Lecciones financieras que aprendí luchando contra el sobrepeso (II)

De finanzas y otros demonios -
En lugar de dietas o metas a corto plazo, deberás cambiar la mentalidad, reconocer que ese pastelillo y aquellos zapatos de marca sólo te darán satisfacción temporal. Foto: Flickr de Nicole Hanusek CC [CC BY-NC-SA 2.0]
En lugar de dietas o metas a corto plazo, deberás cambiar la mentalidad, reconocer que ese pastelillo y aquellos zapatos de marca sólo te darán satisfacción temporal. Foto: Flickr de Nicole Hanusek CC [CC BY-NC-SA 2.0]

Como señalé en el artículo anterior, el sobrepeso y las finanzas están íntimamente relacionados. Es necesario seguir los mismos principios para recuperar la figura y sanear tus finanzas.

5. El efecto rebote

“Me pongo a dieta” significa: “durante un corto periodo de tiempo adoptaré la dieta de moda para adelgazar, aunque sea poco saludable, y cuando adelgace, volveré a comer como puerquito”.

“Me voy a poner a ahorrar” significa que durante un periodo corto de tiempo limitarás tus gastos, harás “sacrificios”, y cuando logres comprar aquello que te motivó a ahorrar, volverás a tus hábitos anteriores.

Y ¿cuál es el resultado? El efecto rebote, por supuesto. Cuando no se cambia el estilo de vida, todo el proceso se convierte en un círculo vicioso. Si hiciste dieta acabarás más gordo que antes de empezarla, porque la mala alimentación habrá cambiado tu metabolismo. Con las finanzas, te pones en una situación más vulnerable que antes, porque tu “ahorro” te da una confianza falsa en tu capacidad de arreglar tus finanzas y, especialmente, si lo que te compraste con tus ahorros (un automóvil o una casa) genera gastos extra que se irán acumulando como lo hace la grasa en la lonja.

En lugar de dietas o metas a corto plazo, deberás cambiar la mentalidad, reconocer que ese pastelillo y aquellos zapatos de marca sólo te darán satisfacción temporal, a cambio de un alto precio en el futuro. Con este cambio en tu actitud, cambiar tus hábitos y tu estilo de vida permanentemente será mucho más fácil.

6. El sentido común no es suficiente

En su forma más simple, para adelgazar debes ingerir menos calorías de las que gastas. Sin embargo, no es tan sencillo. Hay muchos factores involucrados en la pérdida de peso, como la edad, tu metabolismo en particular, tus genes, la efectividad de los distintos ejercicios que se practiquen, etc. Hay consejos científicos para adelgazar que parecen estar en contra del sentido común, como dormir más o comer cinco veces al día, y existen otros “secretos” que la ciencia apenas está develando, como el hecho de que los antibióticos “engordan” porque matan las bacterias buenas que descomponen los alimentos. Por eso es conveniente investigar sobre el proceso de pérdida de peso y emplear estrategias efectivas para nuestro cuerpo en particular.

Este mito de la sencillez también es muy socorrido en las finanzas personales. Muchos creen que es suficiente con no gastar más de lo que ganan, pero esa filosofía simplista no te llevará muy lejos en un mundo complejo con amplia oferta de productos y servicios cada vez más sofisticados, donde la planeación y la previsión son fundamentales, y en un contexto donde debe invertirse y diversificarse buena parte del ingreso para evitar que pierda valor y para poder, algún día, costear el retiro en la vejez. Hay mucho por aprender en el mundo de la cultura financiera, así que olvídate del mito de que el sentido común por sí solo te puede sacar adelante.

7. No hay fórmulas milagrosas

Existen pastillas que prometen bajar de peso sin esfuerzo, pero solamente adelgazan la cartera y la salud. Asimismo, muchos quieren sanear sus finanzas fácilmente, y se involucran con esquemas piramidales, estafadores, prestamistas fraudulentos, casas de empeño, instituciones de crédito sospechosas, etc. Recuerda la regla de oro: si algo es demasiado bueno para ser verdad, lo más probable es que no sea verdad.

Las finanzas sanas se logran con esfuerzo y tiempo, no con fórmulas mágicas. “La vida cobra más sentido cuanto más difícil se hace”, dijo Frankl, pero no todas las dificultades son hechas iguales; aquellas creadas por nuestra pereza e ignorancia nos arrinconan sin salida, mientras que esas a las que nos sometemos voluntariamente para facilitarnos la vida más adelante son las que nos dan verdadero sentido. 

*DR

Aclaración:
El contenido mostrado es responsabilidad del autor y refleja su punto de vista.
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