Edgar Amador

Edgar Amador

10 Jul, 2023

Estados Unidos: ¿apaga el fuego echándole gasolina?

El actual ciclo de alzas de tasas de interés es el más agresivo de la historia en muchas de las economías avanzadas. En particular para la mayor economía del mundo, los Estados Unidos, tendríamos que remontarnos a inicios de los años ochenta para encontrar un apretón similar. Pero a pesar de la brusca subida en el costo de financiamiento, la economía de nuestro vecino, así como de sus socios avanzados, no da muestra de debilidad en el corto plazo, sino al contrario. En particular, los mercados laborales de muchas economías muestran una fortaleza inaudita, lo cual complica enormemente la perspectiva para los próximos meses.

El indicador económico regular más importante del mundo fue publicado el viernes pasado: las cifras del mercado laboral en los Estados Unidos, los cuales mostraron el estatus de este sector en el mes de junio, mostrando un incremento de 209 mil nuevos empleos en el mes de junio. La cifra fue ligeramente menor a los 250 mil esperados por los economistas, aunque el componente de costo salarial mostró una velocidad mayor a la esperada, por lo que la lectura del dato en los mercados fue mixta respecto a las implicaciones para decisiones futuras de la Reserva Federal (la Fed).

Hurgando en las cifras existen algunas señales de que en los próximos meses podríamos estar viendo datos más suaves, apoyando la tesis de la Fed de un enfriamiento gradual de la economía al tiempo que la inflación desciende rumbo al objetivo de dos por ciento.

En particular, las ganancias de empleos se concentran en un grupo cada vez más reducidos de industrias: gobierno, entretenimiento, salud, y construcción, al tiempo que otros como comercio minorista, transporte y manufactura están ya eliminando plazas.

Los mercados respiraron aliviados porque algunos temían una cifra más fuerte, que empujara a la Fed a incrementar sus tasas de interés aún más de lo que ya lo ha hecho, pero si bien los números no fueron explosivos una cosa queda clara: los mercados laborales en muchas economías se encuentran más que saludables, incluso en el punto en que pudieran existir presiones de costos que pudieran retroalimentar a una inflación que no acaba por ceder del todo.

Los bancos centrales de países avanzados, comenzando por la Fed, enfrentan una encrucijada bastante difícil: deben de hacer que la inflación baje hacia su objetivo del dos por ciento; al mismo tiempo, deben de cuidar la salud de la economía, en particular del mercado laboral para que los ingresos de empresas y familias crezcan; y por último deben de evitar que los bancos, tan sensibles a las alzas en las tasas de interés y a las condiciones económicas, no quiebren, como ya quebraron varios bancos de talla relevante en los Estados Unidos y Europa. Es un balance simultáneo arduo, pero que hasta ahora parece posible alcanzar.

Hay un dicho castellano que sintetiza bien el predicamento de la Fed: ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre. Y en ese sentido, el asombroso vigor de los mercados laborales es una bendición disfrazada, pues la Fed debe de pilotear un aterrizaje suave de la aeronave económica sobre una pista de aterrizaje cortita, al tiempo que sus motores empujan a todo lo que dan. El motor debe de bajar su intensidad, si no el avión de la Fed se despista; pero no tanto porque si se le apaga el motor la aeronave se estrella.

En condiciones normales, frente a este dinamismo del mercado laboral, la Fed debería de subir tasas. Pero ya las ha subido como nunca. En condiciones normales, con este ritmo de alza de tasas el mercado laboral ya se habría enfriado lo suficiente como para que la Fed comenzara a bajar sus tasas de interés. Pero ¿Cómo pensar en bajar las tasas de interés si el mercado laboral está marcando, en condiciones normales, más subidas?

Existen algunos argumentos para que la Fed baje sus tasas de interés, pero las más populares no parecen muy convincentes. 

El primer argumento, y el más común, es que los mercados financieros lo están pidiendo a gritos: el mercado de bonos y el de acciones (aunque, curioso, no el de materias primas) está ya descontando menores tasas de interés en el corto plazo. Las bolsas de valores se han montado ya un rally increíble que sólo podría explicarse y sostenerse si estamos en la vecindad de recortes de tasas.

Las últimas dos semanas, sin embargo, los mercados de bonos en los Estados Unidos y en otros lados, comenzaron a caer, y sus tasas a subir, recortando la probabilidad de que las tasas de la Fed bajen en los próximos meses se reduzcan, aunque la mayoría de los inversionistas aún están apostando por menores réditos basándose en un hecho innegable: la inflación ha bajado y se encuentra muy por debajo de sus niveles máximos.

Es muy cierto, la inflación ha bajado sensiblemente, pero aún se encuentra al doble del objetivo de la Fed, y algunas señales sugieren que para llegar al objetivo de dos por ciento será laborioso.

Pero aún y cuando la Fed logre en los próximos meses acercarse a su objetivo de inflación: ¿recortará sus tasas de interés con los mercados laborales tan fuertes como están? En un universo paralelo ¿los mercados laborales moderarán su ímpetu al bajar las tasas? En un planeta lejano ¿el fuego se apaga cuando le echan gasolina?

 

 

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