No apareció China

Mucho se ha escrito del segundo debate en el que los cuatro candidatos a la Presidencia de la República teóricamente iban a exponer sus ideas en materia de comercio internacional e inversión, entre algunos otros temas que conciernen nuestra relación con Estados Unidos; coincido con los análisis que dicen que los aspirantes no pasaron de los lugares comunes, donde no hubo mayor sustancia más allá de golpearse el pecho diciendo que harán que Trump respete a México.

El único que elaboró, aunque no muy enfáticamente, fue José Antonio Meade al celebrar el nuevo Acuerdo Transpacífico. El asunto que más me llamó la atención es que en las críticas y en el propio debate no se ha mencionado ni una sola vez la necesidad de tener definiciones con respecto a nuestro segundo socio comercial que es China, la segunda mayor economía del planeta, que aportó 34 por ciento del crecimiento mundial el año pasado.

De acuerdo con la Cámara de Comercio y Tecnología México-China, el volumen comercial entre las dos naciones asciende a 85 mil millones de dólares anuales, de los cuales, nuestro país exporta menos de diez por ciento, lo que nos genera un abultado déficit comercial y nos convierte en uno de los diez países más importantes para la nación asiática en materia de comercio. En varias ocasiones, el embajador de China en México, Qiu Xiaoqi, ha dicho que podría darse un Tratado de Libre Comercio entre los dos países; sin embargo, el asunto ni siquiera se explora.

Es una realidad que México y China no son economías complementarias, pero tampoco son totalmente excluyentes como lo demuestra nuestro volumen de comercio. México se duerme en sus laureles y ni siquiera atina a articular una política comercial que explore las ventajas comparativas que permitan hacer un frente común con China ante la sacudida que ha significado Donald Trump.

Otras naciones como Panamá han logrado llenar los vacíos que ha dejado la administración de Donald Trump con el pragmatismo chino y su dinero de inversión, en ese frente México no ha hecho nada, la única experiencia se remonta a 2014 y el Tren México-Querétaro, el contexto y los incentivos han cambiado mucho desde entonces y la relación puede prosperar más.

No creo que un Tratado de Libre Comercio con China sea factible en el corto plazo, pero sí lo sería atraer inversión de ese país para obras de infraestructura o aumentar la promoción de México como destino turístico.

EL FRACASO DE TRUMP

El consenso entre los analistas estadunidenses es que Trump fracasó en su estrategia de negociación con China, incluso su otrora estratega Steve Bannon dijo que el Presidente estadunidense arrancó una derrota de las manos de la victoria por las divisiones de su equipo; por el contrario, el equipo mexicano ha negociado bien el TLCAN y ha fortalecido otras puertas comerciales como la de la Unión Europea y el nuevo Acuerdo Transpacífico.

No obstante, se han dejado de lado las oportunidades que ofrece China y que podrían ayudar en un sentido más amplio a la negociación de la relación bilateral con Estados Unidos. No tener estrategia con respecto a nuestro segundo socio comercial es un error, producto del cortoplacismo y provincialismo de nuestra visión del mundo. China tiene que aparecer en la discusión pública en México como una oportunidad.