Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

25 Oct, 2014

Reflexiones sobre educación financiera

Esta semana fue la Semana Nacional de Educación Financiera. Es un evento que se ha hecho varios años. Su temática junto con la de inclusión financiera es muy atractiva. Sin embargo, cuando uno estudia a detalle los datos, la realidad es muy diferente a lo que nos dice la teoría.

Les voy a presentar ejemplos que tienen que ver con tres aspectos: la gente conoce un poco más de lo que creemos, reacciona a incentivos diferentes a los que pensamos y sus relaciones de costo-beneficio son diferentes.

Cuando se revisan diferentes encuestas o investigaciones llama la atención que la gran mayoría conoce cuáles son los principales servicios financieros. También tienen una opinión sobre los diferentes intermediarios financieros. La evidencia muestra que conocen lo básico.

En cuanto a los conceptos de una buena planeación financiera como tener un presupuesto también la gran mayoría sabe qué es y aunque sea mentalmente lo tienen.

Ahora bien, si el nivel de conocimiento de los conceptos básicos es elevado la pregunta es: ¿por qué razón no se utilizan? La respuesta nos lleva a plantear que el tema que hay que entender es que conocimiento no necesariamente implica una acción congruente.

En documentos publicados sobre este tema, diversos autores argumentan que la educación financiera se aprende por las experiencias de la gente. Un segundo argumento tiene que ver con la oportunidad. Es decir, los conceptos de educación financiera no se enseñan en todo momento, sino que se deben enseñar en el momento adecuado a las personas.

El aspecto relacionado con las diferencias de reacción a los incentivos tiene que ver con que el pensamiento entre las personas que definen las políticas públicas en la materia y el de los usuarios de los servicios financieros jerarquiza diferente lo que es más relevante.

Un ejemplo es que se piensa que los consumidores son racionales y su objetivo siempre es minimizar costos. Es bajo esta racionalidad que acciones como los cuadros comparativos de CAT de tarjetas de crédito, que nos llegan varias veces al año en nuestro estado de cuenta, se pueden interpretar.

Congruente con esta línea de pensamiento es que se dice que se han mandado millones de comunicados a los usuarios para informar. La conclusión es que estas acciones tendrán como efecto usuarios con productos con mejores condiciones y una mayor competencia.

Las preguntas que me hago son las siguientes: ¿quiénes han leído con cuidado esos comunicados? Creo que muy pocos.

¿Quiénes han tomado alguna acción por lo que leyeron de esos comunicados? Me atrevo a afirmar que prácticamente nadie.

Si lo anterior es cierto, hay elementos para decir que la falta de acción no se da por una falta de educación financiera o por falta de información. Se da por otro factor. Asumir lo primero es menospreciar al usuario de servicios financieros.

El consumidor está decidiendo con sus acciones. Seguro considera otra serie de variables. Ésa es la razón de la probable inacción.

Otro ejemplo son los estados de cuenta de los muy diferentes productos financieros. Desde el punto de vista formal cada vez son más completos. Tienen muchísima información. En este caso la pregunta es si al cliente le interesa toda esa información y lo lleva a actuar. Pareciera que no.

Lo anterior nos lleva a cuestionarnos si una mayor trasparencia ayuda siempre o si sólo ayuda hasta un cierto límite. Pareciera ser que demasiada transparencia lleva a indiferencia.

Otra pregunta abierta es si la transparencia se está dando sobre lo que le interesa a los consumidores.

Como referencia de que sólo hay ciertas cosas que interesan a los consumidores está la evidencia empírica en temas económicos de que la gente reacciona más a información respecto del comportamiento de personas con características similares que sobre el promedio general.

En términos de la relación costo-beneficio diferente creo que la siguiente pregunta es relevante: ¿por qué las casas de empeño siendo mucho más caras que los bancos en términos de costo financiero hay muchas personas que les piden prestado?

Puede haber explicaciones como el hecho de que el crédito se da muy rápido. En ese caso el cliente claramente privilegia rapidez sobre tasa.

Con estos ejemplos queda claro que los temas de educación y de inclusión financiera son más complejos de lo que parecen. Lo principal no está en hacer material para educar, sino en entender las necesidades y diseñar estrategias congruentes con éstas.

*Director general del FUNDEF
guillermozamarripa@itam.mx

 

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