Carlos Velázquez

Veranda

Carlos Velázquez

8 May, 2023

Pok Ta Pok está out of bounds

Entre los errores que cometió el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), enmarcados en ese acierto económico que fue desarrollar Cancún, hay que registrar su primer campo de golf que recibió el nombre de Pok Ta Pok, “juego de pelota” en maya, una actividad algo diferente al deporte de precisión que nació en Escocia.

No hay un solo campo de golf desarrollado por ese fondo que pueda considerarse un éxito y la razón es que el gobierno no es experto en administrar y rentabilizar campos de golf y porque éste no formó parte de un desarrollo inmobiliario, sino que fue concebido para proyectar el destino.

Y dado que operar los campos resultó muy costoso, prácticamente todos fueron mal vendidos o mal concesionados a particulares.

El de Cancún, en torno al cual hay varias casas, fue adquirido hace años por el grupo japonés Hazama, pero más recientemente lo recompró el empresario Ricardo Vega, quien es conocido por ser propietario de una importante red de gasolineras.

Hombre acaudalado y con muchas relaciones, su grupo se dio a la tarea de cambiarle el uso de suelo a esa importante propiedad ubicada en la isla conectada por puentes y que se ha convertido en la “joya de la corona” del turismo mexicano.

Un campo de golf de 18 hoyos se ubica en un terreno de entre 50 y 70 hectáreas en promedio, lo que permite imaginar por qué esa propiedad puede convertirse en un importantísimo y muy valioso desarrollo residencial.

Resulta que desde la época en que Remberto Estrada fue presidente municipal de Benito Juárez, Quintana Roo, en 2016-2018 iniciaron las negociaciones con el cabildo para cambiar el uso del suelo, según compartió Roberto Cintrón, expresidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, cambio que recientemente ya fue aprobado bajo la actual presidencia municipal que encabeza Ana Patricia Peralta.

 

El principal problema es que el Centro Integralmente Planeado (CIP) de Cancún se desarrolló con base en un plan maestro que contempla densidades, capacidades máximas de edificación y que en el mismo nunca se consideró que, en lugar del campo de golf, hubiera torres de departamentos.

Por supuesto, ese plan maestro ha sido ignorado muchas veces y hoy Cancún enfrenta graves problemas de tránsito, contaminación de los mantos freáticos y todo lo que ya se sabe del “lado oscuro de la Luna” de ese gran polo turístico.

Circula por allí un video que produjeron algunos vecinos de Pok Ta Pok en el que dicen no estar en contra del desarrollo, aunque tratan de generar conciencia en los propietarios para que haya un desarrollo sostenible, si es que esa palabra tiene sentido a estas alturas del partido.

Hay otros más radicales que exigen que Pok Ta Pok se mantenga como ese campo de golf que forma parte del plan maestro del Fonatur.

Ya se sabe que la comunidad de Cancún es bastante aguerrida, así que seguramente lo que sucederá próximamente con el Pok Ta Pok es que será objeto de más críticas y manifestaciones públicas.

También es un hecho que si el único criterio que priva es el de maximizar la rentabilidad económica de ese espacio, Cancún dará un paso más para convertirse en un ejemplo de lo que le puede pasar a un desarrollo turístico orientado a generar riqueza, pero ignorando por completo a las generaciones futuras.

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