Darío Celis

Tiempo de negocios

Darío Celis

11 Feb, 2016

La marca de “El Chapo”

A raíz de la recaptura de El Chapo Guzmán el 8 de enero pasado, se dieron a conocer varios temas relacionados con sus negocios. Entre ellos trascendió la solicitud de registro de marcas ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.

Quienes se acercaron al llamado IMPI, que dirige Miguel Ángel Margáin, apunte a Alejandrina Gisselle Guzmán Salazar, hija del célebre y buscado por todo el mundo Joaquín Guzmán Loera.

De hecho, después de varios intentos por registrar diversos nombres, sólo uno prosperó. hablamos de la marca “El Chapo”, misma que en 2011 fue autorizada para cuatro diferentes categorías. Con ellas se permiten comercializar, entre otras cosas, metales preciosos, joyería, juguetes, maletas, artículos de Navidad y servicios de publicidad. Cuentan con una vigencia hasta el año 2020 a través de los registros 1205096, 1205097, 1205098 y 1219281.

Resulta que además de esta marca en el padrón de registros del IMPI, el cual es público en el portal de internet, existen algunas otras marcas que incluyen la palabra “Chapo”, sin que ésta haga referencia necesariamente al narcotraficante.

Más bien se trata de un vocablo o referencia destinados para hablar de una persona de baja estatura, razón por la cual la autoridad no tuvo argumento jurídico para negar dichos registros.

Entre las marcas que ya existían desde antes que le fuera otorgada la marca “El Chapo” a Giselle Guzmán en mayo de 2011, y las cuales fueron para empresas y persona físicas, destacan por ejemplo, en 1998 la marca “Chapo” para cosméticos y jabones.

Además en 2006 se autorizó “El Chapo” para vestuarios y en 2007 se concedió el registro para el cantante Ernesto Pérez, mejor conocido por su mote El Chapo de Sinaloa, el cual es marca registrada.

Asimismo, cabe destacar que al interior del IMPI se tienen detectadas 24 solicitudes de marcas que se presentaron en diferentes momentos, tanto la hija del capo como sus entonces esposas, Alejandrina Salazar Hernández y Emma Coronel Aispuro.

De las anteriores destacan nombres que se intentaron registrar y no prosperaron, como “El Chapo Guzmán”, “Joaquín El Chapo Guzmán” y “Joaquín Archivaldo Guzmán”, entre otros.

En estos casos, la autoridad sí contó con argumentos para negarlas: los nombres que se solicitaron hacían referencia a una persona y el señor Joaquín Archivaldo Guzmán Loera nunca presentó solicitud u otorgó consentimiento legal a terceras personas para que lo solicitaran.

Esto aunado a que la Ley de Propiedad Industrial indica en su artículo cuarto que no se otorgarán registros de marcas a aquellos nombres que resulten contrarios a la moral y las buenas costumbres.

Tampoco a aquellos que hagan referencia al alías o sobrenombre de una persona que sea buscada por la PGR, la institución que comanda Arely Gómez, por la comisión de diversos delitos.

COFECE PEGA

Pues nada, que la famosa iniciativa de Ley General del Ejercicio Profesional Sujeto a Colegiación y Certificación Obligatorias, que desde mediados del año pasado empujan algunas barras de colegios de abogados, está a punto de irse a la basura.

Y es que el pasado 4 de febrero el pleno de la Comisión Federal de Competencia Económica la desaprobó. Fue por unanimidad. La instancia presidida por Alejandra Palacios hizo tres recomendaciones: i) No reformar el artículo 28 de la Constitución, en el sentido que los promotores de la iniciativa propusieron ii) no establecer un sistema de regulación profesional que implique mayores barreras y requisitos por los altos riesgos de que éstos limiten injustificadamente la entrada y restrinjan la oferta y iii) descartar la colegiación obligatoria como uno de los mecanismos para regular el ejercicio de una profesión, por las afectaciones que este mecanismo en particular podría generar sobre el proceso de competencia y libre concurrencia.

Y aunque la resolución del organismo antimonopolios no es vinculante, se da por hecho que los senadores no la van a ignorar. Por ello es altamente factible que no transite. La iniciativa la firmaron los priistas Eduardo Burgos y Arely Gómez, antes de que se fuera a la PGR, además del panista Roberto Gil y perredistas como el desaparecido Manuel Camacho. La patrocinaban la Barra Mexicana, Colegio de Abogados que encabeza Ricardo Ríos, el Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México, que preside Alfonso Pérez-Cuéllar Martínez, y la Asociación Nacional de Abogados de Empresa, que lleva Ricardo Cervantes.

CRECE NEGOCIO

En el mundo de los seguros una de las coberturas que han resultado más rentables son las que se refieren a las obras de arte.

Así lo acreditó AXA, que capitanea Xavier de Bellefon, que registró un crecimiento de 37% en este rubro durante el año pasado, con coberturas hasta por diez millones de dólares. El negocio del arte es de los pocos jamás tocado por las crisis económicas, con transacciones por unos 47.4 mil millones de euros anuales alrededor del mundo, de acuerdo con datos de The International Art Market.

En México, el interés por invertir no es menor: tan sólo Eugenio López con su Colección Jumex ha desembolsado más de 80 millones de dólares. Otro ejemplo fue la pasada feria de arte contemporáneo en México, Zona Maco, donde se vendieron obras de hasta tres millones de dólares.

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