Jesús Alberto Cano

Colegio Nacional de Economistas

Jesús Alberto Cano

14 Mar, 2016

Riesgos externos y sólidas instituciones mexicanas

México se enfrenta a diversos riesgos económicos mundiales, incluyendo los ataques de algunos que no entienden la trama económica, cegados como están por su propia ignorancia de cómo funcionan las variables económicas propias y ajenas.

Pero de hecho el riego más peligroso para nuestro país está en la desaceleración de la economía mundial ­—sin control aparente— que se vive en torno a China, que hace tres semanas devaluó su moneda, el yuan, sin comunicarlo o informar al mundo razones o estrategias, evidentemente, por la urgencia y necesidad imperiosa de equilibrar las variables de su mercado.

Es claro que China aún no ha integrado, en sus políticas internas y externas, las obligaciones de potencia mundial, por el simple hecho de que acaba de llegar, en 2013, como la economía más grande del globo, inclusive antes que la estadunidense. Por ello vivió un manejo parroquial de la monstruosidad que es su economía, como era antes.

Según los analistas, es evidente que China enfrenta una dura batalla para mantener el ritmo de crecimiento de su economía en 6.5%, para los próximos cinco años, como lo reconoció recientemente el primer ministro chino. Por su parte, el Congreso chino anunció que busca mantener su crecimiento del PIB entre 6.5% y 7%, con una meta de inflación de 3% anual, y una expansión de la oferta monetaria cercana a 1.3%, en 2016; y
en la apertura de sesiones anuales de su Parlamento, el sábado pasado, Pekín reveló el borrador de su plan de desarrollo quinquenal.

Y siguiendo con el capítulo de los riesgos que enfrenta México, por la evolución de la economía mundial, en diversas partes del mundo, el jueves de la semana pasada los mercados financieros le enviaron el Banco Central Europeo un mensaje, después de que reveló un enérgico paquete de medidas para inyectar más fondos al sistema financiero del continente.

El resultado fue “una jornada de dramatismo en los mercados continentales de la semana pasada”. El euro se derrumbó tras el anunció de la reducción de las tasas de interés, mientras que los precios de las acciones y los bonos aumentaron. Pero pronto revirtieron el rumbo, tras los comentarios tras los comentarios del presidente del BCE, Mario Draghi, que insinuó que las tasas de interés no seguirían bajando. Y el euro alcanzó su mayor nivel de las últimas tres semanas, frente al dólar, llegando a US1.12.

Y aunque el BCE llegó tarde a los programas de compra de bonos, como fueron los casos de Estados Unidos, Reino Unido y Japón, fue más arriesgado al llevar las tasas de interés a territorio negativo, como estrategia para abaratar el costo del dinero e inducir inversión y crecimiento, pero no duró mucho.

Mientras tanto, en el país, la 79 Convención Bancaria de la ABM, la semana pasada en Acapulco, fue oportunidad para conocer del creciente y exitoso papel del sistema bancario como promotor del desarrollo nacional.

El titular de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Jaime González Aguadé, declaró que “la banca en México atraviesa por su mejor momento porque registra tasas de crecimiento del crédito, está sólida, bien capitalizada y puede prestar más; que atraviesa por un periodo de mucha estabilidad, de crecimiento vigoroso y sano, y que abre la oportunidad para que los bancos presten más y entren nuevos jugadores al sistema financiero mexicano”.

Y por su parte, el presiente de la ABM, Luis Robles Miaja, enfatizó que el costo del crédito de la banca comercial como el de la banca de desarrollo ha bajado porque las comisiones bajaron 30% en 8 años y las tasas de interés también.

 Por lo anterior, en 2015 el financiamiento de la banca creció 5.2 veces con respecto al crecimiento del PIB.

De manera que, “una de las reformas de las que menos se habla y quizás la que ha generado más resultados positivos de corto plazo para la economía es la Reforma Financiera”, escribió en su columna en El Financiero, Enrique Quintana. El financiamiento total del sistema bancario al sector privado no financiero, creció al cierre del año pasado a una tasa real de 13.1 por ciento.

“Lo mismo creció el crédito al consumo que a la vivienda y a las empresas. Lo hizo, también, el de la banca comercial, el de la banca de desarrollo y el de los intermediarios no bancarios”, concluyó.

*Economista

Twitter: @acanovelez

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