Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

25 Feb, 2017

Percepción y realidad

Los escándalos recientes de corrupción en varios estados han generado una percepción de que hay un gran desorden en el manejo de los recursos financieros, una gran falta de transparencia y un endeudamiento excesivo. Sobre el último punto, si bien la opinión es que hay un grave problema de endeudamiento, los datos muestran otro comportamiento. Es interesante cómo la percepción influye en la realidad.

Hay dos factores de percepción que son los que están afectando la conclusión. El primero es el de los casos extremos. Cuando hay un comportamiento de este tipo, se piensa que es algo generalizado. El otro es el atribuir una causalidad a variables que no necesariamente la tienen.

El análisis que se presenta a continuación es tomando en cuenta los datos agregados de endeudamiento de todos los estados. Las conclusiones aplican al promedio, sin embargo, sí existen los casos específicos que se desvían de manera importante del promedio y que son los que influyen mucho en la percepción.

En días pasados se dio a conocer el dato de deuda registrada de gobiernos estatales y municipales que fue de 568 mil millones de pesos al cierre de diciembre de 2016. Una cifra que parece importante, pero es conveniente dimensionarla como proporción del PIB de México y que corresponde a 3.1%. En términos relativos parece no ser tan elevada esta deuda.

Hay que entender la trayectoria del endeudamiento. Para hacer el análisis voy a usar como fecha de referencia junio de 2013. A esa fecha el monto del endeudamiento era ligeramente superior a 440 mil millones de pesos.

Si se actualiza por inflación el saldo a junio de 2013 se tiene que el monto es de 500 mil millones de pesos. Lo anterior implica un crecimiento real acumulado en tres años y medio de 13%, que a tasa anual de crecimiento real nos ubica poco arriba de 3%.

Ahora bien, como proporción del PIB, el saldo a junio de 2013 representaba alrededor de 2.9%. Es decir, el cambio de nivel de endeudamiento con esta métrica nos da evidencia de que no se ha observado un crecimiento importante en este tipo de endeudamiento.

Lo anterior se puede contrastar con una tendencia de mayor endeudamiento a nivel federal. El endeudamiento público como proporción del PIB los últimos cuatro años ha sido superior a diez puntos del PIB.

Otro dato es que el aumento en los pasivos financieros de Pemex entre diciembre de 2013 y diciembre de 2015 fue de más de 600 mil millones de pesos. Es decir, Pemex pidió prestado en dos años más que todo el saldo de la deuda registrada en Hacienda de estados y municipios.

La pregunta relevante es ¿por qué no se ha dado un crecimiento exagerado en la deuda estatal los últimos años? Es una combinación de factores.

Primero, el comportamiento de alto crecimiento entre 2009 y 2012 generó una percepción adversa en la opinión pública que se ha mantenido. Cuando inició esta administración federal se encargó de comunicar una narrativa de que había un problema que se debía controlar.

Segundo, esa mala percepción provocó que los intermediarios que participan en este mercado fueran cautos y siguieran dando crédito basado en garantía de participaciones.

Tercero, el proceso legislativo que concluyó con la ley de disciplina financiera de las entidades federativas y los municipios ha sido un tercer factor.

En conclusión, el comportamiento razonable del monto de financiamiento registrado en Hacienda es más resultado de factores externos. Espero que los factores que moderaron el financiamiento estatal empiecen a ejercer influencia en el endeudamiento federal.

*Director general del FUNDEF

guillermozamarripa@itam.mx

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