Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

11 Oct, 2017

Remix

 

De un pasatiempo escolar surgió una gran empresa, casi sin querer. Al menos así cuenta Nico Perez lo que pasó hace 15 años en la Universidad de Cambridge, de donde egresó como maestro en ingeniería, aunque lo suyo-suyo es ser DJ.

En 2002, siendo fundador de la sociedad escolar de breakdance, conoció a Nikhil Shah, su homólogo en la agrupación respectiva de hip hop. Tras seis meses de amistad, ambos produjeron un programa en la estación de radio estudiantil que se transmitía los jueves por la noche y en el que tocaban rap, funk y soul. Su audiencia nunca pasó de 14 o 15 radioescuchas, pero sirvió para que ambos adquirieran experiencia en cómo producir un show y hacer la curaduría de las pistas.

Una vez que se graduaron continuaron con su hobby, conduciendo sus propios programas, grabando sus mezclas y subiéndolas a internet. En ese camino pensaron en desarrollar un canal que sirviera a quienes, como ellos, desplegaran su creatividad frente al micrófono y las tornamesas. Así, aliados con otros dos compañeros, Mat Clayton y Sam Cooke, en 2009 lanzaron formalmente Mixcloud, anunciado por el portal Techcrunch como “el Youtube de la radio”. Una empresa en la que –como describió Nico al bloguero Clyde F. Smith– no existe un CEO, sino que las cargas se reparten entre los fundadores que siguen siendo directores.

Asentada en Londres, a Mixcloud se le considera la principal competidora del sitio alemán SoundCloud, pionero desde septiembre de 2007 de un modelo de plataforma de distribución de contenidos que no tenía precedentes, y que resulta más fácil de describir por lo que no es: difunde música, pero no a la carta tipo Spotify; tiene programas de radio hablada, aunque no con transmisión en vivo, sino que más bien son podcasts. Y, lo esencial, se alimenta de las contribuciones de sus usuarios que, al más puro estilo disc jockey, hilvanan canciones conocidas, enciman unas con otras, las ecualizan, emparejan sus voces y las ensamblan en popurrís de combinaciones infinitas.

Tanto Mixcloud como SoundCloud son exponentes de la cultura del remix, concepto acuñado por Gregg Gillis, mejor conocido por el nombre artístico de Girl Talk. Este ingeniero biomédico oriundo de Pittsburgh es celebridad del nuevo género musical llamado mashup, consistente en mezclar canciones de distintos géneros y unirlas en una sola pieza. 

“Estamos viviendo en esta cultura del remix, en esta época de apropiación en la que cualquier niño de primaria dispone de una copia de Photoshop y puede descargar una fotografía de George Bush, manipularle la cara a su antojo y enviarla a sus amigos. Y eso es precisamente lo que hacen”, dijo Gillis, entrevistado por el abogado Lawrence Lessig para el libro Remix: cultura de la remezcla y derechos de autor en el entorno digital, publicado originalmente en inglés por Penguin en 2008, y del que existe una traducción al español editada por Icaria (Barcelona, 2012).

Lessig –quien participó brevemente en las primarias demócratas de la pasada elección presidencial– escribió su libro en una época en la que hasta un niño podía ser incriminado con dureza si se descubría que en su computadora había descargado ilegalmente miles de canciones. Desde entonces, aplicando el mismo principio de defensa del copyright, los abogados de las grandes corporaciones del entretenimiento intentaban impedir la proliferación del mashup y otras expresiones que hoy son fáciles de producir con aplicaciones de iPhone y de iPad como Djay. El libro Remix constituyó precisamente un alegato en favor de una legislación que, sin descuidar el justo pago a los creadores, tomara en cuenta una tendencia de recreación cultural y artística imposible de detener.

En todos estos años esta situación cambió sustancialmente, y buen ejemplo de ello es el contrato de licencia firmado por Mixcloud y Warner Music, anunciado el pasado lunes por el propio Nico Perez. Es un acuerdo en el que una parte se beneficia de acceder a un enorme acervo discográfico y la otra podrá aprovechar comercialmente la creatividad que de esta alianza emane.

El principal desafío es crear, por fin, un modelo exitoso en el negocio de la música digital que aún no acaba de cuajar. Prueba de ello es que su rival SoundCloud celebró su décimo aniversario despidiendo a casi la mitad de su personal y cerrando oficinas en San Francisco y Londres. Vaya mezcla amarga.          

    

marco.gonsen@gimm.com.mx

 

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