Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

8 Sep, 2016

Un acto de congruencia. ¡Bien por LVC!

A toro pasado es fácil decirlo, pero en realidad, Luis Videgaray Caso fue el primer integrante del gabinete del presidente Enrique Peña, que tomó la decisión de presentarle su renuncia. En México, ese acto, es irrevocable. Para unos fue una decisión congruente, para otros exigida y para algunos más, valiente.

Pero Luis Videgaray tomó la decisión en congruencia con lo que ha hecho en la administración, que es asumir las responsabilidades que le tocan y no dejarle la carga al Presidente. Fue un secretario reformador y le tocó sortear coyunturas internas y externas complicadas.

Lo hizo durante la reunión diaria que tenía con el Presidente al término de la jornada laboral. Justo cuando regresó el mandatario del G20 y en un cara a cara, tras evaluar el impacto que causó el encuentro con Trump –evento del que Videgaray se responsabilizó por sugerirlo, recomendarlo y operarlo para el Presidente desde el primer día– y por la forma en la que la “carrera presidencial” ha minado con mucho la visión y ejecución de la estrategia de reformas. Hoy ocho de cada 10 mexicanos no confían en el futuro, aun cuando ocho de cada 10 dicen estar mejor en sus bolsillos y siete de cada 10 que están mejor que hace un año. ¿Qué hace caer tan fuerte la perspectiva?

La percepción de que la inseguridad es alta, el Estado de derecho débil, la impunidad y la corrupción no tienen sanción y la economía no va bien. Por el mundo o por el petróleo, por la gasolina o por la crítica evidente. El bolsillo no está convencido de que persista el bienestar.

Volviendo a la renuncia. Fue un acto meditado el fin de semana. Luis Videgaray, el hombre de confianza, lo conversó y lo justificó plenamente para contener el mayor desgaste de la figura presidencial derivado del encuentro, pero en particular, para que el Presidente pueda tomar decisiones correctas, las que vienen, para contener el uso de las secretarías de Estado para apoyar candidaturas presidenciales. El abrió la carrera, el tiró cartas, ahora a él le tocará contener sus efectos, porque han sido devastadores para los que aspiran y no lo logran.

En política no hay casualidades. En el gabinete de Enrique Peña Nieto este tipo de actos de congruencia no existían.

Por lo pronto, el Presidente no ha dado a conocer si continúa con el esquema de doble corte, pues no comentó si el secretario de Hacienda que sustituye a Videgaray a sugerencia de quien lo relevó hace tres años y nueve meses, continuará al frente de la Coordinación Económica y si el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, mantiene la coordinación.

El reacomodo de fichas es un acto pensado. José Antonio Meade en Hacienda, fue un acto seguramente comentado con el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, el blindaje real de la estabilidad económica, pero enterando a su equipo en la madrugada del miércoles.  El sector privado, nacional e internacional saben que él es garantía de estabilidad, pues es un hombre probado y probó, que ha transitado por cinco secretarías y dobleteado en la de Hacienda en el curso de seis años, se formó en el entramado hacendario y sabe y puede operar el desafío político de negociar un superávit fiscal acorde con el reto que representa contener la deuda pública. Tiene mano suave, voz firme y respeta jerarquía.

A pocos les gusta la llegada de Luis Miranda desde la subsecretaría de Gobierno de la Segob para encabezar la Secretaría de Desarrollo Social, más después del viraje que le impuso a la dependencia el hoy secretario de Hacienda. Pero justo eso hace interesante el reacomodo.

Para algunos, la posición deja libre en la carrera al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, el testigo silencioso del cambio. En política la forma es fondo, pero desde la Sedesol, Meade había logrado construir imagen con unas cuantas cartas sobre la mesa. Desde Hacienda y en posición, nadie lo sabe.

Para algunos, lo complicado es que salió el hombre con visión de estado, el que ha logrado convencer al sector privado nacional e internacional de las ventajas de las reformas estructurales. Luis Videgaray se va a casa, no a buscar ninguna candidatura, pero trabajará con el equipo de Meade para transitar el periodo de presentación de un presupuesto que le tocó armar y al otro defender.

Se dice que el Presidente prepara más relevos que se producirán después de la glosa del Informe.

DE FONDOS A FONDO

#AuRevoirdeBellefon. Después de 20 años en Axa y ocho de ellos en México, Xavier de Bellefon deja a la compañía en manos de quien ha sido su director general adjunto en los últimos años, Daniel Bandle, un ejecutivo con carrera dentro de la empresa y con el concimiento pleno de los retos que tiene el mercado mexicano, tanto regulatorios como de penetración.

#NissanMéxico… Mayra González y todo el equipo de manufactura de Nissan México realizaron el lanzamiento de Nissan Kicks, vehículo que se integra al segmento de crossovers compactos en el cual no se participaba y hoy muestra una expansión importante en el país y en el mundo. Será un vehículo global producido, de inicio en la planta de Aguascalientes 1, con una inversión conjunta con proveedores por 255 millones de dólares. Su atributo es tener la mayor integración de contenido local en la historia de México, con 90%. Sus diseños (interior y exterior) fueron concebidos por el estudio de Nissan en Brasil, que dirige José Luis Valls, con un enfoque para clientes de Latinoamérica.

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