayoritarios, en que se compró la Afore XXI. Quizá esa fue la gota que derramó el vaso.

Juan González en todo momento se sintió ofendido por la forma en que Ortiz le dijo que no tenía por qué darle información sobre las decisiones que tomaba a pesar de que es un miembro del consejo de administración.

Se trató, como se sabe, de un intento por diluir a los inversionistas del paquete de control en una estrategia bastante exótica para fortalecer su posición con el apoyo de los fondos que no llegaron, como él cree, bajo el influjo de apellido Ortiz Martínez sino por el potencial de negocios que tiene el tercer grupo financiero del país.

Sin embargo, no fue la última fricción entre el grupo ahora claramente dominante de Juan González-Hank González, puesto que Ortiz Martínez incumplió su palabra cuando se negociaba su salida.

Primero aceptó ciertas cantidades y un proceso de salida. Pocos días después cambió de actitud y forzó a Juan González no sólo a desconocer el trato anterior sino estar dispuesto a una lucha frontal para sacarlo del grupo financiero, incluso sin un lugar en el consejo de administración.

Parecería que la disputa ha llegado a su fin.

Hoy por la mañana se anunció que Hank González presentó su renuncia al grupo financiero Interacciones para aceptar un cargo en el consejo de administración en Grupo Financiero Banorte, donde hará mucho más que representar los intereses de su mamá.

Es muy posible que ocupe la presidencia del consejo de administración, puesto que es una figura que aglutina a las principales familias que controlan el consejo de administración.

Es importante recordar que  Carlos Hank González era el favorito de Roberto González Barrera. Durante muchos años se especuló no sólo la vinculación del nieto a Banorte por la gran cercanía personal sino institucional; sin embargo, en todo momento él dijo que prefería mantenerse en el grupo financiero propiedad de su padre Carlos Hank González.

De hecho, existe la especulación sobre una eventual fusión entre Banorte e Interacciones; sin embargo, reiteramos (el 17 de septiembre lo publicamos en este espacio) no existe posibilidad de integración de capital.

No sólo están los temas familiares sino, mucho más importante, los regulatorios.

Tendrían que cumplir con una larguísima serie de temas regulatorios que pasan por la concentración de activos.

Más allá, en esta columna ha podido leer que la Secretaría de Hacienda, encabezada por Luis Videgaray, y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, presidida por Jaime González Aguadé, no ven con buenos ojos una fusión de este tipo porque les preocupa la “contaminación” que podría traer Interacciones a Banorte.

Mientras que el primero es un banco especializado en el financiamiento a gobiernos de estados y municipios, como lo reiteraron hoy en el anuncio donde también se nombró a Carlos Rojo como director general, Banorte tiene un espectro muchísimo mayor.

Uno de los puntos que todavía falta despejar es cuál será el futuro de Alejandro Valenzuela. Aquí es necesario puntualizar que ha tenido un excelente desempeño como director general de Banorte, puesto que gran parte de su crecimiento se explica por las buenas decisiones administrativas que ha tomado.

Al interior del grupo se evalúan dos posibilidades. La primera es si Hank González es nombrado presidente del consejo de administración, pues entonces se da por un hecho que Valenzuela se mantenga en el grupo como director general.

La segunda es si Hank González se queda con la dirección general, pues entonces se garantiza que tendrá una salida por la puerta grande donde, sin lugar a dudas, tendrá una gran cantidad de ofertas.

Lo que es claro que más allá de las buenas formas que pudieran privar al final, Ortiz Martínez dejaría el grupo por la puerta de servicio. Habrá que estar pendientes sobre el final de esta historia.

¿Cuándo?

Hay dudas mucho más que serias sobre el tiempo que le llevará a América Móvil cumplir con las reglas de preponderancia establecidas por el Instituto Federal de Telecomunicaciones.

La empresa anunció que buscarían vender tantos activos como fuera suficiente para tener menos de la mitad más uno del mercado de telecomunicaciones. Contrataron a Bank of America como su agente colocador y han hecho diversos anuncios al respecto como enviar un comunicado a la autoridad regulatoria de Estados Unidos.

Sin embargo, hasta el momento no han presentado un plan al instituto que preside Gabriel Contreras sobre el proceso de venta que, como ha establecido la autoridad, debe generar efectivamente competencia en el mercado relevante; no puede ser vendido a un grupo con el que pudiera existir conflicto de interés o simular una operación.

También está la parte de los compradores quienes saben que existe una presión por parte de América Móvil para vender, lo que necesariamente implica que los precios vayan a la baja.

De hecho, hay que poner especial atención en algunos otros procesos que pudieran estar pendientes. Prácticamente se da por un hecho que Nextel México será vendida no sólo como parte del proceso de reestructuración financiera de su matriz sino ante los graves problemas que enfrenta caracterizados por el escandaloso desplome del número de clientes ante la disminución grave de la calidad del servicio.

Por otro lado, está el proceso a través del cual Iusacell está buscando un socio tecnológico lo que, a no dudar, influye en la toma de decisiones globales dentro del sector.

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