Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

2 Mar, 2015

Los nubarrones de 2016

Si el panorama para 2015 es poco luminoso, hacia 2016 la economía mexicana tiene nubarrones tan grandes como los de una crisis.

Este año el gobierno actuó con tino y oportunidad para adquirir una cobertura que le garantizara la totalidad de los ingresos petroleros presupuestados y arregló las cosas con un recorte de 120 mil millones de pesos, más de la mitad, de lo cual fue hacia Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

El problema es que los pronósticos sobre los precios petroleros se mantendrán en los actuales niveles uno o dos años más, lo cual significaría que las finanzas públicas mexicanas no recibirían el ingreso de casi 40% del total, que significa la exportación de crudo.

Y en 2016, sin duda, habrá coberturas. ¿Pero de qué sirve cubrir el precio de petróleo a 40 o 50 dólares, cuando lo que se necesita es, por lo menos, el doble?

El otro problema es que la producción petrolera de Pemex cae consistentemente y no se ve que para 2016 pueda dar la vuelta.

Es decir, en palabras llanas, la economía mexicana estará en un problema grave en 2016 que no se solucionará con un pequeño recorte de 120 mil millones de pesos como se hizo para este año.

La gran vulnerabilidad de las finanzas públicas mexicanas es que su salud depende de los ingresos petroleros porque ningún gobierno ha podido hacer una reforma fiscal integral que necesariamente debe incluir un impuesto generalizado al consumo.

Los dos gobiernos panistas trataron de hacerlo. Primero, Vicente Fox en 2001 presentó la mejor reforma tributaria que ha llegado al Congreso en las últimas décadas y, sencillamente, no pasó. Fue tanto el encono y la división, que los priistas corrieron a su coordinadora en la Cámara de Diputados, Elba Esther Gordillo, e introdujeron en sus estatutos la negativa a aprobar un impuesto generalizado al consumo.

Felipe Calderón mandó en 2010 una bola rápida en forma de un impuesto de dos por ciento para el combate a la pobreza, que en realidad era la semilla de un impuesto al consumo y tampoco pasó.

Hoy el PRI se debe dar de topes contra la pared, ya que Fox o Calderón hubieran pagado el costo político de dichos gravámenes y ahora el gobierno tricolor tendría más herramientas para hacer frente a la caída en los ingresos petroleros.

En el actual panorama, hacia 2016 no hay más que tres alternativas:

1. Hacer un severísimo recorte al gasto público, probablemente de alrededor de 500 mil millones de pesos.

2. Recurrir al endeudamiento y a un mayor déficit público.

3. Socializar y buscar desde ahora las alianzas para hacer de una vez por todas una Reforma Fiscal integral que contemple, por el lado de los ingresos, un impuesto generalizado al consumo, en cristiano, un Impuesto al Valor Agregado (IVA) y que en la parte de gastos introduzca elementos verdaderos de austeridad, transparencia y rendición de cuentas.

Y sólo hay de esas sopas, a menos que un nuevo milagro de la Virgen de Guadalupe, que periódicamente nos salva, haga que los precios del petróleo se vayan para arriba y entonces sí, el panorama se abriría.

Sin embargo, nadie piensa que eso vaya a pasar y como México ha hecho todos los pecados de los países petroleros, se enfrentará a un verdadero problema el año próximo.

Es tiempo de que el gobierno dibuje lo que piensa hacer, porque nadie está dispuesto a llegar a 2016 y encontrarse con que estamos en emergencia.

Hoy se sabe lo que sucederá. Hay tiempo suficiente de prepararse y no recibir sorpresas.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.

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