Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

4 Nov, 2016

Empieza a parecer Navidad (Parte II de II)

Mal estaba Shakespeare, la pregunta existencial (en estas épocas predecembrinas) no es “¿Ser o no Ser?” Sino ¿regalar o no regalar a mis clientes?

Como bien lo platicamos la semana pasada, en algún momento después del Buen Fin empiezas a pensar en los regalos navideños. Tanto en lo que se refiere a las nuevas tradiciones navideñas que las nuevas empresas quieren fomentar internamente como a los regalos para dar a clientes, la forma es fondo.
La Navidad y sus regalos y atenciones ofrece un pretexto magnífico para estrechar lazos con los clientes actuales, con los clientes que perdimos y que queremos recuperar (o por lo menos recuperar su curiosidad), y con clientes potenciales que hemos estado cortejando.

Sin embargo, regalos son sinónimo de gasto y gasto es sinónimo de dolor de cabeza. Más difícil que encontrar el regalo perfecto para un niño es encontrar el regalo perfecto para un cliente que se adecue a las posibilidades de la empresa y no se pierda en el montón de libretas y agendas que otros regalan.

¿Cómo y qué regalar a los clientes esta Navidad?

Hasta Santa Claus tiene un presupuesto: Recuerda, no es cuánto QUIERES regalar sino cuánto PUEDES regalar. Antes de cualquier cosa verifica en tu bolso financiero cuánto es lo que puedes gastar en los regalos a tus clientes. Parte de ese número como tope.

Haz una lista y revísala dos veces: Cierto, todos quisiéramos regalar a todos los clientes habidos y por haber, pero el presupuesto entra en juego. Si el regalo que vas a hacer implica un desembolso cuida muy bien a quién y por qué vas a regalar.

Dirígelo bien. Se muy cuidadoso a quien o a quienes dentro de una gran empresa envías el regalo. Por lo general, es de buen gusto enviar el regalo a la persona que es con la que mayor trato tienes y no a la de mayor jerarquía.

Sal a comprar ¡YA!: al igual que con el resto de los gastos navideños tu mejor aliado es la planeación y la antelación. Regalos comprados y enviados con prisa no sólo salen más caros, sino que también se pierden en el trajín de regalos navideños.

Al igual que con el resto de los preparativos navideños: designa un tiempo y un encargado específico a la labor de planeación, para que no se vuelva un tema que consuma el tiempo y la energía de todos en la oficina.

¿Qué regalar? La pregunta de los 64 mil pesos. Usar la imaginación te puede ahorrar muchos pesos y te puede ayudar a enviar un regalo que realmente resalte y denote el espíritu de tu empresa. Regalos ocurrentes, bien pensados, personalizados son generalmente muy bien apreciados y recordados.

Un regalo especial: en lo particular el mejor regalo que puedo recibir (y lo que daremos nosotros este año y todos los demás años) son donativos a organizaciones civiles a nombre de los clientes. Muchas organizaciones sociales te realizan cartas o certificados en donde denotan que tú o tu empresa realizaron un donativo a nombre de tu cliente, incluyendo o no la cantidad.

El donativo muchas veces es menor de lo que gastarías en cualquier otro regalo.

En un país como México con tantas necesidades en todos los frentes, creo yo, estos son los regalos más valiosos.

Y nuevamente reitero el punto… El verdadero espíritu navideño. Y si, es cierto que a veces nos perdemos en la fiebre de la celebración y del gasto. Pero nada sustituye el atesorar el verdadero fondo de estas fechas. Una carta personal a tus clientes, una llamada telefónica o un mensaje con una frase o un poema muchas veces es más atesorada y recordada que cualquier regalo.

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