Discusiones informadas

Así como en el futbol mexicano existe el vicio de hacer tiempo por parte del equipo que cree que el marcador o la situación del juego les conviene, lo mismo sucede con los legisladores que incluso llegan al absurdo de criticar al presidente de la comisión de energía del Senado de la República, porque dice que tiene prisa por sacar adelante las leyes secundarias de la reforma constitucional aprobada hace prácticamente medio año.

Sin embargo, se trata de una táctica profundamente equivocada porque por principio de cuentas daña a los mexicanos que, de dientes para afuera, dicen servir; en segundo término contribuye al desprestigio de su labor puesto que hoy por hoy político es sinónimo de miseria y desvergüenza.

Tal vez ni los mexicanos ni si imagen pública les importe, puesto que en caso contrario ya hubieran actuado en consecuencia. La realidad es que esta forma de operar va en contra de ellos mismos y sus verdaderos patrones.

Analicemos, primero, el caso de la Reforma Energética. La izquierda realmente no tiene argumentos sólidos para oponerse a una reforma que beneficiará a los mexicanos, se aferran a mitos e historias que han construido en el imaginario popular a lo largo de muchísimas décadas.

Esta situación que le ha sido muy rentable a individuos como Andrés Manuel López Obrador, Cuauthémoc Cárdenas y en general a una gran cantidad de corrientes de izquierda va en contra de los mexicanos.

Dicen que deben hacer un frente en defensa del petróleo porque el gobierno (bla, bla, bla) quiere entregar a la iniciativa privada las riquezas nacionales. Las “riquezas nacionales” no han llegado a los mexicanos realmente, puesto que Pemex ha sido lo mismo la fuente de financiamiento de un sindicato poco productivo que la caja chica de diferentes administraciones lo que no ha contribuido a generar riqueza durante las últimas tres décadas.

Los precios de los combustibles en México son absurdos desde el punto de vista económico, puesto que existe la impresión de que son demasiado caros y se habla sin ninguna información de gasolinazos cuando la realidad es que están muy altamente subsidiados, lo que saca recurso del erario para otros fines.

Así, si el gobierno saca las manos de Pemex y CFE como han prometido en reiteradas ocasiones entonces se podría generar una mayor competencia en la cual el gobierno no tenga que subsidiar los combustibles y sea la competencia a favor de los consumidores.

Los mismos que se oponen a la Reforma Energética desde posiciones totalmente desinformadas son los mismos que se preguntan cuándo bajarán los precios de los combustibles. De verdad, se harían un favor no si exigieran hablar desde el desconocimiento sino que estuvieran atentos a los foros que organizará el Senado de la República con la participación de expertos a partir de este mes y el próximo.

Ojalá, que como ocurrió en el de las telecomunicaciones, el junior de Lázaro Cárdenas también reconozca que no es experto en la materia y que su única credencial es la de un hijo que jamás pudo superar a la gran sombra.

Telecomunicaciones

Decía Penchyna que en materia energética se está en el peor de los mundos y ahí están los llamados de las empresas que dicen que esperan las reformas secundarias para tomar sus decisiones de inversión. Ojo, es muy ingenuo pensar que se trata de promesas garantizadas de inversión sino de una probabilidad si el marco jurídico les resulta adecuado.

Pues bueno, también es un hecho que los recursos no están etiquetados a nombre de México sino que seguramente se irán a los lugares donde encuentren rentabilidad.

Pues también en el sector de las telecomunicaciones se está en el peor de los mundos. Como le hemos informado en esta columna ya se vieron impactos en los estados financieros de los grupos económicos en torno a Telmex y Televisa por las reforma constitucional, pero la competencia no ha llegado efectivamente a los consumidores ni se han desatado las inversiones esperadas.

En este caso, también los que “fingen faltas” o que “no encuentran la pelota” van en contra de sus propios intereses. Los medios vinculados con el dominante en las telecomunicaciones se sienten francamente indignados porque el pleno del Instituto Federal de Telecomunicaciones determinó que no puede hablarse de una concesión única en tanto no sean aprobadas las leyes secundarias.

Y han recrudecido la campaña en contra de Gabriel Conteras y el instituto que preside con nimiedades como decir que incumplieron con su obligación cuando, en realidad, no existía una obligación de hacerlo si no había, como ocurrió, condiciones para hacerlo.

Más allá, ahora están preocupadísimos por hacer creer que hay poca transparencia el IFT porque toman decisiones en las noches y las dan a conocer cuando las buenas conciencias ya se fueron a dormir o cerraron sus ediciones. Ayer el drama era saber cómo habían votado los comisionados como si fuera relevante. Así haya sido una decisión de mayoría o unánime desde el punto de vista práctico es lo mismo.

Curiosamente ese mismo sector de los opinadores son los que un día sí y otro también denuncian que el gobierno quiere pasar una regulación secundaria que no ha sido debidamente analizada porque no fueron escuchados ellos y sus trivialidades.

No se debe olvidar que opiniones como las de Mony Sacha de Swaan o Cárdenas no son más que anecdóticas o un hashtag que pregunte cómo armar la Selección Nacional. Algunos otros como el senador mala paga, Javier Corral, escriben de conspiraciones y traiciones, juran que no fueron escuchados pero él no puso un pie en los foros organizados por el Senado de la República del que él, tristemente, forma parte. Tal vez no quería ver a los cobradores de Televisa.

Las tácticas dilatorias van justamente en contra de su verdadero patrón, puesto que el tener concesión única permite dar voz, datos y video, así que podrían darle la vuelta a las reglas de la privatización.

Es momento de exigir a los opositores que maduren, que dejen de ser una rémora para el país y nos concentremos en un debate cierto y efectivo donde hablen los que saben no los que creen que la opinión es como la nariz: Todo el mundo tiene una.