Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

5 Abr, 2016

Cuentas inactivas del sector financiero

Es tan poco transparente el monto de los recursos derivados de cuentas inactivas de captación o ahorro en el sistema bancario, que probablemente la propuesta de reforma al artículo 61 de la Ley de Instituciones de Crédito, que está llegando a la Cámara de Diputados, podría contribuir a darle claridad y transparencia al monto de recursos que año con año desde 2014 dejaron la “Cuenta Global” o “Cuenta Concentradora” en cada banco, para ser entregados a la Tesorería de la Federación a fin de que se canalicen a la “Beneficencia Pública”.

No hay información clara sobre cuentas inactivas ni en bancos, aseguradoras o afores, pero sí de cuentas vigentes y, por lo que se sabe, es información no conocida incluso entre los integrantes de la ABM, que encabeza Luis Robles, o la Consar, que preside Carlos Ramírez, o la presidenta de la CNSF, Norma Alicia Rosas.

Ahora, no todo se va a la beneficencia. Sólo las cuentas con saldos inferiores a 21 mil pesos, porque si tienen saldos promedio mayores, se quedan en la Cuenta Global, o sea, los ahorradores de saldos chiquitos o de cuentas de “entrada”, nóminas abiertas o cuentas de depósito transaccionales que dejan saldos, probablemente nunca se enteran que dejaron un saldo a favor y, a partir de 2014, esos fondos simplemente se van a algo tan etéreo como la Beneficencia Pública que administra la Secretaría de Salud.

En su texto original (Ley de Instituciones de Crédito de 1990), los recursos de cuentas inactivas jamás se perdían para el cliente, sino que permanecían en una “cuenta global” simplificando su manejo administrativo y si se presentaba el ahorrador se devolvía.

Con la reforma a la Ley de Instituciones de  Crédito de 2008,  se condenó a la pérdida de sus recursos a los clientes que tienen cuentas por importes pequeños (que suelen ser personas de escasos recursos, pues son cuentas de hasta poco más 21 mil pesos),  pues transcurridos tres años, (si no se perdieron por comisiones) los fondos se van a la Cuenta Global, y ahí permanecen dos años (se exige que no paguen comisión y que rindan al menos la inflación para preservar el valor), por lo que a partir de 2015 esa cuenta tuvo su primer entero.

Un análisis de una demanda en contra de que los bancos deban entregar los recursos de la Cuenta Global plantea que el artículo 61 vigente, especifica problemas de constitucionalidad, equidad y elemental justicia porque la inactividad de una cuenta nunca debe dar lugar a pensar que, por ese sólo hecho está  abandonada, es apropiable por el Estado para dirigirla a la Beneficencia Pública, porque no se trata de un terreno o una casa  (bien mostrenco en el sentido de la legislación civil).

Es más, se supone que los bancos, cuando esas cuentas presentan inactividad, debe hacer todo lo posible por contactar e identificar al cliente. Lo mismo sucede con aseguradoras y afores, pero en el mejor de los casos, envían un aviso de correo o un sms, indicando que por inactividad se procederá a cancelar la cuenta. No le llaman todo el día como cuando quieren colocarle una cuenta, crédito o tarjeta de crédito, seguro o traspaso de afore.

Ahora, la diferencia de saldos hace el cambio. Porque para saldos mayores a 22 mil pesos, la obligación de la institución de crédito de guardar tales recursos de manera indefinida. ¿O sea, si se es rico el derecho se preserva? El Estado mexicano nunca ha poseído los recursos de las cuentas, pero hoy los reclama para distribuirlos, es casi una confiscación y ahí ni Manuel López Obrador, de Morena, o Ricardo Anaya del PAN, pasando por Agustín Basave del PRD o el mismo Manlio Fabio del PRI, le pone el dedo al asunto.

Es de hecho, un acto legislado de exclusión financiera de las personas con bajos recursos. Conforme al Banco Mundial, la inclusión financiera es reconocida como un factor crítico para reducir la pobreza y promover el crecimiento económico.  En México, el porcentaje de adultos con cuentas bancarias es de 39%, Suecia (100%), Suiza (98%), Guatemala (41%) y Uganda (44%).  

¿Y sabe qué?... En México, por qué no hay un Big Society Capital como en Gran Bretaña con un link para ubicar los registros de nombres de propietarios de cuentas inactivas, al menos en la Consar, o en las aseguradoras, las malas prácticas de asesores hacen que muchos empleados temporales sean proveedores de esos fondos que ni siquiera son auditables ni rastreables para la sociedad.

¿Cuánto es el monto de los fideicomisos en cada banco, cuánto se pasó el primer año a la Beneficencia Pública y es o no una apropiación indebidamente legalizada de cuentas de inclusión financiera?

DE FONDOS A FONDO

Jorge Arce Gama, exrepresentante en México de Deutsche Bank, se integró desde este 1 de abril como nuevo director general adjunto de Global Corporate Banking en Santander México (la banca mayorista) de la institución, que dirige Héctor Grisi. Liderazgo total. El que dejó hace unos días el equipo de Ernesto Torres Cantú para irse con los canadienses de la Caja de Quebec como su representante en Latinoamérica, es nada menos que Alonso García Tamés, uno de los financieros más abusados en eso de inversiones público-privadas.

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