Rodrigo Pérez-Alonso

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Rodrigo Pérez-Alonso

30 Jun, 2016

Harakiri británico y América Latina

“Sobre el Brexit, he dicho que un desertor no será bienvenido con brazos abiertos.”

Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea

 

Brexit sucedió. Los viejos se dejaron llevar por la retórica populista. La cosmovisión de las generaciones de más edad dejaron en el limbo a los jóvenes quienes mayoritariamente votaron por mantenerse en la Unión Europea. El discurso populista ganó. Ahora las consecuencias económicas.

Quizás lo más interesante del Brexit para efectos de los esfuerzos regulatorios de la UE sea un repliegue en el diseño e implementación de objetivos comunes para la región. El Banco Central Europeo seguramente será más conservador en su política monetaria, las políticas públicas de la UE
—como medio ambiente, competencia económica, economía digital— se verán significativamente mermadas y el crecimiento económico se detendrá.

Gran Bretaña es la segunda economía de Europa, únicamente después de Alemania, y su mercado de telecomunicaciones y economía digital es muy avanzado, muy por encima de otros mercados en Europa. Es por ello que la salida de Gran Bretaña complicará objetivos regulatorios, en especial la consolidación de la regulación y legislaciones aplicables a estos mercados.

Desde hace algunos años, la UE —a través de su comisionado para la Economía Digital— han estudiado implementar el llamado Mercado Único Digital, en el que se unifica la regulación para las empresas de telecomunicaciones y radiodifusión, se fomenta el entorno emprendedor, se unifica la legislación de 28 países (ahora 27) en datos personales y de derechos de autor y se busca contribuir en más de 418 billones de euros al año adicionales. A su vez, la UE ha sido partícipe en decisiones para evitar prácticas monopólicas en el mercado de Reino Unido a través de los mercados de banda ancha fija y móvil, pero principalmente en las recientes adquisiciones de Telefónica UK por Hutchinson’s y de Everything Everywhere por British Telecom.

Lo anterior es relevante porque, ante la salida de uno, es difícil mantener el barco a flote y todos unificados, al menos en cuanto a este tipo de políticas. En América Latina, uno de los objetivos que se han mencionado en eventos como la reciente Reunión Ministerial de la OCDE en Cancún es que podría ser una posibilidad integrar a toda la región bajo un mismo marco de entendimiento normativo. La estructura del mercado es dominada por América Móvil y Telefónica, por lo que, al igual que Europa, no es descabellado pensar en un mercado único, donde se eliminen tarifas de roaming y otras medidas.

La GSMA, asociación de industria de operadores móviles, estima que el número de suscripciones de banda ancha móvil en América Latina se elevará a 500 millones en 2017, de una población total de 610 millones. Esto representa una gran oportunidad para generar crecimiento a través de tecnologías como los pagos móviles. Sin embargo, para ello es necesario derribar barreras regulatorias que cambian significativamente de país a país.

El Brexit será, entonces, una importante lección para esfuerzos de esta naturaleza.

*Socio de Techonomics.
Especialista en regulación de sectores estratégicos.

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