El noreste tamaulipeco: situación económica y narcotráfico

Economía Real -
La región, que actualmente sufre las consecuencias de una intensificación de la violencia, está formada por cuatro municipios. Foto: Cuartoscuro
La región, que actualmente sufre las consecuencias de una intensificación de la violencia, está formada por cuatro municipios. Foto: Cuartoscuro

Desde el inicio del 2015, el noreste Tamaulipeco ha estado viviendo horas aciagas. Movimientos internos de los cárteles de droga han traído consigo una escalada en la violencia en la región, echando por tierra el proceso de lenta pacificación que había ido ocurriendo desde hace varios meses. La región, que actualmente sufre las consecuencias de una intensificación de la violencia, está formada por cuatro municipios: Matamoros, Reynosa, Valle Hermoso y Río Bravo. Dentro de todos los problemas que la región que enfrentan, uno de los más graves es el económico.

La base de la economía de las ciudades de Matamoros y Reynosa ha sido la industria maquiladora y en las localidades vecinas la agricultura. Desde antes del Tratado de Libre Comercio el establecimiento de maquiladoras en la región trajo consigo una mayor oferta de plazas laborales, la cual atrajo a la fuerza laboral del sur del estado y de los estados vecinos. La población de la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, de 1990 al 2010 pasó de 300,000 a  480,000 habitantes. Por su parte, Reynosa tuvo un crecimiento de 280,000 habitantes a 600,000 habitantes en los mismos 20 años. Así, en ese lapso de tiempo  la región casi duplicaría su población. Con mayor oferta de plazas laborales y una mayor cantidad de trabajadores en la región, comenzó a gestarse un proceso de crecimiento económico.

Fuente: Elaboración propia con datos del INEGI

Uno de los motores de la economía regional, ha sido desde siempre la agricultura. La región se caracteriza por ser el mayor centro de producción de sorgo en todo México. El sorgo es un cereal utilizado para la elaboración de aceites y la alimentación del ganado. La región produce el 20% del sorgo en grano del país.

Si bien en la región ese es el principal producto, el principal uso del grano es para la ganadería. Esto trae consigo que no haya procesamiento importante y por tanto la cadena de valor del sorgo no cuente con muchos eslabonamientos. Ha habido intentos recientes por sofisticar al sector mediante la elaboración de combustibles vegetales como el etanol, pero aún no despuntan. Prueba de esto es que el sector sólo produce menos del 1% de la producción total (Censos Económicos 2009).  No existe evidencia empírica, pero basta una breve búsqueda en la prensa para notar que gran parte de los enfrentamientos sucede en las regiones agrícolas de la región, la situación de violencia ha traído el secuestro de facto del campo del noreste tamaulipeco y ha hecho cada vez más difícil trabajar la tierra y generar empleos.

La otra fuente de empleo y desarrollo es la manufactura.  El problema es que en los últimos años se ha visto afectada negativamente por el clima de violencia. En la ciudad de Matamoros y Reynosa es dónde se concentra la actividad fabril. En la Gráfico 2 se puede observar como el número de maquiladoras ha ido disminuyendo lentamente llegando a niveles mínimos. Sin embargo, la población ocupada en este sector ha aumentado, pero aún no regresa a los niveles pre-crisis del 2008. En el caso de la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, que su posición geográfica le da una gran ventaja, ha visto mermado su ritmo de crecimiento en los últimos años.

Gráfico 2

Las gráficas dejan claro que tras siete años del estallido de la crisis, apenas se está regresando a los niveles de empleo de antes de la crisis. Pero a la vez preocupa la tendencia en establecimientos manufactureros, pues ésta sigue siendo descendente y no parece dar signos de recuperarse. De nueva cuenta, el efecto de la violencia puede ser factor para que empresas decidan trasladar su producción a otras ciudades. Si bien por muchos años, las ciudades fronterizas gozaron de ventajas logísticas, el mejoramiento de las comunicaciones ha llevado a la industria más allá de las frontera con Estados Unidos y se han asentado en los clusters industriales más competitivos en Nuevo León o el Bajío.

En el 2014 el IMCO liberó un estudio sobre competitividad de las ciudades mexicanas, y ubicaba a las de la región como poco competitivas. De las 78 ciudades evaluadas, Reynosa apareció en la posición 54, un poco mejor que Matamoros ubicado en la posición 58. El estudio tomaba variables socioeconómicas, de estado de derecho, políticas y de innovación.

Este estancamiento económico se ve reflejado en las condiciones de vida de la población. El Coneval en su estudio “Pobreza a nivel Municipio 2010” apuntaba que 37% de la población regional vivía en condiciones de pobreza,mientras que 4.5% lo hacía en condiciones de pobreza extrema. Ambos niveles si bien son menores al promedio nacional, no dejan de ser una proporción considerable de la población.

La incapacidad del gobierno de definir una estrategia de combate, no al crimen, si no a sus causas se ha demostrado en el estancamiento económico que se demuestra en la región. Es urgente una política industrial que reactive la economía y que lleve una solución a largo plazo de la situación. Como vemos, la región tiene un potencial fuerte para la agroindustria, y muestra una ventaja por la capacidad manufacturera instalada. Nos enfrentamos ante un problema de equilibrios múltiples  en dónde el gobierno y privados deben de coordinarse para pasar del equilibrio actual, el negativo, a un equilibrio que implique un mayor bienestar social. 

*gl

Aclaración:
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