Víctor Beltri

Víctor Beltri

12 Mar, 2015

Tecnología para todos

El mundo ha cambiado más en los últimos 20 años que en el resto de la historia. Es indudable. El poder del hombre como agente creador ha puesto en sus manos la tecnología, que permite potenciar infinitamente la capacidad creativa y de resolución de problemas del ser humano. Nos hemos inventado máquinas capaces de procesar información a velocidades jamás imaginadas, y con ellas nos hemos aventurado mucho más lejos de lo que la mente más calenturienta hubiera imaginado hace tan sólo dos décadas.

Hemos puesto el conocimiento al alcance de todo el mundo. Hemos encontrado nuevas formas de comunicarnos, hemos podido organizarnos de forma mucho más eficiente, hemos desarrollado aparatos diminutos y asombrosos. Hemos incluso colocado una máquina sobre un cometa, y hemos escuchado el extraño sonido que emite en su viaje por el espacio. Hemos enviado artefactos a otros planetas, y la discusión sobre las fotografías que recibimos es algo que a poca gente le interesa. Tenemos la tecnología tan imbuida que la asumimos como algo natural, como algo que siempre hubiera estado ahí.

Sin embargo, esto no es así. Definitivamente no, e incluso el uso intensivo de la tecnología para la resolución de problemas, el diseño de nuevos productos y servicios, o la definición de nuevos modelos de negocio es algo que todavía no es una práctica generalizada en las empresas. Ni en las pequeñas ni en las grandes.

Así, no es poco común encontrar organizaciones que manejan operaciones de gran complejidad utilizando recursos tan básicos como una simple hoja de cálculo, o con sistemas ajenos a la operación normal, y a los que tratan de adaptarse. La información se detiene y fluye con dificultades, convirtiéndose en un problema más que hay que gestionar, en vez de ser un activo esencial para la toma de decisiones. Y eso es, precisamente, lo que debería de ser.

La tecnología no debe ser un fin en sí mismo, como tampoco lo es la innovación. Son herramientas que facilitan la automatización de procesos y tomas de decisión, y cuyo uso intensivo puede darle a cualquier organización ventajas competitivas sobre el resto de la industria, pero que también implican serios riesgos: si la tecnología no se implementa adecuadamente, o si el problema a resolver está mal enfocado, el resultado de los procesos tecnológicos no será la resolución de un problema, sino la automatización de los errores. Los ejemplos abundan, en todas las industrias. Los sistemas mal implementados, o calibrados con descuido, han dado lugar a todo tipo de dificultades: desde multas millonarias, accidentes catastróficos, vidas humanas segadas inútilmente.

La tecnología existe, y las oportunidades de mercado también. Los adelantos más recientes permiten incidir de forma directa sobre la propuesta de valor de las empresas, sobre sus segmentos de mercado, sobre la forma de relacionarse con sus clientes o de entregar los productos y servicios correspondientes. La tecnología es un recurso clave que soporta las actividades esenciales, y permite aprovechar de forma más efectiva las alianzas estratégicas que sustentan los ingresos y reducen los costos.

Sin embargo, como decíamos hace unos instantes, la tecnología se está tardando en llegar a las empresas. De hecho, la brecha digital es cada vez más amplia en un momento en el que no hay tiempo que perder, en el que estamos compitiendo en arenas mucho más difíciles. Es urgente contar con iniciativas de gobierno que permitan y promuevan no sólo el uso intensivo de la tecnología, sino su uso inteligente. Orientado a resolver problemas, a crear nuevos espacios de competencia, a la generación de mayores ingresos. Las empresas dedicadas al ramo tecnológico deben de ser capaces de actuar como traductores entre las necesidades del mercado y las oportunidades de la industria, para asegurar al cliente los beneficios esperados. Lograrlo es, sin duda, el mayor reto de una industria que puede transformar el mundo entero. Lo invito a continuar la conversación a través de Twitter o de mi correo electrónico, donde responderé con gusto a sus preguntas. Innovemos juntos.

                vbeltri@duxdiligens.com

@vbeltri

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