Medición de pobreza, ¿mejora o maquillaje?

Durante los últimos años el Inegi fue ganando credibilidad. Cuando midió la inflación no dejó ninguna duda de su imparcialidad. El Instituto ha venido avanzando. Incluso, la semana pasada, llenó un vacío estadístico con la primera Encuesta de Productividad y Competitividad de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, la ENAPROCE. Sin embargo, el viernes pasado se dio un episodio por demás extraño.

El Inegi pudo haber cometido un tropiezo que le puede costar caro. Hizo público que cambió la metodología para medir los ingresos de los hogares más pobres y, con ello, de inmediato el Coneval dio acuse de recibo: el cambio en la medición de los ingresos de los hogares más pobres podría, de un año para otro, mejorar en más de 30% el ingreso de los más pobres. Así, de un plumazo. Y eso sin mencionar que da al traste con toda la comparación estadística de los últimos 25 años.

Santaella: Inegi mejoró medición; ingreso estaba subvaluado

En otras palabras, el Coneval, siendo el organismo público encargado de medir la pobreza y la evaluación de programas de desarrollado social, acusó la falta: el Inegi, sin consultar a nadie, cambió la metodología para medir los ingresos de los hogares más pobres. Julio Santaella, presidente del Inegi, de inmediato salió a defender al Instituto. La principal argumentación de Santaella es la existencia de una subestimación de los ingresos, es decir, las personas no dicen cuánto ganan en verdad. Suelen decir menos por distintas razones, entre ellas el miedo al cobro de impuestos.
     Incluso, Santaella dice que hay diferencias grandes entre lo capturado en las encuestas de los hogares y lo publicado en las encuestas nacionales.

A los más pobres, les recuerdan ingresos

La innovación del Inegi, que ha traído controversia, es que ahora va a los hogares, mide los ingresos y regresa a estos para volverles a preguntar. Es un esfuerzo adicional, dice Santaella, para mejorar el levantamiento de la encuesta y así traer una mejor respuesta con los ingresos. Al Inegi se le ocurrió, sin avisar al Coneval, cambiar la forma de levantar la medición del ingreso en campo. Ahora, el Inegi regresó con las familias que ganan mil pesos o menos, y las convencieron de responder otra vez. Lo que se sospecha es que los encuestadores recordaban a los hogares si tenían tal o cual apoyo gubernamental.

Coneval: Inegi hace parecer que se eleva el ingreso

Para el Coneval, cuyo secretario ejecutivo es Gonzalo Hernández Licona, la forma en que el Inegi empezó a medir el Módulo de Condiciones Socieconómicas 2015 haría que en tan sólo un año los ingresos de los hogares tuvieran un incremento real de 11.9% en el ingreso corriente, a escala nacional. Incluso el incremento en el ingreso corriente de los hogares sería todavía mayor, de hasta más del 30% en algunas entidades federativas entre 2014 y 2015. El aumento real del ingreso los hogares más pobres, en tan sólo un año, llega a ser de 33.6%. No hay congruencia con la tendencia.

Una lectura sería que el Inegi estaría diciendo que los hogares más pobres elevaron en 33.6% sus ingresos en tan sólo un año. Por donde se le vea, la nueva forma de levantar la encuesta es sospechosa.

Ya no es comparable pobreza multidimensional

El Coneval se basa en la estadística del Inegi para elaborar el Módulo de Condiciones Socieconómicas, que mide las distintas variables de la pobreza, en rezago educativo, de vivienda, ingreso de los hogares y cohesión social. El problema con la nueva medición es que dejaría sin poder medir la pobreza desde 1992, cuando se empezó la medición. En otras palabras, ya no se puede comparar el avance de la pobreza de la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares, la ENIGH, en los últimos 25 años. Tampoco se podría medir la evolución de la pobreza multidimensional de los últimos siete años.

Tropiezo del Inegi en años

En México tenemos una historia de baja credibilidad en las cifras (recuerda cuando Zedillo desaparecía el año 1995 de las estadísticas oficiales).

Por eso se creó el Inegi, pero ahora el mismo Inegi es el que, sin avisar a nadie y por efecto estadístico, hace ver que los ingresos de los más pobres se elevaron en 33% en un solo año.

Es el primer tropiezo del Inegi en muchos años.