Víctor Beltri

Víctor Beltri

15 Ene, 2015

Bien por el Conacyt

En días pasados, el director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Enrique Cabrero Mendoza, anunció un programa de ayuda a la innovación con una inversión de cuatro mil 500 millones de pesos, una suma inédita en nuestro país.

El objetivo, de acuerdo con la información de Notimex, es incentivar a las empresas a interesarse en el campo de la ciencia, y es parte de una serie de medidas con las que se hará una diferencia importante para lograr que la iniciativa privada invierta en innovación, ciencia y tecnología en los próximos cuatro años. También se plantea el apoyo a la iniciativa privada en la formación de capital humano, a través de posgrados en la industria, además de ayudarla en términos de patentes. Se propiciará un mayor acercamiento entre los centros de investigación, universidades y centros productivos, y se buscará que los miembros del Sistema Nacional de Investigadores tengan un incentivo fuerte para vincularse al sector privado por generar patentes e innovación.

El proyecto es ambicioso, sin duda, pero es también un gran acierto. Y muy necesario. Una inversión de tales características, bien aplicada, puede tener repercusiones enormes a corto, mediano y largo plazo. Un programa de apoyo a la innovación en ciencia y tecnología, bien aplicado, puede transformar realmente al país, más allá de discursos e iniciativas políticas. Es el camino
correcto.

Sin embargo, hay que ser muy conscientes de los retos que esto conlleva. La innovación, como hemos apuntado en entregas anteriores, es un término multívoco y cuyo uso indiscriminado lo ha hecho equivalente, para muchas personas, a la aplicación de tecnología en casos concretos. Y, si bien es cierto que a través de la tecnología pueden resolverse muchos retos que plantea la innovación, el uso de la misma no es estrictamente necesaria. Los cambios disruptivos se pueden dar en cualquier parte del modelo de negocio de una organización, desde las operaciones mismas, la estrategia de comunicación, el desarrollo de nuevos canales o la implementación de metodologías de venta compleja. No se trata solamente de utilizar las ventajas de las nuevas tecnologías, sino de generar más con menos. Si la innovación se entiende de esta manera, las oportunidades se multiplican.

El programa de innovación anunciado por el gobierno federal debería de tener, como uno de sus objetivos, la integración de la pequeña y mediana empresa en los procesos productivos de las grandes industrias. Para esto, evidentemente, tiene que fortalecerse la capacidad de entrega, la eficiencia en los procesos, la cultura de la calidad integral. Es preciso generar un cambio de paradigma, un cambio de mentalidad que debe comenzar desde las políticas públicas, con programas fiscales incluyentes y estímulos a la investigación y desarrollo; con reformas y modificaciones a los programas educativos, que generen una mentalidad emprendedora y dispuesta a cuestionar la forma tradicional de hacer las cosas desde edades tempranas; con cambios estructurales en el sistema de patentes y marcas, garantizando la seguridad jurídica de quienes generan nuevos desarrollos; con un cambio radical en el paradigma de los investigadores, que premie la aplicación práctica de su trabajo y redunde en beneficios económicos para los mismos. Es la única manera de darle la vuelta a un sistema que en las condiciones actuales no está preparado para los retos de la nueva era.

México debe cambiar, y debe hacerlo pronto. No podemos quedarnos atrás en la dinámica de un mundo que cambia minuto a minuto, y en el que nuestros recursos naturales —o nuestra mano de obra barata— cada vez pierden más valor frente a nuevos productos y servicios de alto valor agregado: tenemos que reforzar nuestras capacidades competitivas y lograr que nuestras empresas salgan a los grandes mercados. Y la innovación es, sin duda, el camino para lograrlo.

Vienen grandes cosas para las organizaciones que innovan. ¿Está listo? Lo invito a continuar la conversación a través de Twitter o de mi correo electrónico, donde responderé con gusto a sus preguntas. Innovemos juntos.

vbeltri@duxdiligens.com

@vbeltri

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube