José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

26 Jun, 2023

Apagones, AMLO y Monterrey

El presidente López Obrador ha reiterado que no habrá apagones. Incluso lanza una buena noticia: no habrá aumento en el precio de la tarifa eléctrica. Es cierto, en los tiempos de calor, en varios estados de la República es cuando entra la tarifa de verano, la cual es más baja para poder hacer frente al uso intenso de electricidad que permite tener los aires acondicionados. Sin embargo, la ola de calor que azotó a todo el país, no sólo a los tradicionales estados con temperaturas altas, expuso como pocas veces la debilidad del Sistema Eléctrico Nacional.

El martes 20 de junio, de las 19:44 hrs a las 21:58, es decir, de las 8 a las 10 de la noche, el Centro de Control de Energía (Cenace) detectó la mayor demanda que se haya tenido en el país de energía eléctrica. Llegó a los 52,993 megawatts (megavatios). En ese momento, la Cenace declaró un Estado Operativo de Alerta porque se estaba a menos del 6% de reserva operativa de energía. La demanda se dio en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México y en Monterrey. Del martes al viernes siguieron los problemas: mucho calor y demanda de energía, y fue el viernes 23 de junio cuando la ciudad de Monterrey entró en Estado Operativo de Alerta, declarado por el Cenace, y hubo apagones que iniciaron desde las 4 de la tarde.

EL REGRESO A LA CFE COMO MONOPOLIO ESTATAL

Curiosamente, el viernes pasado vimos al presidente López Obrador precisar que no habría apagones eléctricos. Incluso presentó un video dando a conocer que la Comisión Federal de Electricidad, dirigida por Manuel Bartlett, ha invertido en modernizar 13 centrales hidroeléctricas, las cuales permiten la generación eléctrica necesaria. Sobra decir que la actual administración ha sido empeñosa en regresar a la CFE su poder monopólico de Estado, dando marcha atrás a la reforma energética que permitió el acceso del sector privado a la generación, entre ésta la de energías renovables y asociaciones público-privadas. Un sexenio donde mejor se le compraron las 13 plantas de ciclo combinado (una eólica) a Iberdrola, que era el principal generador de electricidad privado. También fue un sexenio donde la Nueva Ley de la Industria Eléctrica, hoy detenida por decenas de amparos, impide a los privados generadores de energía renovable la venta de electricidad. Esta Ley de la Industria Eléctrica, que prohíbe a los privados vender su energía renovable, originó la reacción de EU y Canadá para demandar a México en el T-MEC, y en cualquier momento podrían iniciar un panel de controversias. También, en este sexenio, Bartlett convenció al Presidente de ir contra los propietarios de gasoductos, que traían gas de Estados Unidos para generar electricidad. Fue cuando tuvo que intervenir Carlos Slim Helú para llegar a un trato entre gasoductos privados y gobierno. E, incluso, en este sexenio se frenaron las subastas eléctricas que permitían transportar la electricidad.

CFE INVIRTIÓ POCO EN TRANSMISIÓN Y DISTRIBUCIÓN, SU TAREA EXCLUSIVA

La idea del Presidente y de Bartlett fue regresar a la CFE a ser monopolio de Estado. Incluso Bartlett ha insistido en volver a tener el 54% de generación eléctrica como número mágico. El problema lo vemos en la transmisión y distribución, es decir, en los cables y torres por los cuales se transmite la electricidad. La transmisión y distribución es exclusiva de la CFE, que obtiene ganancias por esa operación, peeeeero… no ha invertido lo suficiente. El cableado es un problema grave con el crecimiento urbano, donde antes llegaba una línea de transmisión a una casa, pero hoy en esa casa hay un edificio de departamentos y se demanda diez o veinte veces más electricidad.

COPARMEX: HAY GENERACIÓN, PERO NO CABLEADO

Los datos son del vicepresidente de Energía de la Coparmex, Carlos Aurelio Hernández. En México, el martes pasado se demandaron 52.9 mil megawatts, con una reserva menor de 6% de energía eléctrica. Pero es cierto que la capacidad de generación eléctrica del país llega a los 89 mil megawatts, mucho mayor que la demanda. Pero tenemos un problema: la transmisión. Cuando la electricidad se transporta por el cableado, el flujo eléctrico se hace mucho más pequeño porque el cableado es menor. Es una suerte de embudo, entonces se tensan las líneas de transmisión. Esta saturación eléctrica es clara en la Península de Yucatán o en el bajío, donde los industriales deben esperarse a tener disponibilidad de un transformador de la CFE. La estrategia no ha funcionado.

 

 

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