Abulia

Los legisladores han decidido que los periodos extraordinarios podrán esperar hasta cualquier otro momento, puesto no para los que ellos tenían urgencia parecen ahora tener prisa.

Están metidos, lamentablemente, en las luchas internas en sus partidos. Los pleitos entre los panistas para determinar quién manejará los destinos de Acción Nacional como si tuvieran espacio para un gran cambio de rumbo. Si fuera un partido apegado a sus principios, los cambios se darían en el margen y no serían tan relevantes como para frenar los cambios legislativos fundamentales para el país. Sin embargo, los políticos tienden a creer que el país nace cuando ellos están en posiciones de dirección.

El Partido de la Revolución Democrática está concentrado en buscar cómo retrasar el desarrollo del país. En esta institución política no sólo tienen un pleito por el poder de cara a la todavía muy remota elección presidencial de 2018, sino que también se han mostrado como amantes de los monopolios y de ahí que estén tratando de frenar cualquier cambio.

Mientras ellos se han convertido en el principal problema para el desarrollo de la nación una gran cantidad de sectores pugnan por la necesidad de tener reformas. El Consejo Coordinador Empresarial, encabezado por Gerardo Gutiérrez Candiani, nuevamente hizo un llamado para que se den las leyes secundarias que aterrizarán las reformas estructurales aprobadas el año pasado.

Si no se dan, hay claridad en el empresariado, no sólo se perderá el impulso positivo de su aprobación, como ya comienza a pasar en algunos sectores. Ayer mismo el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, hizo un llamado similar desde el gobierno al decir que hay una gran cantidad de empresarios esperando por la reforma energética para invertir en el país.

No lo puede decir tan abiertamente como el gobierno, pero al final del día se trata de este mismo mensaje a los legisladores. Es necesario que se pongan a trabajar para sacar adelante al país.

Vamos, el mismo secretario de Hacienda, Luis Videgaray, hizo un llamado a que se dé una buena negociación en torno a las reformas secundarias en el Congreso y de una manera debidamente informada. Se trata, otra vez, del mismo discurso desde otra rama del gobierno.

Pretende que la discusión sea seria e informada. Hay una tendencia a creer que en las discusiones de este tipo puede participar todo el mundo, aun cuando como dijo Cuauhtémoc Cárdenas, no se sea experto en el tema o no se conozca.

Hay quienes, por ejemplo, creen que Alfonso Cuarón es un mexicano de excepción y por lo tanto merece respuestas puntuales a temas que han sido contestados por el gobierno en reiteradas ocasiones y que si la Reforma Energética no avanza al ritmo que es debido es por culpa de los retrasos legislativos.

Es momento de permitir que los expertos, los que saben y tienen opiniones con base en el conocimiento y la información, sean los que tomen acciones. Creer que todo debe resolverse por la dictadura de los 140 caracteres o por un mexicano que está de moda por una película tan entretenida como inverosímil es equivocar la discusión.

Este es el tiempo de los legisladores. Es momento de que los legisladores pasen a la acción y se les dé espacio para que en lugar de estar atendiendo a cualquier ocurrente se concentren en lo verdaderamente importante.

Seamos claros, el primer paso es que los legisladores se quiten la abulia que les corroe disfrazada de una gran cantidad de pretextos y de miserias de las propias organizaciones. Es necesario, por el bien del país que las leyes secundarias de las reformas aprobadas hace prácticamente medio año comiencen a aterrizar.

Aeromar

Aeromar, la línea aérea que encabeza Fernando Flores (quien también es presidente de la Canaero), es una de las empresas que podrá aprovechar de una mejor manera las oportunidades de negocios que se abren el Tianguis Turístico que ayer fue inaugurado por el presidente de la República, Enrique
Peña Nieto.

Se trata de una empresa con gran solidez financiera y, quizá mucho más importante, con una gran capacidad para generar negocios, puesto que tiene una sólida posición financiera y, además, un bajo costo de operación. Empresas como la encabezada por Flores están llamadas a ser el futuro de la aviación.

Promesas

La Reforma Financiera ha servido para justificar una gran cantidad de promesas que no necesariamente se van a cumplir.

Ayer, por ejemplo, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, confió en que dentro del sector asegurador se dará una competencia mucho más intensa a partir del próximo año como resultado de la reforma.

Seamos muy puntuales. Por principio de cuentas, los cambios a la regulación ciertamente tienden a disminuir una parte importante de las barreras de entrada y de movilidad entre las aseguradoras; sin embargo, dentro de este sector de la economía el problema está dado en la baja penetración de los seguros entre la población.

Durante muchos años la justificación de las aseguradoras fue que la situación económica, es decir, las continuas crisis eran el principal freno en la penetración de los seguros. La realidad es que desde 1995 el país no ha enfrentado una crisis financiera catastrófica y desde hace muchísimos años la inflación está bajo control.

Así que las aseguradoras voltearon a decir que era la falta de estímulos fiscales especialmente para algunos productos; otra vez analizaban mal el problema, puesto que empresas como Axa, encabezada por Xavier de Bellefon, han logrado una gran expansión sin la necesidad de la intervención gubernamental.

En la Reforma Financiera se aseguró que con eso se resolverían los problemas y se está haciendo otra vez una apuesta equivocada.

Los seguros no penetran más en la población porque las aseguradoras han hecho poco o nada por incentivar la cultura del seguro. Se cree que se trata de un tema que debe ser impulsado por las autoridades, cuando en realidad debería ser un tema considerado como prioritario por las propias empresas en beneficio de un sector mucho más grande.