Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

22 Feb, 2016

El remedio es el adecuado

Las decisiones del Banco de México y de la Secretaría de Hacienda son una respuesta adecuada para enfrentar mejor la volatilidad y el nerviosismo de los mercados y para detener la depreciación del peso.

Y la Junta de Gobierno del Banco de México, en su reunión del 4 de febrero, fue clara en señalar la necesidad de un ajuste al gasto público, “incluyendo Pemex”, que acompañe a la política monetaria para hacer frente a las amenazas contra la economía mexicana.

Hacienda recibió la señal bien clara de que el Banco de México no estaba dispuesto, como lo hizo a principios del sexenio, a cargar en la política monetaria todo el esfuerzo, si el gobierno no lo acompañaba con ajuste en su política fiscal, por el lado del gasto.

De ahí surgieron las medidas: un aumento de 3.25 a 3.75% en la tasa de interés, la cancelación de las subasta de dólares y un recorte de 132 mil millones de pesos, de los cuales 100 mil serán en el gasto de Pemex y 32 mil en el del gobierno federal.

SON DECISIONES TRASCENDENTES

Primero, porque en el caso del Banco de México significa que se abandona el alineamiento que traía con la Reserva Federal de Estados Unidos y que consistía en que la tasa de interés mexicana sólo se movería si la FED movía la suya.

Sin embargo, cuando a finales de enero el mercado cambiario mexicano, que pese a la depreciación del peso había evolucionado con orden y liquidez, cambió su comportamiento y el dólar rozó los 20 pesos con tendencia a subir, el Banco de México se dio cuenta de que tenía que defender la moneda mexicana con algo más poderoso que las subastas. Por eso subió la tasa de interés, para defender al peso.

Y decidió hacerlo porque, a pesar de que el Indice Nacional de Precios al Consumidor no se ha visto afectado por la depreciación del peso, empezaron a surgir las primeras señales de alarma: mientras los precios de los alimentos subieron en promedio 2.53% anual, los de las mercancías no alimenticias aumentaron 3.05 por ciento.

Había que detener la depreciación del peso y el mecanismo más poderoso es la tasa de interés y el Banxico la usó, aunque por el momento ya no coincida con la FED de Estados Unidos.

En el caso del gasto público, era claro dónde tenía que darse la mayor parte, en Pemex, porque es ahí donde la caída en los ingresos petroleros ha pegado más, dado que el gobierno federal compró las coberturas para proteger sus ingresos por petróleo, en tanto que Pemex no lo hizo.

Y había que dar la señal de que el gobierno está dispuesto a una mayor austeridad, dado que por los tiempos políticos es imposible apuntar siquiera una reforma tributaria que aumente los ingresos públicos.

Por eso el secretario Videgaray fue tan enfático en que no habrá aumento de impuestos. Cualquier señal en contrario afectaría las posibilidades del PRI en las elecciones de junio.

El hecho, a fin de cuentas, es que el equipo económico del país sabe lo que tiene que hacer; que toma las decisiones adecuadas antes de que los riesgos se concreten y que el país está hoy mejor posicionado para enfrentar un pésimo ambiente económico externo.

Hasta el lunes con nuevas… Perspectivas.

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