La economía informal y el mínimo

En 2016, después de varios años de discusión impulsada por Coparmex, entonces liderada por Gustavo de Hoyos, se aprobó la desindexación del salario mínimo, lo que permitió comenzar a reducir la enorme brecha de poder adquisitivo que se había acumulado desde la década de los 80.

En 2017, el salario mínimo experimentó sus primeros incrementos significativos, con un aumento nominal del 9.5 por ciento y real del 4.65 por ciento. Ese año, el sector laboral informal se situó en el 56.9 por ciento, un nivel muy similar al de 2016.

En 2018, el salario mínimo aumentó un 4.59 por ciento en términos reales. Al año siguiente, se acordó otro incremento del 11 por ciento y así de manera subsecuente hasta proyectar en 2024 un crecimiento acumulado real del 110 por ciento en términos de poder adquisitivo.

Si comparamos la creación de empleo formal en el acumulado de los primeros 11 meses del año, se reporta la creación de un millón 36 mil puestos de trabajo, lo cual es similar al promedio desde 2017, sin contar el año de la pandemia en 2020. Lo que vuelve a reflejar que no hay un efecto ni positivo ni negativo en la estructura formal-informal del mercado laboral.

PERSISTENTE INFORMALIDAD

Con el aumento del salario mínimo, se podría considerar que la informalidad laboral aumentaría como consecuencia de un encarecimiento del trabajo para las microempresas. Sin embargo, los datos citados anteriormente muestran una leve disminución, pero definitivamente no un aumento de la informalidad laboral, aunque tampoco ha disminuido la informalidad, que es el mayor problema que mantiene a la economía mexicana por debajo de su potencial. De acuerdo con el Inegi, el 55 por ciento de los trabajadores informales apenas producen el 24 por ciento del Producto Interno Bruto, lo cual implica baja productividad y también pobreza.

EFECTO POSITIVO

El aumento del salario mínimo no va a resolver la informalidad, pero el resultado neto es que, al menos, el 31 por ciento de los trabajadores se beneficia, y se proyecta que para 2026 lo mínimo a lo que puede aspirar un trabajador formal mexicano es a generar ingresos que le permitan estar por encima de la línea del bienestar. Lo cual tiene un efecto positivo en la economía, generando una mayor demanda agregada que, en parte, explica el buen desempeño económico en 2023.

NO EXCLUYENTES

El aumento del salario mínimo es necesario y tiene efectos positivos en la economía, aunque, en conjunto con las reformas que se han aprobado recientemente, como la del sistema de pensiones, la del trabajo remoto y el aumento de las vacaciones, genera un encarecimiento de la formalidad que afecta a las microempresas, cuyos márgenes de ganancias son delgados y mucho más frágiles que los de sus contrapartes informales. Las reformas recientes tienen una lógica impecable, pero en una economía con altos niveles de informalidad implican un riesgo de mantener dislocada a la economía.