Oceanografía, deuda que arreglar

El Servicio de Administración y Enajenación de Bienes, el SAE, hizo lo correcto al poner a Oceanografía en concurso mercantil.

No sólo se trataba de una intervención, sino de darle transparencia al manejo de la empresa, y qué mejor manejo que ponerla en concurso mercantil para abrir todas sus cuentas a los acreedores.

El problema, ahora, son los acreedores, quienes dentro del concurso mercantil deben decidir si aceptan los nuevos términos del comprador. Estamos hablando de una deuda de 15 mil 54 millones de pesos, según el Ifecom, es decir alrededor de mil 117 millones de dólares.

La negociación

La familia Alemán, propietaria de Interjet, dio a conocer que puso una oferta en la mesa para adquirir Oceanografía. Extraoficialmente han hablado de 500 millones de dólares. Vamos a ver si el monto ofertado empata con la pretensión de los acreedores.

Los acreedores, de manera natural, quisieran recobrar todo lo que le prestaron a Oceanografía.

En la realidad es difícil. Deberán aceptar quitas. Pero las quitas de la deuda dependerán qué tan bien o mal vaya la compañía.

SAE, concurso mercantil: mejoró transparencia

La empresa era un desastre cuando llegó su intervención. Le debía a todos. Y lo peor: no pagaba.

No pagaba la nómina, por lo cual le debía a todos los trabajadores. No pagaba impuestos, por lo cual tenía problemas con el fisco. Y no pagaba a los acreedores, por lo cual tenía problemas financieros.

Fue hasta que el SAE intervino y puso la empresa en concurso mercantil que la situación de solvencia empezó a mejorar.

Héctor Orozco, el presidente del SAE, ha declarado al Senado que la insolvencia de Oceanografía era un problema grave. Ahora con el concurso mercantil, la empresa ha ido pudiendo pagar, y lo más importante, se ha mantenido operando y generando ingresos.

Está claro que el gobierno no quiere ser propietario de Oceanografía. No le interesa. No es su papel. Y más bien quiere terminar vendiendo bien las empresas, y a quien las opere. Es ahí donde se les puede generar valor. Un caso de éxito fue la venta del equipo Los Gallos Blancos del Querétaro, donde el equipo al cambiar de propietario pudo generar valor con nuevas inversiones y compromiso.

Investigación seguirá a exejecutivos

El caso Oceanografía seguirá su curso en proceso judicial. La empresa mantuvo líneas de corrupción entre Pemex y Banamex.

Utilizaron fianzas ficticias de Banamex para hacer frente a supuestos contratos de Pemex. El fraude en contra de Banamex fue monumental: 400 millones de dólares.

De ahí empezaron varios problemas e incluso el director del Grupo Financiero Banamex, Javier Arrigunaga, al final y después de haber ordenado las áreas donde hubo el desfalco y de traer nuevas inversiones, decidió
dejar su puesto.

Tanto Citigroup-Banamex como la autoridad de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, presidida por Jaime González Aguadé, ya terminaron sus investigaciones. Una interna, privada. La otra de la autoridad financiera. Y ahora el caso se encuentra en la PGR. Pero tiene que ver más con los responsables del fraude, y no con la empresa.

El destino de la empresa dependerá del concurso mercantil, de la oferta del Grupo Alemán y de los acreedores.

Contexto mundial se complica: FMI

El Fondo Monetario Internacional dio a conocer sus expectativas para este año, y el resumen es poco alentador.

Los distintos motores mundiales van desacelerándose. Empezando por Europa, que tiende a seguir en recesión. China, no será el gran motor porque estará creciendo al 7.4%. Estados Unidos viene mejor, por encima de 2% de crecimiento, pero tampoco es para sacar del atolladero a la economía mundial. Y ya ni se diga del bajo ritmo que mantiene Japón.

Bajo dicho contexto, México intentará su recuperación. La buena noticia: la economía mexicana se verá jalada, una vez más, por la de Estados Unidos. Ahora esperemos que el gasto público contracíclico pueda rendir frutos, y cerrar mejor el año. Este año la proyección de los analistas privados, en promedio, va por un crecimiento de 2.5 por ciento. La del gobierno se mantiene en 2.7%. Pero para el año que viene la mejoría parece incuestionable: el crecimiento será de 3.5%. Recuperación, por fin, a la vista. Aunque el entorno internacional es incierto.