Aeropuerto y Energía, ¿confundimos corrupción a viabilidad?

El presidente Peña Nieto le respondió a López Obrador que no se puede echar para atrás una Reforma Energética, con la cual hay inversiones comprometidas de más de 200 mil millones de dólares en regiones a las que Pemex ya ni llegaba ni tenía recursos para explorar.

También vimos un alud a favor del Nuevo Aeropuerto Internacional de México frente a la propuesta de López Obrador de echar para atrás la obra aeroportuaria.

SANTA LUCÍA, SIN VIABILIDAD

Sin embargo, en las dos posiciones del candidato de Morena está claro que su preocupación principal es la posible corrupción en las obras del aeropuerto, así como en los contratos energéticos.

Es cierto que el candidato tabasqueño, hoy en día puntero en las encuestas de preferencia electoral, sí tiene su postura en contra del aeropuerto. Quiere construir el aeropuerto de Santa Lucía para complementar el actual aeropuerto ya saturado. Técnicamente no se puede: 1.- Existe un polígono donde los aviones chocarían por lo cercano de ambos aeropuertos; 2.- No se podría tener escalas, pues si llegas a Santa Lucía el traslado al actual aeropuerto sería inviable por tiempo y distancia; 3.- Todas las aerolíneas de la Canaero, presidida por Sergio Allard, tendrían costos dobles.

Se entiende que López Obrador tiene una preocupación por las observaciones que hizo la Auditoría Superior de la Federación sobre la barda que rodea la enorme obra. Y quizá por otro tipo de posibles actos de corrupción, donde, desde luego, se deben revisar cada uno de los contratos obtenidos por las constructoras.

La viabilidad del Nuevo Aeropuerto Internacional de México es contundente. Pero claro que deben revisarse sus contratos. Eso es otra historia.

COMISIÓN NACIONAL DE HIDROCARBUROS, LA ÚNICA EN ECHAR ATRÁS REFORMA

López Obrador también está en contra de la Reforma Energética, donde textualmente dice que van a revisar todos y cada uno de los más de 90 contratos.

Si hay dudas en los contratos, claro que pueden revisarse. Quien nada debe, nada teme. Pero debemos decir que fueron contratos con licitaciones transparentes (las licitaciones públicas y abiertas que hizo la Comisión Nacional de Hidrocarburos), donde se dieron a conocer los contratistas, las ofertas y las subastas fueron públicas y televisadas.

Ahora, la única instancia que puede rescindir contratos de extracción y exploración de crudo es la Comisión Nacional de Hidrocarburos, que es órgano regulador autónomo.

Es decir, López Obrador, si llegara a ser Presidente de la República, no podría echar para atrás los contratos de la Reforma Energética. Sólo la Comisión Nacional de Hidrocarburos, presidida por Juan Carlos Zepeda, donde se necesitarían cuatro de cinco votos, podría hacerlo.

Esto es algo que ha dejado en claro Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía, quien nos ha dicho que no podemos pensar que Pemex, solo, podría invertir 640 mil millones de dólares para la exploración y extracción de petróleo. Más bien, la Reforma Energética, donde entran decenas de participantes, ayudará al país a regresar a la plataforma de 3.5 millones de barriles diarios (hoy producimos 1.94 millones de barriles de petróleo).

Incluso, Joaquín Coldwell nos recuerda que el Estado ha ganado bien por las subastas de la Reforma Energética. El Estado gana entre 64 y 67% de utilidad de cada proyecto.

REVISAR QUE NO HAYA CORRUPCIÓN, PERO NO ECHAR PARA ATRÁS

López Obrador ha empezado a expresar sus preocupaciones en foros públicos, y su oposición a proyectos clave de infraestructura, como el aeropuerto internacional, así como a la Reforma Energética en momentos de crisis energética en México, le han traído una andanada de críticas.

Y ahí sí podríamos estar confundiendo una preocupación real y efectiva de garantizar que no haya corrupción, tanto en la obra aeroportuaria como en los contratos petroleros. Y otra cuestión muy distinta es decir que no tienen viabilidad, que, como vemos, son proyectos con viabilidad contundente.