Innovación y contratos tecnológicos

La innovación puede estar presente en todos lados. Es natural: la naturaleza humana siempre tiende a hacer las cosas de una mejor manera, a ser más eficiente, a utilizar los recursos de forma más adecuada.

La situación del mundo en que vivimos hace que la competencia sea feroz, y que las fronteras se desvanezcan paulatinamente. Así, no es poco frecuente encontrar proyectos de gran complejidad en los que participan profesionales de todo el mundo, de forma simultánea. Inversiones millonarias, decenas de personas involucradas, mercados que deben ceñirse a regulaciones estrictas. Ése es el mundo de los negocios en la actualidad.

El grado de complejidad de los negocios implica no sólo grandes ganancias, sino también grandes riesgos, que deben ser asumidos con responsabilidad. La falta de cumplimiento por parte de alguno de los involucrados puede resultar en sanciones y multas, además del costo de la oportunidad perdida. Las empresas, en la actualidad, necesitan como nunca reducir los riesgos e incrementar las probabilidades de llevar sus negocios a buen término.

En días pasados, tuvo lugar la presentación del libro Introducción a los Contratos Tecnológicos, de la autoría de Gastón Behar y Agustín Yáñez, dos de los pocos abogados verdaderamente especializados en la materia en nuestro país. Es extraordinario, y sin duda será un texto que se convertirá en un referente. Plantea en términos sencillos cómo debe ser el proceso legal para adecuarse a las necesidades del sector de las Tecnologías de Información, de tal forma que se asegure que los contratos sean verdaderamente útiles y no sólo un mero trámite, como suele suceder en el sector. La calidad de los contratos es vital, puesto que deben reflejar las necesidades reales que surgen en los proyectos, así como los intereses de quienes están dispuestos a apostar su capital y recursos en realizarlos.

El libro se enfoca directamente en las necesidades de una industria altamente compleja, atendiendo las particularidades de cada proyecto, que puede incluir, entre otros, el desarrollo de software, con lo que habría que delimitar la propiedad del mismo en cada momento; los contratos de licencia que serán utilizados para comerciar y distribuirlo, así como la definición de los mecanismos necesarios para realizar implementaciones exitosas, el hospedaje de los datos y su privacidad; la seguridad de los mismos; la migración de datos si fuera el caso; así como mantenimiento, soporte o cualquier cuestión de seguridad para protegerlos.

El gremio de los abogados debe ir a la vanguardia en técnica y conocimiento, lo que lamentablemente no ocurre con frecuencia. La obra de Behar y Yáñez servirá como soporte y punto de partida para contribuir al entendimiento cabal de una industria que crece a pasos agigantados y cuya presencia en nuestra vida es cada vez más indispensable. Hoy en día es común darse cuenta de que los abogados involucrados en proyectos de alta tecnología no comprenden los aspectos técnicos y mucho menos son capaces de detectar los puntos finos que marcan la diferencia entre un proyecto exitoso y otro que no lo es, limitándose su labor al llenado de machotes cuyo alcance no se vislumbra. La consecuencia de esto es una desconexión total entre la industria y quienes deben de plasmar en documentos legales las situaciones concretas de cada proyecto: el libro Introducción a los Contratos Tecnológicos seguramente vendrá a cerrar una brecha que está llena de riesgos para las empresas.

Behar y Yáñez supieron detectar la necesidad del mercado y satisfacerla con base en la experiencia ganada en la cátedra y la vida profesional. Con su libro están buscando nuevas maneras de hacer las cosas más sencillas, más eficientes, más productivas. Los abogados, como cualquier gremio, también son sujetos y actores de la innovación, y parece que lo están entendiendo. Lo invito a continuar la conversación a través de Twitter o de mi correo electrónico, donde responderé con gusto a sus preguntas. Innovemos juntos.

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