Sobrevivir a Trump obliga al turismo a negociar diferente

Si algunos de los mexicanos más talentosos están obsesionados por “leer” y entender a Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, también hay muchos estadunidenses enfocados en lo mismo.

Un tuit del periodista Jorge Ramos tras el nombramiento de Luis Videgaray como secretario de Relaciones Exteriores señaló de manera irónica:

“La diplomacia mexicana trabaja. No confrontación. Siempre ser buena onda. Usar a los amigos. Nunca decir no. Y obtén lo que quieras”. (Traducción hecha aquí).

La interrogante es si esas normas de conducta, que funcionan en México, serán la receta adecuada para negociar con el magnate convertido en Presidente.

Dicen que los estadunidenses sólo respetan a los alemanes y a los ingleses, y ahora quizá a los rusos, pues su cultura es de confrontación, imposición y guerra.

Trump ya decidió que México es su enemigo, de lo contrario, ¿por qué jamás menciona a Canadá cuando ataca al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)?; algo que sólo podría cambiar a través de negociaciones fuertes e inteligentes.

Trump se está burlando abusivamente de México, le hace bullying, y si la respuesta es ser sumiso, seguramente el castigo será mayor.

Ello no significa pegarle a la “piñata de Trump” ni incurrir en otras tonterías parecidas, sino encontrar dónde le duele al gigante para equilibrar la relación.

Y en el plano turístico, foco de este espacio, hay que seguirle vendiendo a los estadunidenses los grandes atractivos mexicanos, además en oferta por la devaluación del peso.

Entonces será clave mantener una fuerte presencia promocional en ese país, fortalecer las buenas relaciones con los operadores mayoristas y acercar a los consumidores correctos a los destinos correctos.

También hay que estar muy pendientes de las confrontaciones potenciales, pues México no puede darse el lujo de que se generen sin fundamento nuevas alertas de viaje.

En casos como el del vicecónsul de Estados Unidos herido de bala en Guadalajara el fin de semana, hay que demostrar que iban por él debido a un problema personal y no dejar que el problema se le achaque a la inseguridad.

Trump, el proteccionista, no tiene en la mira al turismo mexicano, pero algún día lo incluirá en su radar y sería desastroso que entonces no esté en marcha una estrategia para defender que México es la mejor opción de viaje por su clima, cultura, playas, gastronomía y biodiversidad.

DIVISADERO

Sinaloa. Marco García, nuevo secretario de Turismo de Sinaloa, llegó a esa posición apoyado por Claudia Ruiz Massieu, quien seguramente ya sabía de su relevo y decidió dejar a su colaborador cercanísimo enfilado para hacer carrera política en su estado natal.

Interjet. El “regalito” que recibió el 23 de diciembre de las autoridades aeronáuticas rusas, que pidieron suspender los vuelos de los Superjet100, ha golpeado a sus clientes y a su imagen, aunque se espera que la próxima semana ya todas esas aeronaves retomen el vuelo.

La firma, que dirige José Luis Garza, anunciará a partir de este hecho un nuevo programa para recuperar la satisfacción de sus clientes que hoy está en entredicho.