Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

20 Nov, 2014

¿Qué nos dirá el INEGI mañana por la mañana? Nada nuevo, sólo lo que ya sabemos

Mañana, 21 de noviembre, será un día difícil para quienes enfrentarán las preguntas de los reporteros en la acostumbrada conferencia de prensa trimestral, citada para dar a conocer la posición de Hacienda en relación con el crecimiento del PIB que horas antes dio a conocer el INEGI.

Ahí, los funcionarios deberán, primero, tratar de entender lo que el reportero quiso preguntar dada su ignorancia —a veces supina— en materia económica, particularmente en con el Producto Interno Bruto. (Ignorancia supina: Ignorancia que procede de negligencia en aprender o inquirir lo que puede y debe saberse). Una vez que descifren casi todas las preguntas y procedan a darles respuesta, viene lo más difícil.

¿Qué excusa o maroma verbal expresar, sin perder la compostura que correspondería a un alto funcionario —reputado de buen técnico en materia macroeconómica— ¿Qué hacer y cómo, para desacreditar que lo que áreas de investigación de no pocas instituciones bancarias han afirmado, junto con centros de investigación y empresas de análisis y prospectiva económica desde hace semanas, cuando no meses? ¿Qué decir para dejarlos en ridículo, a ellos y a sus pronósticos catastrofistas?

¿Qué trimestre debo pedir que esperen, para que se convenzan los incrédulos presentes y los ausentes, que efectivamente lograremos alcanzar el pronóstico oficial en materia del PIB? ¿Qué otras razones podría dar, además de la fortaleza exhibida recientemente por la economía de Estados Unidos, para que mis afirmaciones luzcan creíbles ante los que llegan a la conferencia con una buena carga de desconfianza frente a lo que diré?

Sin duda, la situación que enfrentan cada trimestre los funcionarios que deben la cara a decenas de reporteros —cuyos conocimientos para entender la explicación que ofrecen aquéllos son casi nulos—, es lo más cercano a un interrogatorio en las viejas mazmorras de la DIPD, allá por Tlaxcoaque.

En algunas ocasiones, dado lo que se dirá en dicha conferencia, no dudo que los designados —de dárseles a escoger— habrían preferido enfrentar a Mendiolea y su equipo de interrogadores quienes, armados de los últimos avances científicos como lo son, un bat de béisbol, varios cartones de botellas con agua de Tehuacán y, obligado, cuando menos medio kilo de chile piquín.

Mañana pues, se desvelará el misterio: ¿Cuánto creció la economía durante el tercer trimestre de este año? Una vez conocido el dato, la conclusión será unánime: ¡No creceremos el 2.7 por ciento? ¿Y? ¿Qué pex?

Algunos, sin razón y sin argumentos, ya dan por descontado que a fulano o a mengano le cortarán la cabeza, y deberá irse a su casa. No comparto hoy, esa idea; ¿por qué?, porque debería haberse llevado a cabo hace un buen  tiempo. No olvidemos que el problema con el crecimiento del PIB en nuestra economía, en modo alguno se logra hoy con la cabeza de unos cuantos funcionarios ofrecida a Moloch.

Las medidas que estimularían el crecimiento de nuestra estancada economía, no pasan hoy por la piedra de los sacrificios; menos aún, si los reemplazos siguieren el mismo guión que siguió el recién sacrificado.

Todo indica pues, que la conferencia de mañana será como las anteriores; a explicaciones inverosímiles, seguirán preguntas confusas o tontas.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube