Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

11 May, 2015

Vamos mal a pesar de que vamos bien

Muchos mexicanos se preguntan porqué si vamos tan bien, en la realidad vamos tan mal.

Con esto quieren expresar su sorpresa ante los datos oficiales sobre la evolución de las finanzas públicas, lo valioso de mantener sólidos los fundamentales de la economía, el bajo endeudamiento del país e incluso las reformas estructurales realizadas.

Frente a eso, cuando menos la mitad de la población es pobre y una cuarta parte está en pobreza extrema; no se crean los suficientes empleos y miles de empresas están batallando para salir adelante.

Y eso que el cuidado a los fundamentales de la economía se viene arrastrando desde los primeros años de la década de los 90.

Es verdad que se han hecho reformas estructurales importantes que han acercado a la economía más a ser una economía de libre mercado; son verdad las cifras sobre las finanzas públicas y la deuda.

El problema es que los sucesivos gobiernos en el México moderno se niegan, no saben o no pueden atacar, son los que provocan que la realidad de los mexicanos no responda a las buenas cifras que en muchos rubros se muestran.

Hay cuando menos cuatro puntos que los gobiernos debieran atacar para que la economía se dinamice y aumente el nivel de vida de la población en general:

El Estado de derecho: Esto quiere decir, la vigencia de las leyes, su aplicación a todos por parejo para propiciar que los actos de todos los ciudadanos tengan certeza jurídica, desde quien adquiere una casa hasta las empresas que realizan operaciones más complejas y, desde luego, que haya el clima de tranquilidad para que las empresas inviertan.

¿Es posible pensar en ello en estados como Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Chiapas y Jalisco? Desde luego que no. Y a eso se le debe sumar que en todo el resto del país la aplicación de la ley es discrecional e ineficiente. No hay en el país un pleno Estado de derecho.

Regulación económica: El tema de la desregulación a la economía nació hace un cuarto de siglo y no acaban. Todavía la economía mexicana es una economía sobrerregulada en muchos aspectos y todos los agentes económicos se enfrentan a trámites legales que, a nivel federal, estatal o municipal, frenan las inversiones, la creación de empleos y la concreción de muchas operaciones entre particulares.

Política tributaria: El cobro de impuestos en México se carga sólo sobre un sector de la población; frente a él, millones no pagan impuestos. El país necesita una reforma tributaria que amplíe la recaudación de impuestos y la haga más sencilla.

Competencia interna: La economía mexicana está dominada por monopolios y oligopolios, empezando por los del Estado en materia energética. Y esta falta de competencia en la economía produce mayores costos y servicios poco eficientes en muchos rubros y frente a acciones de entes como la Comisión de Competencia Económica, las empresas recurren al amparo que un Poder Judicial torpe y corrupto les concede.

Mientras el país no resuelva estos cuatro temas, la economía mexicana se seguirá trastabillando. Con buenas cifras macro, pero con poco que ofrecer a los ciudadanos.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.

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