Adina Chelminsky

Aprendiz de brujo

Adina Chelminsky

2 Dic, 2016

Sísifo con una calculadora… o, lo que es lo mismo, otra vez a hacer números

Dice un (mal) chiste que los economistas pasan la mitad de su tiempo haciendo predicciones de lo que va a pasar y la otra mitad de su tiempo explicando porque no pasó.

Cualquier persona que haya hecho un Business Plan se enfrenta con lo mismo. Por más puntuales, analizados y pensados que hayan sido los números en el plan de negocios original la realidad dispone de otra cosa. Parte del problema es que la realidad y el destino tienden a tener su propio “plan” que presenta desviaciones, retos y variaciones a lo que uno plantea en papel, por más realista que haya sido el panorama que haya avizorado.

Aun cuando no son inexactos los planes de negocios iniciales que se necesitan para iniciar un nuevo negocio, en especial las corridas financieras dentro de estos, son indispensables porque nos dan una columna vertebral sobre la cual empezar a actuar.

Hacerlos es difícil y lo más frustrante de todo es que no basta con la corrida inicial, año con año hay que sentarse en la mesa, con lápiz y calculadora en mano (y la mente llena de supuestos) y volver a hacer las proyecciones de ingresos y gastos del año que empieza.

Me recuerda un poco el mito de Sísifo. El rey que como castigo por haber desafiado a los dioses fue condenado a empujar una pesada piedra cuesta arriba por una montaña y al llegar a la cima verla rodar hacia abajo para tener que reempezar de nuevo.

Aun así, el realizar estas proyecciones anuales de ingresos y gastos (por más que sepamos variarán de la realidad) son tan indispensables como el plan de negocios inicial. Son el único mapa, aun cuando sea inexacto, que tenemos para organizar la base del negocio: las finanzas. En grandes negocios existe un departamento encargado de estos menesteres. En un negocio que inicia, o que tiene poco tiempo de existir, la responsabilidad recae (como muchísimas otras) en el emprendedor.

Algunos puntos importantes al realizar la proyección de ingresos y de gastos:

1) No prescindas de ellos. Por más tentado que estés para dejarlas para después… o ver cómo se van dando las cosas es fundamental tener este mapa para guiar las decisiones de tu negocio el próximo año. Si crees que el panorama a un año es demasiado difícil de predecir, hazlos a seis meses… o a tres… pero no dejes de hacerlos.

2) Utiliza supuestos reales. Por más tentado que estés a ser sobre optimista (o sobre pesimista, dependiendo del día) procura realizar todo con base en supuestos lo más realistas posibles. Para datos como el tipo de cambio, crecimiento económico y tasas de interés utiliza proyecciones de fuentes oficiales (del gobierno o de bancos o consultorías) que son formadas con opiniones independientes y que no dependen de tu optimismo o pesimismo (sino del optimismo o pesimismo de otros, jajaja).

3) Sé lo más específico posible. Dentro de los gastos incluye el detalle más puntual posible. Tanto de los gastos fijos como un estimado de los gastos variables, incluyendo los más puntuales.

4) Plantea dos escenarios. Es importante realizar dos proyecciones, una con un sesgo optimista y otra con un sesgo pesimista (más o menos ventas y/o crecimiento) para tener un plan de acción sea cual sea la realidad.

5) No olvides… los gastos que implica el crecimiento. Uno de los principales errores es asumir que el crecimiento en ventas o ingresos es gratuito, o sea que no implica un crecimiento en gastos indirectos. Tómalo en cuenta.

6) Procura cometer OTROS errores. Aprende de los errores que haz cometido en tus proyecciones pasadas para no volverlos a cometer…

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube