¿Cuánto dinero ganaría México al producir microchips?

La producción de microchips se vino abajo y los pocos que se lograban conseguir eran a un sobreprecio debido a dos razones principales, la primera es el exceso de demanda.
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Animación de un semiconductor zoilo plateado y alrededor azul rey.
La producción de microchips se vino abajo y los pocos que se lograban conseguir eran a un sobreprecio debido a dos razones principales, la primera es el exceso de demanda. Foto: iStock

El “hubiera” sí existe. Los economistas usamos el contrafactual para demostrarlo. ¿Qué le hubiera pasado en nuestro país a la industria automotriz si durante la pandemia no hubiera existido un desabasto de microchips? Con un ejercicio contrafactual trataremos de dar solución a la pregunta previa. 

Vale la pena recordar que, durante la pandemia, una de las industrias más afectadas fue la industria automotriz y esto se debió al cierre de sus fábricas alrededor de todo el mundo. Una vez que estas reanudaron sus operaciones, fue evidente la falta de uno de los insumos más necesarios para la elaboración de sus productos: los microchips. 

La producción de estos componentes se vino abajo y los pocos microchips que se lograban conseguir eran a un sobreprecio debido a dos razones principales. La primera de ellas, por el exceso de demanda de estos componentes que son utilizados en diferentes productos, y en segundo lugar por la crisis en las cadenas de suministro que se vieron detenidas debido al impacto de la pandemia.

La industria de semiconductores no tuvo incentivos para fabricar microchips destinados a los automóviles, debido a que la industria de electrónicos presentaba un “boom” y demandaba circuitos integrados mucho más complejos. Por lo tanto, estos se volvieron más caros y rentables para las manufactureras, provocando que los chips para autos quedaran muy rezagados. 

Por su complejidad, resulta difícil saber cuál es el precio de venta de los microchips, pero lo que sí podemos conocer es el índice de precio de exportación de semiconductores desde EUA y podemos suponer que ese mismo índice funciona para México, pero ahora visto desde la importación de semiconductores. 

Gráfica con datos sobre las importaciones de autos de EU hacia México

Los resultados mostrados se obtuvieron a partir de la proyección de la tendencia de exportación de México hacia los Estados Unidos, menos los datos observados realmente. Esa diferencia es lo que no pudo ser, pero “hubiera” sido. 

Una vez explicado esto, daremos inicio a nuestro ejercicio de supuestos y comenzaremos por mostrar el sobreprecio que México pagó y continúa pagando por no contar con una planta de semiconductores o, en su caso, un suministro directo de estos componentes.

Durante el primer año de la pandemia, de abril de 2020 a abril de 2021, las exportaciones de microchips desde EUA se comenzaron a elevar de precio, mientras que México por importar estos insumos estuvo pagando en promedio 3% por encima de lo esperado. Es decir, en este primer periodo las fábricas de autos trabajaron con el stock de insumos que tenían y los precios no se elevaron tan drásticamente. 

¿Qué sucedió cuando la crisis de los microchips alcanzó su pico? De abril de 2021 a abril de 2022, México estuvo pagando un promedio de 5.2 por ciento por encima de lo esperado, y para el dato de junio de 2022, este sobreprecio se encontraba en 8.2 por ciento. Esto nos permite apreciar que a la industria automotriz le afectó más la escasez de microchips que el mismo cierre de sus fábricas al inicio de la pandemia.

Ahora, si realizamos este mismo ejercicio, pero aplicado a la importación de autos de Estados Unidos provenientes de México (es decir, los autos que enviamos a Estados Unidos) los resultados también son poco alentadores. En el periodo de febrero de 2020 a diciembre de 2020 se dejaron de producir un aproximado de 265 mil unidades, mientras que de febrero de 2021 a diciembre de 2022 se dejaron de producir un aproximado de 289 mil unidades. 

Esto refuerza lo que fue planteado previamente, la industria automotriz fue más afectada por la crisis de los microchips que por el cierre de las fábricas. Además, podemos llevar el experimento un paso más allá y multiplicar el costo promedio de fabricación de un automóvil -un aproximado de 9,600 dólares- por la cantidad de automóviles que no se produjeron, dando como resultado para el periodo de febrero de 2020 a diciembre de 2020 un total de 2.5 mil millones de dólares. Replicando ese mismo ejercicio, pero para el período de febrero de 2021 a diciembre de 2021 un total de 2.8 mil millones de dólares. 

Estos datos son aproximados y si este solo fue el costo de producción nos podemos imaginar que la industria automotriz mexicana perdió mucho más. O bien, en palabras de nuestro ejercicio contrafactual, la industria perdió una ganancia potencial. Aquí se presenta el famoso “hubiera”

Estos resultados nos dejan con la pregunta: ¿Existía alguna alternativa para México? Tristemente no existía una solución en ese momento, y tampoco la hay ahora. Pero esto nos permite ver que México tiene una herida y que esta no terminará de sanar al menos en el corto plazo. 

Con el nearshoring tan de moda, México podría alzar la mano e invitar a algunas empresas de microchips para que se asienten en nuestro país. Con esto, no solo la industria automotriz se vería beneficiada. Y mientras esto sucede, podremos continuar con el “hubiera”, porque sí existe.

Por: Miguel León y Víctor Martínez 

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