Rodrigo Pérez-Alonso

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Rodrigo Pérez-Alonso

5 Nov, 2014

¿Invasión china en México?

En 2010 China se convirtió en la segunda mayor economía del mundo y su influencia se ha extendido exponencialmente. Ejemplo de ello es algo que hace una década hubiera sido impensable: inversión china en los mayores proyectos de infraestructura en México. Ayer el secretario Gerardo Ruiz Esparza anunció uno de estos proyectos, el tren de alta velocidad México-Querétaro, cuyo ganador fue un consorcio financiado en su mayoría por el Banco de Comercio Exterior de China.

Tradicionalmente ha existido mucho recelo en nuestro país por la entrada de empresas e inversión china. Entre las muchas razones están la influencia de EU y sus empresas, la salida de manufactura y empleos en México a China, las prácticas desleales de comercio e incluso falta de entendimiento cultural. No obstante estos obstáculos, ante la crisis financiera en EU, en 2009, y la reducción en la actividad económica de ese país, China ha visto una oportunidad para entrar en México.

Con la entrada de China a la Organización Mundial de Comercio en 2000 y su crecimiento económico, su gobierno ha impulsado el comercio e inversión en todo el mundo. De acuerdo con Inter-American Dialogue, un think-tank en EU (www.thedialogue.org), la inversión y préstamos chinos en América Latina a la fecha asciende a más de 100 mil millones de dólares. Únicamente en 2010 China prestó más de 37 mil mdd a esta región, más que el Banco Mundial, el BID y el Banco de Comercio Exterior de EU combinados. 

Con créditos en proyectos como el tren México-Querétaro, China está apostando fuerte en influir cada vez más en México y en la región. En programas de este tamaño es difícil obtener financiamiento tan elevado (en este caso del 85%) dados los riesgos que puede significar. Es por ello que seguramente la SCT le pareció muy atractivo asignar directamente la licitación a este consorcio; una licitación de más de 50 mil mdd únicamente en infraestructura mientras que en operación y mantenimiento alrededor de nueve mil mdd.

Sin embargo, los proyectos de infraestructura no son los únicos en donde China tiene hambre. En telecomunicaciones, Huawei y otras tienen presencia activa en México. En algunos casos son las principales proveedoras de equipo para empresas como Telcel e incluso proyectos del gobierno México Conectado de la propia SCT. En 2013, la inversión China en este rubro ascendió a más de 300 mdd  mientras que Huawei anunció la semana pasada que sus inversiones en México en los próximos cinco años ascenderán a 1.5 mil mdd.

Otro rubro en donde el dragón chino está pendiente de extender sus alas es el energético. Con la destreza económica de China, sus necesidades de energía y materias primas para sus procesos industriales también se han incrementado. China tiene ahora una presencia ubicua en varios países de Sudamérica, incluyendo Venezuela y Brasil. En México, el Banco de Comercio Exterior chino negoció mil mdd este año con Pemex para exploración y las empresas chinas a la expectativa del potencial del sector energético ante las recientes reformas.

Así, nuestro país debe abandonar los sesgos y la desconfianza con China. El mejor ejemplo es la inversión en el tren México–Querétaro.

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