Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

23 Ago, 2017

NY Retro

 NUEVA YORK.

 Para el turista mexicano que visite la Gran Manzana y no quiera perder contacto con sus raíces –es decir, para todo aquel que sufra el síndrome del Jamaicón–, East Village es una buena alternativa turística.

En varios negocios de este barrio neoyorquino se habla español, tiendas como K-Mart ponen a baladistas latinos como música de fondo, abundan los restaurantes de comida mexicana e incluso hay una tienda de arte folclórico con curiosidades que no se encuentran ni siquiera en la Ciudadela chilanga. Aunque también tiene un par de atractivos para el público estrictamente geek.

Se trata de Videogamesnewyork y 8 Bit and Up Games, dos tiendas de entretenimiento vintage apenas separadas entre sí por un par de cuadras. Al menos en EU no es frecuente que dos negocios de este tipo compartan tanta proximidad, la cual sin duda agradecerán los coleccionistas que acudan con un ánimo semejante al de la búsqueda del Santo Grial.

El primero –y con mucho el más famoso– está en el número 202 de la calle East 6th, a donde llegué anteayer con un entusiasmo más bien moderado. Convenientemente ubicado en Manhattan, Videogamesnewyork ha gozado de una notable cobertura de los medios locales que tienen resonancia global prácticamente desde su fundación, el primero de junio de 2006.

Por ejemplo, CNN encabeza un reportaje sobre la nostalgia por los juegos antiguos con una entrevista al fundador de Videogamesnewyork, Giulio Graziani, quien también ha protagonizado historias elaboradas por CBS y Time. Estas y otras notas y documentales destacan el esfuerzo de este hombre por preservar la cultura del videojuego antiguo incluso hasta en la forma de adquisición, en tienda física, a contracorriente de la moda de comercializar todo en línea (aunque también la practican). No todo es elogio: en 2015 esta tienda fue víctima de un asalto con lujo de violencia. Bien visto, esta contrariedad también forma parte de su leyenda.

El local es mucho más pequeño de lo que se puede apreciar en las fotos de sus reseñistas en Yelp. Dos efigies de Mario y Sonic saludan detrás del cristal bajo el toldo de fondo amarillo con letras negras que debe ser icónico para los peregrinos que frecuentan esta mezcla de tienda, depósito de casi-chatarra y museo.

Y es que es notable la singularidad de este changarro en una ciudad donde la mercancía goza de amplios espacios para su exhibición. En sentido totalmente opuesto, las vitrinas de Videogamesnewyork tienen unos centímetros de separación entre sí en los que con trabajos cabe una persona. Surfear entre su mercancía es una proeza. Más lo fue para mí, que debí hurgar en el último pasillo para encontrar cartuchos viejos de la 2600 en estantes relegados, en medio de cajas llenas de accesorios presumiblemente en mal estado, pero con algún valor relativo para el buscador de curiosidades.

Así, están revueltos en un mismo exhibidor una antigua consola de Intellivision, un hockey portátil Head to Head de Coleco, un Atari Trak-Ball (la mejor opción para gozar Centipede, y con un costo de 80 dólares por conservar su caja original), el teclado de una computadora Amiga, un ajedrez para Commodore, la carátula del juego de computadora Montezuma’s Revenge y, una de las mayores gemas, un ejemplar del Telegames Pinball Breakaway, consola lanzada hace 40 años por Sears.

Son piezas que por su sola supervivencia merecerían una presentación más generosa y no su actual estatus de casi arrumbadas dentro de un negocio que, explicablemente, da mayor relieve a objetos más de la época de Nintendo, Play Station y Xbox. Por cierto, en estos exhibidores abundan los productos de Hyperkin, la fabricante de máquinas emuladoras de consolas noventeras que funcionan con los cartuchos originales de aquellos años.

Con todo y estos bemoles, hay que reconocer que Videogamesnewyork es fiel a su concepto de concentrarse sólo en juegos, sin distraerse en otros derivados de la cultura geek como los comics y el manga. En este pecado sí incurre un tanto 8 Bits and Up Games, ubicado en el número 86 de la calle East 3rd, con un espacio más amplio pero lúgubre, con una iluminación escasa aun cuando sea una imagen de Lara Croft la que da la bienvenida a la entrada.

El único dependiente, un tipo desaliñado de actitud poco amable, prefirió ver el eclipse en la pantalla de su computadora antes que salir a la calle. Personas así justifican los peores prejuicios contra la cultura gamer.

marco.gonsen@gimm.com.mx

 

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube