Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

27 Jun, 2017

Las campañas del año próximo, a querer y no, ya empezaron

Una de las muestras más evidentes —y ridículas— del desfase que hay en México entre el Derecho y la realidad es lo que tiene que ver con el texto de los ordenamientos legales que soportan lo relacionado con lo electoral.

Por un lado, la realidad de la práctica de los ciudadanos, los partidos y los aspirantes a un puesto de elección, hace cera y pabilo de lo que marca la legislación vigente. ¿Acaso el ciudadano es por ello, un delincuente contumaz o por el contrario, lo que establece la ley es una ilusión?

Por otra parte, sin la menor intención de pensar siquiera que la ley de nada sirve, estoy convencido que la ley o si se me permitiere la afirmación, el Derecho, debe reflejar lo más objetivamente posible la realidad. y no como hoy sucede en México, pues en vez de aquélla, lo que en los textos legales aparece, es un conjunto de medidas o restricciones absurdas. Esto, para agravar lo grave, no únicamente se da en materia electoral, sino en muchos otros campos de la vida de los mexicanos y del país.

Hoy pues, para todo fin práctico, la campaña por la Presidencia ya comenzó. ¡Que la ley dice esto o lo otro! Sí, y también podría decir misa. Pero la realidad nos dice, repito, que el proceso por alcanzar la candidatura de este o aquel partido a la Presidencia de nuestro país, ya comenzó.

Por más intentos que hagan algunos políticos —que no se atreven a contravenir los usos y costumbres de su partido en materia de nominación de su candidato a la Presidencia— para intentar frenar a los que ya están en campaña, nadie los pela.

¿Qué dice de nuestro país y su basamento jurídico este desfase entre Ley y realidad? Simple y sencillamente que no somos un país serio, o peor aún, que la realidad es la del segundo decenio del siglo XXI y la ley, en lo electoral, refleja el México de los años sesenta del siglo pasado.

Las cosas no serían tan graves, si este desfase fuere únicamente en materia electoral; sin embargo, ¿ya revisó los artículos constitucionales que hablan de la educación (El tercero), el campo (El 27) y lo laboral (El 123), y las leyes reglamentarias que de esos tres emanan?

La conclusión no es otra que ésta: México, en materia de su basamento jurídico, es un país de chiste o si le molesta la expresión, México no es un país serio. Somos, para ponerlo de otra manera, una mal montada escenografía la cual, hoy luce desgastada cuando no rota, desgastada y descolorida.

¿Qué impide a Zavala y Moreno, no se diga al eterno candidato, López, andar por el país cual cómicos de la legua, promoviéndose con miras, los dos primeros, a ser el candidato del PAN a la Presidencia y el otro, dado que ya es candidato por obra y gracia de su voluntad caciquil, y del servilismo y la abyección de quienes en Morena lo rodean con miras a que les toque alguna migaja del pastel de aquél piensa devorar solo, difundir un conjunto de ocurrencias y tonterías sin fundamento alguno?

¿La legislación vigente en material electoral? Por favor, no me haga reír que tengo los labios partidos. Los tres arriba nombrados, la ley vigente les sirve para el boiler, en el mejor de los casos. ¿Y los otros? ¿Qué decir de los Ferriz y los Ríos, de los Rodríguez y Fernández, de los Álvarez y Ortega y de los Ruffo y Derbez? Lo mismo que de aquellos tres, que la ley se la pasan por el Arco del Triunfo.

Ante este panorama de rechazo y ridiculización merecida —por lo absurdo del texto legal—, ¿qué decir del espectáculo de los políticos agachones del PRI, que no muestran la menor voluntad para decidirse a hacer lo que les es imposible ocultar ya?: Deseos de ir a buscar ya, abiertamente, una candidatura que consideran merecer, pero como no se atreven a contravenir la posición e idea sucesoria del que aún hoy ven como el Dedo Mágico, sumisos y abyectos esperan y esperan.

Dígalo usted entonces: ¿Somos un país serio?

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